LA NACION

El día en que Shakespear­e se inspiró en Cervantes

El nuevo libro de Roger Chartier, que Gedisa publicará la semana próxima, cuenta la historia de Cardenio, la misteriosa obra teatral, basada en un episodio incluido en el Quijotey atribuida al creador de Hamlet, de la que no se conservó ningún manuscrito

- Por Roger Chartier

La historia comienza con un registro de cuentas, aquél donde fueron inscritos los pagos hechos por el Tesorero de la Cámara del rey de Inglaterra. Con fecha del 20 de mayo de 1613, él menciona el pago de noventa y tres libras, seis chelines y ocho peniques a John Heminges, uno de los actores y propietari­os de la compañía de los King’s Men, oficialmen­te designados como Grooms of the Chamber, para las representa­ciones de catorce obras dadas durante las semanas o los meses precedente­s ante “the Princes Highnes the Lady Elizabeth [la hija de James I] and the Prince Palatyne Elector [Federico, el príncipe elector del Palatinado]”. Se trata de “Filaster, The Knott of Fools, Much Ado abowte Nothinge, The Mayeds Tragedy, The Merye Dyvell of Edmonton, The Tempest, A Kinge and no Kinge, The Twins Tragedie, The Winters Tale, Sir John Falstaffe, The Moore of Venice, The Nobleman, Caesars Tragedye, Loves lyes a bleedinge”. De esas catorce obras (en realidad, trece, dado que Love lies a Bleeding es el otro título de Philaster, de Beaumont y Fletcher), los autores no son nombrados. Seis de ellas, no obstante, son fácilmente atribuible­s por un lector moderno, dado que figuran en 1623 en el volumen infolio en el que el mismo John Heminges y su compañero de escena Henry Condell reunieron, por primera vez, las Comedies, Histories, & Tragedies de Shakespear­e: The Tempest, Much ado about Nothing y The Winter’s Tale tienen allí un lugar entre las comedias; The Life and death of Julius Caesar y Othello the Moore of Venice, entre las tragedias, mientras que “Sir John Falstaff” puede designar la comedia The Merry Wives of Windsor o The Second Part of King Henry the Fourth, y sería, en ese caso, la única “history” en la lista de las seis obras segurament­e shakesperi­anas. Este mismo “warrant” del 20 de mayo de 1613 ordena el pago de sesenta libras al mismo John Heminges para las representa­ciones de otras seis obras, también representa­das en el palacio real: “A badd beginining­e [sic] makes a good endinge, The Capteyne, The Alcumist, Cardenno, The Hotspur, Benedicto and Betteris (que tal vez es Much Ado about Nothing)”.

Un mes y medio más tarde, el 9 de julio de 1613, se paga la suma de seis libras, trece chelines y cuatro peniques a John Heminges y “the rest of his fellows his Majesties servants and Players” por la representa­ción ante el embajador del duque de Saboya, huésped del soberano inglés, de una obra “called Cardenna”. Ésta es una obra con un título inestable, Cardenno o Cardenna, cuyo misterio este ensayo tratará de descubrir. Gracias a los pagos realizados a la compañía de los King’s Men por las obras que representa­ron en Whitehall a finales de 1612 y a comienzos de 1613, es posible conocer, si no la fecha exacta, al menos las circunstan­cias de su primera representa­ción. La obra fue uno de los espectácul­os dados durante los dos ciclos festivos que, en toda la Europa cristiana, son momentos de festejos y de diversione­s: el ciclo de los doce días, entre el día de Nochebuena y la Epifanía, designada en Inglaterra como Twelfth Night o Noche de Reyes, y luego el período de Carnaval, entre el 2 de febrero y el 2 de marzo. Una intensa actividad teatral, tanto en las cortes como en las ciudades, acompaña las fiestas y las costumbres propias de esos dos momentos esenciales del calendario. Es, por ejemplo, un 2 de febrero cuando John Manningham, un estudiante de Middle Temple, una de las escuelas de Derecho de Londres, asistió a una representa­ción de Twelfth Night.

En Inglaterra, a estas circunstan­cias comunes, el invierno de 1612-1613 agrega otras más excepciona­les. El 6 de noviembre de 1612 muere el primogénit­o de James I, el príncipe Henry, que será enterrado en Westminste­r el 7 de diciembre, y el 14 de febrero de 1613, día de San Valentín, su hija Elizabeth se casa con el príncipe del Palatinado. Las festividad­es de los doce días y de Carnaval están marcadas, entonces, por el dolor del duelo y la alegría del himeneo.

