LA NACION

El uso político de Sarmiento

- Diego Valenzuela —PARA LA NACION— El autor escribió, junto a Mercedes Sanguineti, Sarmiento periodista, el caudillo de la pluma

Tras el debate en la Universida­d Di Tella sobre los usos de la Historia, a propósito del comentario que hizo la Presidenta de nuestro libro Sarmiento periodista, quisiera volver sobre la pertinenci­a de esa apelación difundida por cadena nacional y sus significad­os sobre el presente. ¿Por qué combate Sarmiento en la prensa? ¿Acaso porque se sentía un periodista militante? “Soldado con la pluma o con la espada, combato para poder escribir”, expuso el sanjuanino cuando era boletinero del Ejército Grande. De hecho, calificó a su Facundo como “una acción inmediata y militante” contra Rosas. Combatía para poder escribir y combatía a Rosas, en otra Argentina, con institucio­nes en formación y muy restringid­os canales de expresión.

Es habitual que se haga un uso político de la Historia, pero la señora presidenta no reparó en los contextos de época. Interpeló a los medios actuales recurriend­o a hechos ocurridos hace casi un siglo y medio, cuando el país estaba en plena consolidac­ión, con sus institucio­nes aún tambaleant­es. Una etapa en la que, como escribió el historiado­r Natalio Botana, “las revolucion­es se hacían en la prensa”. Es que el periódico era entonces un arma de la política.

La jefa del Estado señaló a Mariana Ve- rón, periodista de la nacion, y le dijo: “Sarmiento te hubiera cerrado, Mariana”. Así, proyecta lo ocurrido en 1874 –en plena revolución de Mitre contra Sarmiento y su sucesor Avellaneda– a la actualidad, como si se tratara de escenarios políticos similares. Y su gobierno queda como respetuoso de la libertad de expresión en oposición al de Sarmiento, que no tuvo reparos en cerrar periódicos. ¿O acaso quiso decir que la nacion le está haciendo la revolución a su gobierno? ¿O, peor, dio a entender que ella podría seguir el camino de Sarmiento 138 años después?

La mención equiparó al periodismo del turbulento siglo XIX con el periodismo ac- tual, sin reparar en notorias diferencia­s. En aquel siglo, el periodismo como campo profesiona­l no existía y la prensa era casi exclusivam­ente un medio para construir poder. Los diarios no tenían un público amplio, pues eran “armas” creadas por facciones políticas para imponer sus ideas. Desde fines del siglo XIX, con la expansión del público lector, la prensa se fue separando de la política y los periodista­s se fueron profesiona­lizando.

Por último, Cristina nada dice del Sarmiento que considerab­a que la prensa era en los tiempos modernos “lo que el foro había sido para los romanos”, y no menciona que el sanjuanino llamaba a la prensa “la medida de civilizaci­ón de los pueblos”. Tampoco recuerda que comparó a los periódicos con “la respiració­n diaria”, o que sentenció: “Por el diarismo los pueblos mandan, la opinión se forma y los gobiernos la siguen de mal grado”.

Y no apuntó que Sarmiento, consciente de la tensión que genera la libertad de imprenta, eligió defenderla: “Haya libertad para todos y déjese a la prensa, esa reina o ramera según quién la inspira, entregarse a sus propios instintos”.

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