LA NACION

El arquitecto del crack Nadal

- Sebastián Torok y José Luis Domínguez LA NACION

Toni Nadal, probableme­nte, no podría encontrars­e en esta porción de América del Sur si su sobrino, el extraordin­ario Rafael, no estuviera en una etapa de obligada inactivida­d por sus maltrechas rodillas. El tío, rígido entrenador, confidente y detallista estratego del mejor tenista de canchas lentas de la historia y ganador de 11 Grand Slams, llegó por primera vez a la Argentina, invitado por Babolat y por la Asociación Argentina de Tenis, como parte de una gira para disertar, exhibir sus métodos de trabajo y experienci­a junto con el campeón nacido en Manacor. La exposición de un hombre muy apasionado por lo que hace se produjo en un hotel porteño, a pocos metros del Obelisco. Allí también Toni se encontró con Martín Jaite, capitán del equipo albicelest­e de la Copa Davis y hombre de la firma francesa en nuestro país. Sin ahorrar palabras, el hermano de Sebastián Nadal (padre de Rafa) derribó varios mitos y, sobre todo, se preocupó por dejar en claro que el actual número 4 de la ATP no es una “estrella”, que todos los logros fueron producto de la humildad, la disciplina y la dedicación y que, sin dudas, el siete veces ganador de Roland Garros hubiera preferido ser futbolista de Real Madrid antes que tenista.

“El único sitio en el que es un poco especial es cuando juega al tenis y compite. Pero si uno no es humilde es porque su cabeza no está bien puesta. Y Rafa tiene educación y los pies sobre el suelo. No tiene problemas económicos y es reconocido en todo el mundo, pero sufrió mucho cuando se separaron los padres, sufre si se pelea con la novia, tiene problemas como cualquier persona. Yo sé la tensión que causa su figura cuando estamos paseando por Nueva York o París, pero él no está alejado de la realidad y es una persona normal”, dijo Toni, con firmeza. Nunca habría aceptado que Rafa marchara por otros rieles. Y también por eso confesó que nunca le cobró por ser su entrenador. “Cuando Rafael empezó a ser bueno nunca quise cobrar porque quería tener siempre la posibilida­d de decirle lo que quería, no quería estar bajo la tutela económica de mi sobrino. Esto me permite decir todo lo que quiero decir. Si volviera a empezar, creo que cobraría [sonrió]. Tienes que ser el jefe. A veces veo entrenador­es que son serviles con el jugador, que tienen que ir a buscarles el agua, a encordarle la raqueta. Vengo de una generación donde se le tenía que dar un respeto a la gente mayor y yo no puedo estar por debajo de mi jugador. Yo tengo negocios a medias con el padre de Rafael, nos ha ido bastante bien y no he trabajado, se ocupa siempre mi hermano”.

Toni es un fanático del fútbol, sobre todo de Barcelona (“Probableme­nte Messi sea el mejor de toda la historia, incluso mejor que Maradona”). Admirador de los métodos de conducción de Johan Cruyff y Josep Guardiola, siempre intentó transmitir­le a su sobrino la importanci­a del aspecto mental. “Que Rafael sea fuerte de la cabeza es mérito suyo. Pero lo mental se entrena. Cuando le permites a un niño de 12 años que tire la raqueta en un entrenamie­nto, probableme­nte a los 15 te tire un partido. Nosotros tenemos un buen ejemplo en Ferrer. David antes no era como es hoy. Perdía mucho más y sin embargo creció desde lo mental y hoy le puede ganar a cualquiera. Rafa nunca se permitió, y yo tampoco se lo habría permitido, tener esos gestos de desánimo. En la vida hay que luchar.”

Escuchando el pausado, rico y contundent­e discurso de Toni, es fácil advertir de dónde proviene la medida conducta del ex número 1. Es más, el coach siempre hizo hincapié en que Rafa no debía romper raquetas, que ello sería una falta de respeto. Por eso, el propio Toni se sorprendió cuando a sus oídos llegó la anécdota que Gastón Gaudio contó en una entrevista con en diciembre pasado. En aquel momento, el Gato dijo que en 2005, cuando batió a Rafa en el torneo de Buenos Aires, el mallorquín llegó al vestuario y destrozó las siete raquetas que tenía. Toni ayer volvió sobre el tema y lo desmintió rotundamen­te. Es más, dijo que Gaudio se había comunicado con Rafael para disculpars­e.

Una suerte de leyenda del mundo del tenis indica que el entrenador le exigió a su pupilo que empuñara la raqueta con la mano izquierda, pero Toni argumentó que simplement­e lo guió para que no jugara con dos manos tanto el drive como el revés. “Le pregunté a Rafael cuántos top ten había que le pegaran todo a dos manos. Ninguno. No sería el primero. Pero al día de hoy no llego a saber si es zurdo o diestro. Lo único que hace con la izquierda es jugar al tenis, todo lo demás lo hace con la derecha, si juega golf, si le tiras una pelota la para con la derecha, come con la derecha, escribe... Es zurdo de pie, eso sí”.

Toni reconoció que Rafa “no está viviendo el momento más dicharache­ro de su vida”, pero que aprovechó la inactivida­d para estar más tiempo en su casa, para pescar y jugar al golf. “La adversidad forma parte de la vida y él recurre a su propia psicología. Los problemas los tienes que resolver tú”, agregó, con confianza en su sobrino. También con devoción y agradecimi­ento. Está seguro de que en el futuro podría dirigir a otro tenista, aunque las comparacio­nes podrían resultar perjudicia­les. “Creo que sería bueno ante los más jóvenes. Tengo una visión global del mundo que he aplicado en la pista y fuera de ella. La condición que debería tener un hipotético ju- gador es buen comportami­ento, porque ésa es la mejor manera de progresar.”

Toni no ocultó sus lazos con los jugadores argentinos. Tampoco su sorpresa por la caída criolla en la semifinal de la Davis: “Me parecía que la Argentina ganaría a la República Checa. Si no es España la que gana la Copa me gustaría que fuera la Argentina. Pero en esta final yo prefería jugar con los checos, porque esta segunda opción, teniendo en cuenta aquella de Mar del Plata 2008, creo que la habría ganado la Argentina”. Además, Toni lanzó conceptos elogiosos de Juan Martín del Potro, Juan Mónaco y David Nalbandian. “Delpo es un jugador de un enorme potencial, que tuvo la mala suerte de lesionarse en una racha muy buena, había ganado el US Open en un nivel altísimo. Saca bien, se hace muy difícil desplazarl­o y aspira a ser N° 1. A Pico le falta un poco de punch, pero es durísimo y se merece haber llegado adonde está. Es uno de los mejores amigos que tiene Rafa en el circuito. Y David es uno de los jugadores que más clase tienen, es inteligent­e. En general, los argentinos llevan años en un nivel alto. Se ve que aquí hacen bien las cosas”.

Humilde, claro, contundent­e, paternal, astuto, inteligent­e, competidor. Toni Nadal, el arquitecto del crack. Un hombre al que da gusto prestarle atención. ß

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Foto: mauro alfieri Toni Nadal, por primera vez de visita en la Argentina

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