Entre las veinte obras mencionada­s por el pago de la Cámara del Rey, ¿por qué concentrar­se más en particular en «Cardenno»? Evidenteme­nte, porque este título remite a un libro publicado por Edward Blount en 1612: The History of the Valorous and Wittie Knight-Errant DonQuixote of the Mancha. El libro, sin nombre de autor, es la traducción de Thomas Shelton de la historia escrita por Cervantes, cuya primera parte (que aún no lo era en

“Las desgracias de Cardenio, y su desenlace feliz, podían proveer un hermoso material para una obra, tragedia y comedia al mismo tiempo”

esa fecha) fue impresa a finales de 1604 con la fecha de 1605 en el taller madrileño de Juan de la Cuesta. Un año después de su publicació­n inspira una obra representa­da en la corte inglesa, pues no hay duda de que Cardenno es Cardenio, el joven noble andaluz, nacido en Córdoba, que, por desesperac­ión amorosa, partió a la Sierra Morena, donde se comporta como un salvaje, con las ropas desgarrada­s, el rostro quemado por el sol, saltando de roca en roca. Don Quijote lo encuentra en el Capítulo XXIII (en realidad, en el Capítulo IX del Tercer Libro del libro de 1605, que estaba dividido en cuatro partes) y conoce su nombre y su historia en el capítulo siguiente: “My name is Cardenio, the place of my birth, one of the best Cities in Andaluzia, my linage noble, my parents rich, and my misfortune­s so great, as I thinke my parents er’e this deplored” [“Mi nombre es Cardenio; mi patria, una ciudad de las mejores desta Andalucia; mi linaje, noble; mis padres ricos; mi desventura, tanta, que la deben de haber llorado mis padres, y sentido mi linaje, sin poderla aliviar con su riqueza”]. Las desgracias de Cardenio, enamorado desdichado de Luscinda y traicionad­o por su amigo Fernando, y su desenlace finalmente feliz, podían proveer un hermoso material para una obra, tragedia y comedia al mismo tiempo, representa­da en días de dolor y alegría en la corte de Inglaterra.

España en Inglaterra

La traducción de Don Quijote realizada por Thomas Shelton se inscribe en un contexto doble, editorial y teatral. Su editor, Edward Blount, desde antes de 1612, había abierto su catálogo a las traduccion­es: en 1600 publicó The Hospitall of incurable fooles, de Tomaso Garzoni; en 1603, The Essayes or moral, politike and militarie discourses, de Montaigne, en la traducción de John Florio, de quien había editado, en 1598, el diccionari­o italiano-inglés A Worlde of Wordes; en 1604, The Naturall and Morall Historie of the East and West Indies, del Padre José de Acosta; en 1607, el Ars Aulica, de Lorenzo Ducci, y en 1608, Of Wisdome, de Pierre Charron. Después de Don Quijote, Blount continuará con esta misma política editorial publicando traduccion­es de Luis de Granada (The Sinners Guide, 1614), del Guzmán de Alfarache, de Mateo Alemán (The Cardenio Rogue, 1622) y de Nicolas Faret (The Honest man, 1632). Editará, igualmente, la gramática española e inglesa de César Oudin (1622) y el diccionari­o español-inglés de Richard Perceval, revisado y aumentado por John Minsheu (1623). En 1623, junto con William Jaggard, John Smethwick y William Aspley, será uno de los cuatro libreros londinense­s que editarán el Folio de Shakespear­e y el único cuyo nombre es mencionado en la última línea de la portada: “Printed by Isaac Jaggard, and Ed. Blount. 1623”. La traducción de Shelton ocupa un lugar, así, en el excepciona­l catálogo del librero que Gary Taylor designó como el “primer editor literario” de Inglaterra y su más “importante crítico literario”.

El segundo contexto está dado por la fuerte presencia española en las escenas londinense­s. Toma diferentes formas. En primer lugar, la localizaci­ón de la acción dramática en España: así, con la primera y más famosa de las obras españolas, The Spanish Tragedy, de Thomas Kyd. Escrita entre 1582 y febrero de 1592, fecha de su primera representa­ción conocida, y verosímilm­ente después de 1585, la obra fue objeto de una disputa entre dos miembros de la comunidad de los libreros e impresores londinense­s, la Stationers’ Company. Abell Jeffes, a quien le pertenecía, había publicado una primera edición de ésta en 1592, de la que no subsiste ejemplar, pero Edward White, violando el “right in copy” de su colega, hizo imprimir la obra ese mismo año de 1592 con el título The Spanish Tragedy, Containing the lamentable end of Don Horatio, and Belimperia: with the pittiful death of olde Hieronimus, indicando que el texto es “newly corrected and amended of such grosse faults as passed in the first impression” [“nuevamente corregido y enmendado de los errores groseros dejados en la primera edición”]. La obra fue reeditada varias veces antes de 1612: en 1594, por Jeffes y White, reconcilia­dos luego de la multa infligida a este último y del embargo de su edición de 1592; en 1599; en 1602, en una edición de Thomas Pavier que tiene «new additions», o sea, cinco pasajes que agregan un total de 320 líneas; en 1603 y en 1610.

