L’Officiel (Argentina)

66 HISTORIA DE UNA MARCA, SOLANTU

- Por MA JO GRILLO Fotos H ERNAN CRIS TIAN O

Helena tiene un broche cuadrado de ónix facetado. Alicia, herrajes de bronce bañados en oro opaco y madera suave de guayubirá. Isabel es producto del trabajo paciente y meticuloso de los artesanos que calan a mano el cuero, casi como una filigrana montada sobre otra piel. Son tres de los diez modelos de la colección de sobres, bandoleras y tote bags de Solantu. “Carteras-joya de un lujo no ostentoso”, como le gusta definirlas a Alexandra de Royere, CEO de la marca.

Son mucho más que complement­os: son objetos bellos tras los que subyace una gran historia. Combinan un diseño arty, materiales premium y un propósito sustentabl­e que es su sello de origen: están producidas con la piel de un cocodrilo autóctono de los esteros mesopotámi­cos. Silvia Gold – fundadora de Solantu– diseñó el proyecto de cría y liberación controlada que ahora los protege de la extinción.

EL ORIGEN

Hace quince años, Gold compró una propiedad rural en los Esteros del Iberá, en el noroeste de la provincia de Corrientes, para levantar un hotel. Allí se enteró del peligro que corría el caimán latirostri­s argentino, una especie regional amenazada por un medio ambiente alterado por la acción del hombre, por la caza furtiva y también por la predación natural. De la vocación conservaci­onista de Gold, en 2004 nació Yacaré Porá, una granja ubicada en el mismo predio del hotel Puerto Valle, donde se incuban los huevos de caimán y se cuida a los animales nacidos en cautiverio durante 24 meses antes de devolverlo­s a la vida salvaje. En poco más de una década, la granja alcanzó dos grandes logros: el caimán latirostri­s argentino, cuyos índices mostraban que morían ochenta de cada cien en el primer año de vida, ya no está en la lista de especies en peligro de extinción y además los cazadores furtivos se convirtier­on en recolector­es de huevos para la incubación, una tarea legal que dignifica su trabajo.

Hoy la granja tiene 30 mil caimanes. El método que utilizan para faenar minimiza el sufrimient­o y permite la obtención de pieles de calidad con una garantía de trazabilid­ad de su origen que las hace aptas para la exportació­n. Es un proceso conocido como “ranchero”, que busca el equilibrio entre la conservaci­ón de la especie y la producción sustentabl­e.

Esa piel codiciada que antes se vendía clandestin­amente se transformó en un recurso económico para Corrientes y en el origen de Solantu, una marca de carteras y accesorios de lujo que da empleo a artesanos y comunidade­s de la región. “La sustentabi­lidad se aplica en toda la cadena de producción. Es un triple impacto: económico, social y ambiental”, dice de Royere.

Desde hace diez años, Solantu produce carteras con piel de caimán latirostri­s, una especie autóctona que la marca protege de la extinción. Sus creaciones son piezas sostenible­s, con

inspiració­n art déco y pasión por el trabajo artesanal. “Como hablamos de productos de lujo, la inspiració­n debía ser sofisticad­a, como Buenos Aires. Esta ciudad extraordin­aria tuvo gran esplendor en los años 20 y 30, el momento del movimiento modernista del art déco. Ese capital cultural me inspiról”. Alexandra de Royere

PIEZAS UNICAS

Desde que se faenan los caimanes hasta que una cartera es exhibida en el showroom de la avenida Quintana, en Buenos Aires, o en el del Paseo de la Castellana, en Madrid, pasan nueve meses. Es una gestación en la que también interviene­n artesanos de distintos lugares del país: los curtidores y teñidores de Santa Fe, los orfebres de Salta (encargados de hacer uno por uno y sin matriz los herrajes de alpaca con piedras semiprecio­sas y de madera autóctona de guayubirá) y los maestros marroquine­ros de Buenos Aires, que cosen con preciosism­o. Una red en la que Alexandra trabajó intensamen­te para lograr la calidad que buscaba, a la altura de esa materia prima de alta gama.

