EL URÓBOROS
Fue un histórico CIO de Banco Santander, pasó por el Estado y ahora está enfocado en la auditoría mientras comienza a emprender.
La carrera de Miguel Ángel Bilello comenzó mucho antes de haberse convertido en el histórico CIO de Banco Santander y Banco Río. Empezó antes de que se haya sentado en su nueva silla en Practica para su multifacético puesto como consultor en estrategia de tecnología y transformación organizacional, un cargo bien representativo de lo que demandan hoy las empresas: más corazón y cabeza y no tantos fierros. Sus primeros pasos los dio en la Escuela industrial de electrónica de su natal Chacharita, ubicada como su apodo indica en Cuba y Blanco Encalada. “Mientras cursaba en El Cuba no estaba seguro de seguir una carrera en tecnología. Pero en sexto año hice una pasantía trabajando para NCR, una empresa que arrancó haciendo cajas registradoras y luego un poco competía con IBM en el rango medio de computadoras. Para un pibe de secundario que venía de armar radios y televisores eso era como estar en la NASA”, comenta Billelo. Durante ese tiempo vivió entre soldadores y placas, rodeado de las cárceles de metal que albergan la lógica de la programación. Pero la carrera de Bilello comenzó antes de que, a partir de esa experiencia, haya decidido anotarse en la facultad de Ingeniería con especialización en electrónica en la Universidad de Buenos Aires. Mientras cursaba sus estudios, comenzó a desempeñarse laboralmente en Servicios Eléctricos del Gran Buenos Aires (Segba), la empresa estatal de electricidad que luego sería privatizada en, primordialmente, Edenor, Edesur y Edelap. Circa 1985, Billelo ya estaba trabajando en IBM y comenzando sus primeros contactos más serios con el mundo de los unos y los ceros. “Ahí empecé a engancharme con el tema de la computación”, rememora, pero no; tampoco fue en ese entonces donde empezó la carrera de Bilello. De hecho, en su última materia “que era como un trabajo final”, explica, “con mis compañeros hicimos una máquina, usando una de las primeras computadoras Sinclair 1000 que tenía como pantalla un televisor. Se programaba con BASIC. Yo me encargue de la parte de programación, entre otras cosas, de una placa para medir frecuencias”, agrega.su primera veintena de años lo encontró trabajando para diferentes consultoras mientras cerraba sus primeras prácticas laborales rentadas. Allí, su rol era el de líder de proyecto, algo que volvería a repetirse en su actual carrera. Quizás este fue el comienzo de su carrera, pero no, tampoco. Las empresas por las que pasó en estos tiempos son APS, “una especie de OSDE de ese momento”, explica Bilello, y las pasantías fueron en IBM. El punto de inflexión llegaría ahora. “Entre a Río, donde hice mi gran carrera profesional. Entré como supervisor y terminé como CIO luego de casi 23 años de trabajo”, confirma Bilello. A esta industria la define como “consumidora de tecnología” y “una
oportunidad para trabajar con tecnología de punta”. Este comienzo en la industria bancaria, aunque el primero de muchos, fue clave para el desarrollo profesional del CIO. “Aprendí de bancos cambiando el sistema de información estratégica del banco, aprendí de la información que circula en un banco y de los procesos. Estuve en el cambio de sistemas core y aprendí de los canales”, expresa Bilello y transmite la insuficiencia propia de las palabras para cristalizar todo lo aprendido. El paso de Bilello por la industria bancaria es, sencillamente, innegable. Está, otra vez, lleno de principios y fines. Para él, no es difícil enumerarlos: “Empecé en un banco nacional que luego fue absorbido por uno internacional, tuvimos cambio de sistemas core, pasamos por la crisis de 2001 y salimos muy fuertes; con mucha inversión en sistemas y en adquisiciones de otros bancos como el City”. A esto suma lo que sucede en la actualidad, pero con todo lo aprendido a cuestas: “si bien los bancos tienen desde siempre sus sistemas core lo que los diferencia son los canales que es donde más invierten. Tienen muchísimos. Hoy, estamos discutiendo desde las experiencias si están o no al nivel de una fintech. Pero no es un tema solo de fintech sí o no, sino de regulación, de datos, de prevención de lavado de activos”, comenta volviendo al presente. “Nosotros fuimos los primeros en desarrollar un homebanking en el año 1998 o 1999”, recuerda, y casi puede adivinarse lo que dirá después. “Fue el primer paso para lo que hacen hoy las fintech, invirtiendo todo en la experiencia de cliente y en los canales. El usuario no solo compara con la competencia sino con la mejor experiencia que tienen hoy en el mundo digital”. Como catalizador de lo que fue su experiencia en la banca Billelo recuerda cómo vivió la crisis de 2001. “Un día levantaron la calle y cascotearon el banco hasta que llego la policía. Hubo cambios de normativa y compliance de un día para otro”. Hacia el final de la crisis, Bilello fue el encargado de que los sistemas empujen la nueva estrategia del cambio, un —si se quiere— nuevo comienzo para el banco y para la Argentina. “El banco tomó la decisión de acercarse a la gente. Implantamos por primera vez los beneficios, como descuentos por comprar en tal local”. En el banco Biello vivió los comienzos y cierres de tres grandes tendencias. En sus palabras: “en los 90 nos dedicamos a cambiar los core bancarios o actualizarlos. Durante los 2000 fue la época del lanzamiento de los homebankings y los nuevos canales digitales. Hoy se trabaja en omnicanalidad”. Cuando finalizó su largo ciclo en el banco, Biello fue durante poco más de dos años —de 2017 a 2020— director de informática e innovación tecnológica en Anses. De este paso, Bilello recuerda primordialmente la “dificultad para implementar cambios en comparación con el sector privado” pero también la “enorme vocación de quienes trabajan allí, donde los sueldos son más bajos que en el sector privado”. También fue su primera vez trabajando con cantidades industriales de información. “Los volúmenes son asombrosos. Recuerdo cuando lanzamos préstamos para beneficiarios. El sistema financiero manejaba unos 20.000 préstamos por día, en total. Anses mantuvo un promedio de 120.000 por día durante una semana”. Acaso ahora, luego de haber experimentado la “larga duración del tiempo” en el banco y de haber pasado más fugazamente por el Estado, podría decirse que empieza ¿o termina? la carrera de Bilello. Pero no. Hoy se encuentra “disfrutando mucho de su trabajo” en Practia Global donde oficia de armador de juego, de estratega y enganche con experiencia. Es consultor en asuntos no solo de tecnología sino también de equipos y procesos, de estrategia general de cara a la aceleración de la tecnificación en todos los estratos corporativos. “Para esto hay que pensar diferente, es un desafío dar valor desde el otro lado a la industria”, admite, alejado ya un poco de los fierros y el código. Bilello está, de nuevo, empezando otra vez. Es más, eso no es todo. Recientemente fundó Griinku, una nueva startup enfocada en soluciones que usan tecnología blockchain para acompañar al sector del agro en la trazabilidad y los procesos. “Estoy aprendiendo sobre procesos de incubación y búsqueda de inversores”, reconoce, siendo esta la primera vez que se anima a incursionar en el emprendedurismo. La carrera de Bilello no tiene ni principio ni fin claros. Como un Uróboros, su aprendizaje es continuo.
ENTRÉ COMO SUPERVISOR Y TERMINÉ COMO CIO LUEGO DE CASI 23 AÑOS DE TRABAJO