La palabra propia
En un artículo publicado en 1895 en La NacioN, Rubén Darío hizo una observación sobre Pedro B. Palacios, mejor conocido como Almafuerte, que no ha perdido un punto de validez: “No se detiene en labores de mosaico. Halla con frecuencia la palabra propia, por lo mismo que huye del artificio, y porque ha sido y es un estudioso: y dice lo que quiere, porque dice lo que siente”. Darío rescata el vigor de la poesía de Almafuerte, su manera de mirar, y sentir, de frente las cosas.
Pese a la enorme fama que tuvo en su momento, Almafuerte merece todavía un redescubrimiento y una relectura; eso es justamente lo que propone esta edición de su Poesíacompleta en edición preparada por María Minellono. Están aquí los poemas que el autor publicó en vida, aparte de varias obras inéditas. Como en todos los volúmenes de la Colección Archivos, se incluye un minucioso análisis textual, un cuidadoso aparato de notas, una cronología, testimonios de la época y numerosos ensayos de, entre otros, Blas Matamoro, María Luisa Freyre y José Panettieri, además de un CD con imágenes y reproducciones de manuscritos. Más allá de estos materiales, ciertos versos de Almafuerte se imponen de un golpe: “Recibir el dolor y sufrirlo/ con no sé qué mental arrogancia,/ cual pudieran sentir –si sintiesen– los nobles metales la acción de la fragua”.ß