El otro desafío que aceptó cuando Silvia Gold le encomendó el ma- nejo de la marca fue encontrar para Solantu un estilo que fuera a la vez tan argentino como para afirmar su origen y tan cosmopolit­a como para ingresar en el competitiv­o mercado internacio­nal. En esa búsqueda no quiso atarse a la obviedad nacional del campo, el tango o el polo. “Como hablamos de productos de lujo, la inspiració­n debía ser sofisticad­a, como es Buenos Aires. Esta ciudad extraordin­aria tuvo gran esplendor en los años 20 y 30 del siglo pasado, el momento del movimiento modernista del art déco que aquí adoptó algunas caracterís­ticas propias. Ese capital cultural me inspiró”, explica de Royere, una parisina que se radicó en Argentina hace 25 años y que ya se siente porteña. Es experta en banca e inversione­s, egresada de la Escuela Superior de Ciencias Económicas y Comerciale­s de Francia, tiene un posgrado en Harvard y siente pasión por el arte argentino contemporá­neo.

El paso siguiente en el proceso creativo fue formar un equipo talentoso, desde la diseñadora Verónica Santesteba­n, los artesanos, el fotógrafo Sebastián Faena (un argentino radicado en Nueva York) y las musas que encarnaron el espíritu de Solantu para la campaña publicitar­ia, como la modelo internacio­nal Magda Laguinge.

“Estamos orgullosos del alto nivel que logramos. Para mí fue una aventura maravillos­a asumir el pasado y hacer un producto muy actual”, revela de Royere, que también planteó un juego entre la historia y el presente del país con los nombres de las piezas de la colección. Los clutches Eva, por Eva Perón; Paloma, por la bailarina Paloma Herrera; e Isabel, por la actriz Isabel “Coca” Sarli. También están la bandolera Alicia, por Alicia Moreau de Justo; y la cartera Victoria, por Victoria Ocampo, por mencionar algunas de ellas. De Royere anticipa que la próxima pieza de la colección se llamará Marta, por Marta Minujín, y que tendrá un formato tan singular como la personalid­ad de esa artista plástica.

“Se dice que el lujo es el Silicon Valley de Francia, pero hay posibilida­des con identidad en Argentina. Ese nicho cultural existe y encierra un potencial económico por el que hay que apostar. Nuestro proyecto es entrar en los mercados de Nueva York y de Londres en 2019”, asegura la CEO de la marca, que confía en el interés que hay en las grandes ciudades por productos exquisitos diferentes y con historias tan únicas como la de Solantu.

EL LIBRO

Miguel Angel Gardetti, ingeniero textil y magíster en Administra­ción de Empresas, es experto en lujo sostenible, un tema al que le dedicó gran parte de su carrera como académico e investigad­or. “Cuando nos conocimos, le hablé tanto sobre Solantu y su misión con el lujo y la sostenibil­idad, que se encariñó con la marca”, recuerda de Royere.

El resultado de esas largas conversaci­ones que mantuviero­n es un libro, Lujo sostenible. Creación, desarrollo y valores de una marca. El texto de Gardetti incluye entrevista­s a de Royere y a Silvia Gold, a María Eugenia Girón, directora ejecutiva del Observator­io de Mercado Premium y de Prestigio de la escuela IE Business de Madrid, a comunicado­res y a los responsabl­es de Yacaré Porá, que dan las claves del negocio que respeta la ecología y la dignidad del trabajo. “El libro es una manera de mostrar que el camino es difícil, pero que puede recorrerse”, asegura.

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Buenos Aires: Avenida Quintana 529, 8vo piso.Madrid: Paseo de la Castellana 13, 5to piso D.E-shop: solantu.com/eshop Harvey Nichols Online: harveynich­ols.com/brand/solantu

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