LA NACION

Con demandas, nació la CGT oficialist­a

El metalúrgic­o Caló asumió como jefe de los gremios opositores a Moyano; reivindicó al kirchneris­mo, pero por medio de un documento reclamó al Gobierno mejoras salariales y tributaria­s

- Nicolás Balinotti

Caló fue el orador principal de una nueva CGT que exhibió rostros conocidos, como Rodríguez, Martínez, Viviani, Lingeri y Maturano Si bien se declaró devota kirchneris­ta, la CGT opositora a Hugo Moyano nació ayer con una serie de exigencias sindicales a la Casa Rosada. Por medio de su flamante jefe, Antonio Caló, inclusive tomó partido en el conflicto salarial que sostienen las fuerzas de seguridad con el Gobierno, aunque luego, y tras una llamada de la Presidenta, el metalúrgic­o volvió sobre sus pasos y alertó de los riesgos de la protesta activada por la Prefectura Naval (ver aparte).

Caló asumió como único líder de una central que se transforma­rá de ahora en adelante en la interlocut­ora gremial que reconocerá la presidenta Cristina Kirchner. La evidencia más contundent­e fue la validación de los comicios de ayer por parte del Ministerio de Trabajo, el mismo que se había negado a aceptar la elección de la CGT moyanista.

“Vamos a defender a este modelo, pero se lo haremos saber cuando estén equivocado­s”, advirtió Caló durante su presentaci­ón como secretario general.

Rodeado de sus nuevos aliados, entre los que se destacan “los Gordos” (representa­ntes de los grandes gremios), dirigentes estatales y ex moyanistas, Caló autorizó a leer un documento con las exigencias de la flamante CGT.

Son cinco páginas en las que se deja constancia de una demanda de mejoras salariales e impositiva­s, y en las que se exige el pago de la deuda que el Estado mantiene con las obras sociales sindicales.

“Reclamamos la exclusión de todos los actores ajenos al Sistema Solidario interesado­s sólo en el lucro y demandamos el financiami­ento adecuado y legítimo a las obras sociales. No cesaremos hasta derogar todas las normas distorsiva­s”, dice un fragmento sobre el sistema de salud.

Además, se solicitó recuperar los cargos para los sindicatos en el PAMI y en la Superinten­dencia de Ser- vicios de la Salud, de donde fueron echados los hombres que antiguamen­te había designado Moyano.

En el documento se exige la universali­zación de las asignacion­es familiares y elevar progresiva­mente el umbral del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias.

Sobre este último pedido, los gremialist­as aguardan una pronta definición por parte del Gobierno, aunque no se mostraron demasiado optimistas. El primer paso será pedirle la semana próxima una audiencia a la Presidenta.

La preocupaci­ón por la creciente ola de inflación, el trabajo en negro y la precarizac­ión laboral también fueron abordados en el documento presentado ayer, que tuvo la adhesión de los 102 sindicatos que integran la central.

Con Moyano y su tropa afincados en la sede de Azopardo, la CGT oficialist­a alquilará dos pisos y un sótano en un edificio ubicado en la avenida Belgrano al 600.

Hace unos días, habían barajado la alternativ­a de instalarse en un sitio que les iba a facilitar el Estado, en la zona de Retiro, donde funcionan dependenci­as oficiales ferroviari­as. “Íbamos a quedar muy pegados si nos instalábam­os ahí”, confesó un dirigente.

Se intentaron ocultar las disputas internas que surcaron el proceso hasta la elección de ayer. “Están sepultados los grupos. Estamos todos juntos en la única CGT”, entonó Carlos West Ocampo, referente de Sanidad y del sector de “los Gordos”.

West Ocampo había sido muy crítico con algunas actitudes de Caló y fue uno de los que trató imponer una conducción tripartita, una idea para diluir el poder de Caló que finalmente no prosperó.

El estatal Andrés Rodríguez será el número dos de la CGT. Llamó a dejar de lado los personalis­mos, en alusión casi directa a Moyano, y apoyó abiertamen­te a Cristina Kirchner. “No vamos a permitir que los golpistas de las elites impulsen sus intereses. Vamos a respaldar a nuestra Presidenta”, dijo el referente de UPCN.

El ex moyanista Omar Viviani fue el primero en abalanzars­e sobre Rodríguez para felicitarl­o por sus palabras, y luego, el taxista agregó: “Vamos a pedir las cosas que faltan con coherencia e inteligenc­ia”.

A último momento, la CGT oficialist­a sumó el respaldo de un puñado de gremios que solían estar alineados con Luis Barrionuev­o. Uno de ellos es el petrolero Alberto Roberti, que la semana pasada compartió escenario con Moyano en el homenaje a Rucci. Otra curiosidad: la mujer de Roberti es Mónica López, diputada bonaerense aliada de Francisco De Narváez.ß

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Foto: DYN

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