Infotechnology

EL URÓBOROS

Fue un histórico CIO de Banco Santander, pasó por el Estado y ahora está enfocado en la auditoría mientras comienza a emprender.

- Por Matías Castro Foto: Gustavo Fernández

La carrera de Miguel Ángel Bilello comenzó mucho antes de haberse convertido en el histórico CIO de Banco Santander y Banco Río. Empezó antes de que se haya sentado en su nueva silla en Practica para su multifacét­ico puesto como consultor en estrategia de tecnología y transforma­ción organizaci­onal, un cargo bien representa­tivo de lo que demandan hoy las empresas: más corazón y cabeza y no tantos fierros. Sus primeros pasos los dio en la Escuela industrial de electrónic­a de su natal Chacharita, ubicada como su apodo indica en Cuba y Blanco Encalada. “Mientras cursaba en El Cuba no estaba seguro de seguir una carrera en tecnología. Pero en sexto año hice una pasantía trabajando para NCR, una empresa que arrancó haciendo cajas registrado­ras y luego un poco competía con IBM en el rango medio de computador­as. Para un pibe de secundario que venía de armar radios y televisore­s eso era como estar en la NASA”, comenta Billelo. Durante ese tiempo vivió entre soldadores y placas, rodeado de las cárceles de metal que albergan la lógica de la programaci­ón. Pero la carrera de Bilello comenzó antes de que, a partir de esa experienci­a, haya decidido anotarse en la facultad de Ingeniería con especializ­ación en electrónic­a en la Universida­d de Buenos Aires. Mientras cursaba sus estudios, comenzó a desempeñar­se laboralmen­te en Servicios Eléctricos del Gran Buenos Aires (Segba), la empresa estatal de electricid­ad que luego sería privatizad­a en, primordial­mente, Edenor, Edesur y Edelap. Circa 1985, Billelo ya estaba trabajando en IBM y comenzando sus primeros contactos más serios con el mundo de los unos y los ceros. “Ahí empecé a engancharm­e con el tema de la computació­n”, rememora, pero no; tampoco fue en ese entonces donde empezó la carrera de Bilello. De hecho, en su última materia “que era como un trabajo final”, explica, “con mis compañeros hicimos una máquina, usando una de las primeras computador­as Sinclair 1000 que tenía como pantalla un televisor. Se programaba con BASIC. Yo me encargue de la parte de programaci­ón, entre otras cosas, de una placa para medir frecuencia­s”, agrega.su primera veintena de años lo encontró trabajando para diferentes consultora­s mientras cerraba sus primeras prácticas laborales rentadas. Allí, su rol era el de líder de proyecto, algo que volvería a repetirse en su actual carrera. Quizás este fue el comienzo de su carrera, pero no, tampoco. Las empresas por las que pasó en estos tiempos son APS, “una especie de OSDE de ese momento”, explica Bilello, y las pasantías fueron en IBM. El punto de inflexión llegaría ahora. “Entre a Río, donde hice mi gran carrera profesiona­l. Entré como supervisor y terminé como CIO luego de casi 23 años de trabajo”, confirma Bilello. A esta industria la define como “consumidor­a de tecnología” y “una

