Le quitan a Oyarbide el caso contra Moreno
Duro fallo. La Cámara señaló que el juez puso en duda su imparcialidad
La Cámara Federal porteña aceptó ayer la decisión del juez Norberto Oyarbide de no seguir investigando una denuncia por amenazas contra el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Pero lo hizo con duros términos hacia el magistrado: consideró que él mismo había sembrado “dudas sobre su imparcialidad” al excusarse.
Oyarbide había pedido no intervenir en la causa contra Moreno –iniciada por una despachante de aduana– después de sufrir un cacerolazo en la puerta de su casa. Alegó “violencia moral”.
Pese a que no aceptó los argumentos de Oyarbide, la Cámara mandó el caso a sorteo y la causa recayó en el juez Ariel Lijo.
“No puede pasarse por alto que ha sido la actitud asumida por Oyarbide la que lo ha colocado en una posición que inevitablemente siembra dudas sobre su imparcialidad para mantenerlo a cargo del proceso”, afirmaron los jueces Horacio Cattani, Martín Irurzun y Eduardo Farah en el tramo más duro de su fallo.
Respecto del cacerolazo denunciado por Oyarbide para excusarse de investigar a Moreno, la Cámara consideró que “aún cuando esas manifestaciones resultan objetivamente agraviantes”, la manifestación contra el juez no es motivo suficiente para apartarlo del expediente.
El martes pasado, el juez Daniel Rafecas, que había recibido la denuncia tras el apartamiento de Oyarbide, rechazó la inhibición de su colega y advirtió que la excusa de una protesta en su contra para dejar el caso podría derivar en futuras manipulaciones de magistrados.
Ayer, la Cámara hizo una observación en el mismo sentido. Advirtió que aceptar como válidas las razones esgrimidas por Oyarbide para negarse a tomar la causa contra Moreno podría “proyectarse automáticamente a todos los expedientes” que el juez tiene a su cargo en los que hay funcionarios involucrados.
La denuncia que ahora investigará Lijo fue radicada por la despachante Paula De Conto contra Moreno, por “amenazas, coacciones, malos tratos, abuso de poder, violencia de género y exigencias indebidas”.ß