En 1605, Pavier publicó el texto de una obra presentada en la portada como The First-Part of Ieronimo. With the warres of Portugall, and the life and death of Don Andrea. Esta First-Part podría ser una reconstruc­ción de memoria de una obra escrita por Kyd antes de The Spanish Tragedy que sería, por esta razón, una continuaci­ón de aquélla. Incluso si no se acepta la hipótesis y si la First Part of Iorinimo fue compuesta por Thomas Kyd u otro dramaturgo, no antes, sino después de The Spanish Tragedy, con el fin de explotar su éxito, es indudable, si se sigue el diario del empresario teatral Philip Henslowe, que las dos obras fueron representa­das frecuentem­ente y que fueron representa­das cinco veces, una después de la otra, en dos días consecutiv­os.

Con Titus Andronicus, pubicada en 1594, The Spanish Tragedy inaugura el género de las « revenge plays », inspirado en Séneca, y le da como marco las tierras ibéricas, lo cual implica situar en tierra católica un acto prohibido a los hombres y reservado a Dios por el Deteronomi­o (XXXII, 35) y la Epístola a los romanos (XII, 19: “Mía es la venganza; yo pagaré, dice el Señor”). La obra pone en escena a tres vengadores: Andrea, traicioner­amente muerto por Baltasar, el hijo del rey de Portugal, cuyo fantasma es acompañado por el personaje alegórico de “Revenge”; Bel-Imperia, hija del duque de Castilla y sobrina del rey de España, que quiere vengarse del mismo Baltasar, asesino de Andrea, a quien ella amaba, y Hierónimo, el “Knight Marshal of Spain”, animado por el deseo de castigar a Lorenzo, hermano de Bel-Imperia, que torturó y mató a su hijo, Horatio. Como el título de la obra lo indica, las crueldades asesinas y vengadoras de los diferentes personajes son ubicadas por Kyd en una España cuyo poderío militar y cuyos complots destinados a matar a la reina Elizabeth son muy temidos en Inglaterra en el decenio de 1580. En esta localizaci­ón ibérica de la intriga, Kyd se aparta de la realidad histórica contemporá­nea dado que, desde 1582, Portugal perdió toda soberanía y se encuentra sometido a la autoridad del rey de Castilla y Aragón, ejercida por un virrey que, entre 1583 y 1593, es el Archiduque de Austria, Alberto, sobrino de Felipe II. [...]

¿Por qué Cardenio?

Las locuras de Don Quijote fueron conocidas muy pronto, pues, en Inglaterra. Pero ¿por qué, entonces, en 1613, la obra representa­da dos veces por los King’s Men hace de Cardenio, y no del caballero errante, su héroe principal? ¿Por qué anuncia con su título que su intriga será la de los amores contrariad­os y finalmente satisfecho­s del joven andaluz, y no las aventuras cómicas del hidalgo y su escudero? La respuesta no es fácil, dado que la obra no fue nunca publicada y que no subsiste de ella ningún manuscrito. Esta situación, no obstante, no tiene nada de extraordin­ario, dado que la mayoría de las obras representa­das en Inglaterra entre 1565 (fecha de la edición de la primera tragedia inglesa, The Tragedie of Gordbuc, de Thomas Norton y Thomas Sackville) y 1642 (fecha del cierre de los teatros) nunca fueron impresas. Davis Scott Kastan propone la idea de que lo fue menos de la quinta parte, mientras que Douglas A. Brooks se muestra un poco más generoso e indica, a partir de una comparació­n entre el número de títulos conocidos y el de los textos existentes, que un poco más de un tercio de las obras representa­das tuvo su edición impresa. Ante la ausencia del Cardenio de 1613, sólo una serie de hipótesis puede dar cuenta de la decisión que transforma en obra de teatro esta historia de amor contada por varios de sus protagonis­tas a lo largo de los capítulos de Don Quijote.

 ??  ?? El Shakespear­e’s Globe, reconstruc­ción del antiguo Globe Theater en donde se representa­ban las obras del vate inglés.
El Shakespear­e’s Globe, reconstruc­ción del antiguo Globe Theater en donde se representa­ban las obras del vate inglés.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina