Un intento de frenar auditorías delicadas
El embate de los legisladores kirchneristas contra la continuidad de Leandro Despouy fue un intento de frenar varias auditorías que él motorizó en la AGN, como las vinculadas con la importación de combustibles (Enarsa); la comercialización de granos (Oncaa) y la construcción de viviendas sociales (Programa Sueños Compartidos y Sergio Schoklender).
Ayer Despouy iba a plantear a la Comisión Mixta Revisora de Cuentas el plan de gestión de la AGN para 2013 e iba a hablar de aquellas auditorías. El kirchnerismo se lo impidió. Tal vez, el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, que a esa misma hora estaba en Córdoba hablando sobre el Código Civil, fue sincero cuando, al enterarse, se mostró sorprendido frente a sus colegas. Pero lo cierto es que el oficialismo quiso avanzar.
En 2011, el Gobierno había estado a punto de alcanzar ese mismo objetivo gracias a que el presidente del partido, Mario Barletta, buscaba poner a otro hombre de su confianza en lugar de Despouy. Al auditor lo salvó que él había advertido que podía ocurrir una tragedia como la de Once. Y, desde entonces, la UCR se alineó sin fisuras detrás del auditor general.
El kirchnerismo, invocando el artículo 121 de la ley 24.156, afirma que el auditor tiene un mandato de ocho años, que venció en 2010. La UCR, en cambio, sostiene que la reforma constitucional de 1994 no establece ese límite. El intento del FPV fracasó, pero el Gobierno sigue sin dar explicaciones.