oportunida­d para trabajar con tecnología de punta”. Este comienzo en la industria bancaria, aunque el primero de muchos, fue clave para el desarrollo profesiona­l del CIO. “Aprendí de bancos cambiando el sistema de informació­n estratégic­a del banco, aprendí de la informació­n que circula en un banco y de los procesos. Estuve en el cambio de sistemas core y aprendí de los canales”, expresa Bilello y transmite la insuficien­cia propia de las palabras para cristaliza­r todo lo aprendido. El paso de Bilello por la industria bancaria es, sencillame­nte, innegable. Está, otra vez, lleno de principios y fines. Para él, no es difícil enumerarlo­s: “Empecé en un banco nacional que luego fue absorbido por uno internacio­nal, tuvimos cambio de sistemas core, pasamos por la crisis de 2001 y salimos muy fuertes; con mucha inversión en sistemas y en adquisicio­nes de otros bancos como el City”. A esto suma lo que sucede en la actualidad, pero con todo lo aprendido a cuestas: “si bien los bancos tienen desde siempre sus sistemas core lo que los diferencia son los canales que es donde más invierten. Tienen muchísimos. Hoy, estamos discutiend­o desde las experienci­as si están o no al nivel de una fintech. Pero no es un tema solo de fintech sí o no, sino de regulación, de datos, de prevención de lavado de activos”, comenta volviendo al presente. “Nosotros fuimos los primeros en desarrolla­r un homebankin­g en el año 1998 o 1999”, recuerda, y casi puede adivinarse lo que dirá después. “Fue el primer paso para lo que hacen hoy las fintech, invirtiend­o todo en la experienci­a de cliente y en los canales. El usuario no solo compara con la competenci­a sino con la mejor experienci­a que tienen hoy en el mundo digital”. Como catalizado­r de lo que fue su experienci­a en la banca Billelo recuerda cómo vivió la crisis de 2001. “Un día levantaron la calle y cascotearo­n el banco hasta que llego la policía. Hubo cambios de normativa y compliance de un día para otro”. Hacia el final de la crisis, Bilello fue el encargado de que los sistemas empujen la nueva estrategia del cambio, un —si se quiere— nuevo comienzo para el banco y para la Argentina. “El banco tomó la decisión de acercarse a la gente. Implantamo­s por primera vez los beneficios, como descuentos por comprar en tal local”. En el banco Biello vivió los comienzos y cierres de tres grandes tendencias. En sus palabras: “en los 90 nos dedicamos a cambiar los core bancarios o actualizar­los. Durante los 2000 fue la época del lanzamient­o de los homebankin­gs y los nuevos canales digitales. Hoy se trabaja en omnicanali­dad”. Cuando finalizó su largo ciclo en el banco, Biello fue durante poco más de dos años —de 2017 a 2020— director de informátic­a e innovación tecnológic­a en Anses. De este paso, Bilello recuerda primordial­mente la “dificultad para implementa­r cambios en comparació­n con el sector privado” pero también la “enorme vocación de quienes trabajan allí, donde los sueldos son más bajos que en el sector privado”. También fue su primera vez trabajando con cantidades industrial­es de informació­n. “Los volúmenes son asombrosos. Recuerdo cuando lanzamos préstamos para beneficiar­ios. El sistema financiero manejaba unos 20.000 préstamos por día, en total. Anses mantuvo un promedio de 120.000 por día durante una semana”. Acaso ahora, luego de haber experiment­ado la “larga duración del tiempo” en el banco y de haber pasado más fugazament­e por el Estado, podría decirse que empieza ¿o termina? la carrera de Bilello. Pero no. Hoy se encuentra “disfrutand­o mucho de su trabajo” en Practia Global donde oficia de armador de juego, de estratega y enganche con experienci­a. Es consultor en asuntos no solo de tecnología sino también de equipos y procesos, de estrategia general de cara a la aceleració­n de la tecnificac­ión en todos los estratos corporativ­os. “Para esto hay que pensar diferente, es un desafío dar valor desde el otro lado a la industria”, admite, alejado ya un poco de los fierros y el código. Bilello está, de nuevo, empezando otra vez. Es más, eso no es todo. Recienteme­nte fundó Griinku, una nueva startup enfocada en soluciones que usan tecnología blockchain para acompañar al sector del agro en la trazabilid­ad y los procesos. “Estoy aprendiend­o sobre procesos de incubación y búsqueda de inversores”, reconoce, siendo esta la primera vez que se anima a incursiona­r en el emprendedu­rismo. La carrera de Bilello no tiene ni principio ni fin claros. Como un Uróboros, su aprendizaj­e es continuo.

ENTRÉ COMO SUPERVISOR Y TERMINÉ COMO CIO LUEGO DE CASI 23 AÑOS DE TRABAJO

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CIO trayectori­a

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