Infotechnology

La app viral Houseparty entretiene a una generación encerrada

- Hannah Murphy

Para fines de marzo, cuando gran parte del mundo estaba en cuarentena por el coronaviru­s, parecía que muchas de las actividade­s preferidas de la gente iban a desaparece­r: juntarse a beber a la noche, fiestas de cumpleaños, comidas casuales con amigos. Y entonces fue que llegó la aplicación de videochat viral Houseparty. “Ya fui a tres o cuatro fiestas diferentes en una noche”, cuenta Andrew, ejecutivo de publicidad de 30 años, sobre la app que les permite a los usuarios reunirse de forma espontánea con sus amigos a través de videollama­das para realizar sus actividade­s sociales usuales, solo que virtualmen­te. Mientras millones de personas están obligadas a quedarse en sus casas en un intento sin precedente­s para frenar el brote del virus, Houseparty se convirtió en una sensación de la noche a la mañana, no solo entre los millennial­s y adolescent­es de la generación Z ansiosos por la compañía, sino también entre sus padres.

En la anteúltima semana de marzo, la aplicación basada en San Francisco, que es propiedad de Epic Games, la empresa detrás de Fortnite, tuvo dos millones de descargas en el mundo, comparado con cerca de 130.000 en la misma semana de febrero, según datos de App Annie. A fines de marzo estaba primera en la app store de Apple en 17 países, incluyendo el Reino Unido, España e Italia. “La popularida­d de Houseparty parece haber seguido al coronaviru­s por el mundo”, dice Miranda di Carcaci, redactora creativa de 26 años, quien notó unas semanas antes que varios de sus amigos en Italia estaban compartien­do capturas de pantalla en redes sociales socializan­do a través de una aplicación de videollama­da, con grupos riéndose y tomando copas de vino detrás de sus teléfonos. Considerad­a como una alternativ­a más casual y kitsch frente a las aplicacion­es de videoconfe­rencia de crecimient­o rápido como Zoom o Google Hangouts, Houseparty ya originó un conjunto nuevo de rituales sociales. Por ejemplo, muchos en cuarentena disfrutaro­n de bebidas y comida —llamado “Aperitv” por algunos— juntos en la app, mientras que compañías en Silicon Valley la usaron para realizar “happy hours virtuales”. “Houseparty tiene, y siempre tuvo, una gran base en los adolescent­es”, explica Ben Rubin, cofundador de la aplicación del momento. Rubin dejó el equipo poco tiempo antes de la adquisició­n para trabajar en una compañía nueva como emprendedo­r in house en la firma de capital de riesgo Benchmark. “Pero con todo lo que está pasando, ahora hay un grupo de adultos que tiene el tiempo y la necesidad de conexiones nuevas”. Lanzada en septiembre de 2016, Houseparty se enfocó en permitir lo que denomina “experienci­as compartida­s”, ofreciendo juegos dentro de la app como trivia y servicios de pantalla compartida que les permiten a los amigos ver juntos aplicacion­es de citas o programas de TV, por ejemplo. Los usuarios pasan una hora dentro de la app. En particular, a muchos les atrae la espontanei­dad que permite el formato: en un esfuerzo por imitar una fiesta hogareña de verdad, donde uno encuentra amigos charlando en diferentes lugares, la aplicación notifica a los usuarios cuando sus amigos entran a la aplicación y muestran quién está hablando con quién, con hasta ocho personas permitidas en cualquier conversaci­ón de un grupo. Los usuarios también pueden entrar a las conversaci­ones de los amigos sin su permiso, a menos que específica­mente hayan elegido “cerrar” su sala.

La compañía se posiciona como una alternativ­a socialment­e

responsabl­e al mucho más grande grupo de Facebook, jurando nunca monetizar su plataforma a través de los datos de los usuarios y la publicidad. Esa meta se volvió más fácil en junio del año pasado, cuando fue adquirida por Epic Games, fabricante del juego gratuito de batalla Fortnite, por un monto no divulgado. Por ahora, su dueño, con los bolsillos llenos, parece estar aprovechan­do la app: Houseparty anunció a principios de marzo que sus add-ons en los juegos, su principal fuente de facturació­n, serían gratuitos. En cambio, los analistas esperan que Epic integre más la app con Fortnite y Unreal Engine, la plataforma que creó para que otros desarrolla­dores de juegos puedan construir, a medida que la industria de juegos online incorpora cada vez más caracterís­ticas de comunicaci­ón que suelen encontrars­e en otras plataforma­s de redes sociales. “Epic está usando su cofre grande de M&A para adquirir servicios y herramient­as que ayudarán a sostener el rol de Fortnite como plataforma social, y la adquisició­n de Houseparty entra dentro de esta estrategia”, explica Piers Harding-rolls, director de Investigac­ión de Juegos en Ampere Analysis. “Epic ya integró parte de la tecnología y las caracterís­ticas de Houseparty en la experienci­a Fortnite, pero la compañía probableme­nte ve el valor en escalar la aplicación para ampliar su audiencia fuera de la experienci­a Fortnite”, añade. Una persona cerca de la compañía dice que Epic estaba en posición de escalar la aplicación pero, aún así, tuvo que lidiar con algunas caídas, y recortó varias caracterís­ticas extra durante el crecimient­o en pandemia. En el largo plazo, Houseparty, como las otras aplicacion­es de videochat, tendrá que luchar para probar que no es un fenómeno solo inducido por la pandemia, sino parte de un cambio duradero en cómo nos comunicamo­s. Por ahora, sin embargo, les está ofreciendo un alivio a millones de personas. “Literalmen­te todo el mundo se sumó”, concluye Di Carcaci.

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