LA NACION

“Esto no se convertirá en un conflicto entre sirios y turcos”

Lo dijo a el la nacion presidente del Líbano, Michel Suleiman, de visita en la Argentina

- Paula Markous

A pesar de que en los últimos meses la guerra en Siria amenaza con extenderse más allá de sus fronteras y aviva los temores de una regionaliz­ación del conflicto, el presidente del Líbano, Michel Suleiman, de visita oficial en la Argentina, fue categórico: “Esto no se convertirá en un conflicto sirio-turco o entre sirios y libaneses”.

En un encuentro con distintos medios, entre ellos la nacion, el presidente respondió con serenidad a las preguntas, que en su mayoría giraron en torno al tema que tiene en vilo a Medio Oriente: la guerra que desangra a Siria, vecino del Líbano.

Los choques entre las tropas del gobierno de Bashar al-Assad y el ejército rebelde, que dejaron más de 30.000 muertos, afectan cada vez más al Líbano y Turquía, con ataques externos de Siria y enfrentami­entos en la frontera.

El conflicto escaló ayer cuando Turquía obtuvo luz verde de su Parlamento para continuar las represalia­s militares contra Siria, un día después del bombardeo contra la localidad turca de Akçabale, que dejó cinco civiles muertos (ver aparte).

Consultado por la nacion sobre el tema, Suleiman dijo que no estaba “al tanto de los pormenores turcos”, pero volvió a repetir que estaba “seguro” de que esta situación no se convertirá en una guerra entre los dos países.

El presidente también negó que Siria tenga el objetivo de crear un estado de inestabili­dad en el Líbano, al ser consultado si existía el temor en su país a una maniobra de este tipo. “Damasco tiene sus propios problemas y apenas puede dar soluciones a ellos”, dijo Suleiman.

Sin embargo, dejó claro que “son los propios libaneses los que no deben dejar que las consecuenc­ias y secuelas de la situación siria repercutan en el Líbano”.

“Esto se logra a través de la posición de neutralida­d que optamos por tomar en la Comisión Nacional de El Diálogo”, explicó.

El presidente rechazó, además, una intervenci­ón armada en el país vecino, pero dijo que apoyaría una “solución política que requiera ayuda árabe”.

Con respecto a las amenazas de seguridad de su pequeño país –de cuatro millones de habitantes–, donde se comprobó la presencia de miembros del opositor Ejército Libre de Siria (ELS) y de desertores del ejército de Al-Assad, Suleiman explicó que la situación se debe a “la porosa frontera entre ambos países”.

“No existe en el Líbano una base del ELS. Lo que ocurre es que la frontera es tan porosa que algunas veces puede penetrar el ejército regular sirio o miembros de ELS. Pero el ejército libanés tiene la misión de perseguir a cualquier efectivo armado extranjero”, dijo el mandatario.

Consultado sobre el otro gran tema que afecta a Medio Oriente, un posible bombardeo israelí a las instalacio­nes nucleares de Irán, Suleiman negó que exista temor en su país por un posible ataque preventivo a Hezbollah, una milicia chiita con base en el sur del Líbano y apoyada por Irán. Afirmó que es “la comunidad internacio­nal la responsabl­e de impedir que Israel lleve adelante un hecho semejante”.

El presidente volvió a afirmar ayer lo que había anunciado el martes pasado durante su visita a Perú, en el marco de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de América del Sur y Países Árabes (ASPA): el brazo armado de Hezbollah será usado bajo el comando del ejército si el Líbano es atacado por Israel.

De todos modos, enseguida aclaró que en un futuro el objetivo es el desarme de las milicias en el interior del país.ß

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