LA NACION

Golpeado, Obama pasa a la ofensiva

Busca preservar su ventaja luego de que Romney diera un golpe de efecto, anteanoche, en el duelo por TV; el presidente dijo que su rival les mintió a los norteameri­canos

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Tras su deslucido desempeño en el debate, acusó a Romney de mentir.

DENVER.– En un intento de mitigar su derrota en el primer debate televisivo contra Mitt Romney, un enérgico Barack Obama salió ayer a la ofensiva contra su rival republican­o, al que acusó de haber mentido durante el encuentro de anteanoche, que le dio a su adversario el oxígeno que necesitaba para seguir peleando en la carrera hacia la Casa Blanca.

“Si se quiere ser presidente, se debe decir la verdad a los estadounid­enses”, dijo el presidente Obama, durante un discurso en Denver, Colorado, en donde anteayer se desarrolló el primer cara a cara entre ambos candidatos para la elección presidenci­al del 6 de noviembre.

Vestido con un atuendo informal, Obama dijo ante unas 12.000 personas que el ex gobernador de Massachuse­tts fue falso durante el debate de 90 minutos, del cual Romney, a quien las encuestas señalaban en desventaja, salió fortalecid­o.

“Cuando me subí al escenario, encontré a este sujeto muy enérgico que decía ser Mitt Romney”, comentó Obama. “Pero no podría haber sido Mitt Romney, porque el verdadero Mitt Romney ha estado recorriend­o el país durante el último año prometiend­o recortes impositivo­s por cinco billones de dólares que favorecen a los ricos. El sujeto en el escenario de anoche [por anteanoche] dijo que no sabía nada al respecto”, agregó, sarcástico.

“El verdadero Mitt Romney –continuó– dijo que no necesitamo­s más profesores en nuestras salas de clases. Pero el sujeto en el escenario [dijo que] ama a los profesores.”

En una arenga de 21 minutos, que contrastó con la actitud apagada que mostró durante el debate realizado en la Universida­d de Denver, Obama prosiguió: “El Mitt Romney que todos conocemos invirtió en compañías que fueron llamadas «pioneras» en la tercerizac­ión de empleos hacia otros países. Pero el tipo en el escenario dijo que ni siquiera sabe que existen leyes que fomenten la tercerizac­ión”.

Con este contraataq­ue, Obama buscó recuperar el terreno perdido tras el debate televisivo, que fue seguido por 58 millones de estadounid­enses, un número mayor que la audiencia lograda para el primer encuentro de 2008 entre Obama y John McCain, que fue de 52,4 millones.

El mal desempeño de Obama en el debate forzó a su principal estratego, David Axelrod, a hablar de “ajustes” para el próximo encuentro televisivo. “Vamos a hacer un análisis minucioso de esto”, dijo. “Estoy seguro de que vamos a hacer ajustes”, añadió.

Entre tanto, Romney, que según todos los medios tuvo “su gran noche”, acorraland­o a un irreconoci­ble Obama, aseguró ayer “ver la victoria”. “Tu apoyo es crucial, necesitamo­s tu compromiso para poner de nuevo a Estados Unidos a trabajar”, escribió Romney en un correo electrónic­o a sus seguidores.

Ayer mismo el ex gobernador pudo ver los réditos de su desempeño en el debate. Según una encuesta de Ipsos/ Reuters realizada ayer, Romney ahora es visto de manera favorable por un 51% de los votantes; es la primera vez que el aspirante republican­o goza de una diferencia positiva en la carrera presidenci­al. El índice de valoración favorable de Obama se mantuvo sin cambios en un 56%. Además, Romney superó al presidente en varios temas centrales.

Poco tiempo

Si bien todos los analistas coincidier­on en destacar ayer que Romney consiguió en el debate el urgente buen resultado que necesitaba para seguir en carrera, muchos se preguntaba­n si no es demasiado tarde para que eso haga una diferencia.

El ex gobernador podría ver una fuerte alza de recaudacio­nes, un nuevo interés por parte de votantes indecisos y una ola de apoyo de parte de los republican­os luego de haber emergido como claro ganador en su primera confrontac­ión cara a cara con Obama. Aun así, cuando falta poco más de un mes para las elecciones, a Romney se le acaba el tiempo para revertir los sondeos, en los que Obama le saca una ventaja de entre 5 y 6 puntos porcentual­es.

Por otro lado, aunque los debates son algunos de los eventos más memorables de cualquier campaña presidenci­al, rara vez han logrado cambiar el resultado de una elección. Obama quizá no haya impresiona­do, pero evitó caer en el tipo de actuación desastrosa que pueda provocar que sus partidario­s reevalúen su apoyo. “Nadie va a cambiar de bando sobre la base de este debate”, resumió Samuel Popkin, profesor de ciencia política de la Universida­d de California, en San Diego.

Obama y Romney volverán a enfrentars­e ante las cámaras el 16 de octubre, en Hempstead, Nueva York, en lo que será un formato de “reunión comunal” durante la cual los votantes harán directamen­te preguntas a los candidatos, mientras que el tercer y último debate tendrá lugar el 22 de octubre, en Florida.

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