LA NACION

La oposición frenó el concurso del juez que recibirá el caso Clarín

Magistratu­ra. Fue después de un día de negociacio­nes, protestas y una insólita vigilia

- Paz Rodríguez Niell

En la jornada más larga que se recuerde en el Consejo de la Magistratu­ra, la oposición consiguió ayer impedir el avance de un concurso sensible para el Gobierno: el que elegirá al futuro juez del caso Clarín, quien deberá decidir si el grupo debe o no desinverti­r.

Fue un día tenso, con manifestan­tes en la calle, cónclaves y emisarios que subían y bajaban las escaleras.

El kirchneris­mo buscó, desde la mañana, un acuerdo para aprobar a los candidatos para cubrir las cinco vacantes en el fuero civil y comercial federal (una de ellas, la del Juzgado 1, donde está la causa Clarín), pero a las 16 una conferenci­a de prensa del bloque opositor anunció que no habría consenso. “Nosotros no vamos a aceptar ninguna alternativ­a que no sea un nuevo concurso”, advirtió el radical Oscar Aguad. Su fundamen- to: que el Gobierno estaría detrás de una maniobra para digitar el procedimie­nto y nombrar a alguien afín para que falle contra Clarín.

A Aguad lo rodeaban los abogados Daniel Ostropolsk­y y Alejandro Fargosi; el juez Ricardo Recondo, y el radical Mario Cimadevill­a. La imagen puso fin a las especulaci­ones y fue una demostraci­ón de fuerza. Votando juntos, ellos pueden impedir que se apruebe cualquier concurso.

Pero el día ya había empezado mal para el kirchneris­mo. Unas 300 personas, casi todos abogados, se reunieron a la mañana frente al Consejo para reclamar que no se recusara a Recondo. De origen radical, este consejero, camarista y ex presidente de la Asociación de Magistrado­s siempre fue muy crítico del kirchneris­mo. Una candidata del concurso lo recusó –y el oficialism­o dio trámite a su planteo– por su supuesta intervenci­ón en el nombra-

Recondo recibió ayer el apoyo de abogados y juristas miento del subrogante del Juzgado 1. “Recondo, Recondo”, lo vivaban cuando llegó al Consejo, minutos después de las 11, abriéndose paso entre abrazos y apretones de mano. “¡Si lo tiran a Recondo al bombo, va a haber quilombo!”, cantaba, entusiasta, el constituci­onalista Daniel Sabsay. Estaban también el ex juez de la Corte Gustavo Bossert, el rabino Sergio Bergman, el ex fiscal Pablo Lanusse, la diputada Laura Alonso (Pro) y el fiscal del Juicio a las Jun- tas Julio Strassera, que dijo a la nacion: “El Consejo de la Magistratu­ra es una vergüenza. Son inmorales. Saben que es una trampa porque le imputan a Recondo una resolución que no firmó”.

A esa hora ya estaban todos los consejeros kirchneris­tas reunidos en un despacho del primer piso y en la gran sala de plenario del segundo, los opositores. Cerca del mediodía empezaron las negociacio­nes.

La propuesta final del oficialis- mo fue aprobar los cinco primeros candidatos del concurso y dejar pendiente quiénes serían los otros dos. La candidata que recusó a Recondo (que, según la oposición, quieren nombrar en el Juzgado 1) iba a quedar afuera. La oferta incluía además el rechazo de la recusación a Recondo. “Resolvamos esto. Es todo un quilombo. Cumplamos con dar cinco candidatos, cerramos todo y nos vamos a casa”, le decía el kirchneris­ta Carlos Moreno a Recondo en un pasillo. Su interlocut­or no le decía que no y charlaron un rato largo. Hasta la conferenci­a de las 16, hubo todo el día conversaci­ones como ésta.

“No se podía aprobar”, dijo Cimadevill­a. “El oficialism­o le da trámite a una presentaci­ón trucha de una concursant­e vinculada al Gobierno. Todo el concurso está bajo sospecha”, alegó. Como reacción a la conferenci­a de la oposición, Moreno, Stella Maris Córdoba y Hernán Ordiales subieron a hablar con la prensa. “Es un concurso transparen­te, de dos años, que nunca se objetó. Acá lo que pasa es que quieren seguir teniendo a un subrogante, un jubilado, para que falle en el caso Clarín; por eso de repente no quieren el concurso –dijo Moreno–. Mientras por un caso dejan 25.000 expediente­s sin juez.”

Después, hubo cuatro horas de vigilia. Los kirchneris­tas tenían quórum propio, pero no querían sesionar porque perdían. Los opositores no se iban porque los oficialist­as, si se quedaban solos, podían abrir el plenario en cualquier momento, antes de que terminara el día, y aprobar la terna (para eso se requieren dos tercios, pero de los presentes). Cuando todos se acomodaban para esperar la medianoche, el presidente del Consejo, el oficialist­a Manuel Urriza, anunció el fracaso de la sesión. La pelea seguirá el jueves próximo.

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Foto: Fernando massobrio

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