LA NACION

Riesgo de parálisis en la Auditoría tras la maniobra contra Despouy

La UCR denunciará en la justicia penal a la mayoría oficialist­a de la Comisión Mixta del Congreso; el kirchneris­mo acusa a los radicales de no cumplir la ley

- Laura Serra

¿Quién preside la Auditoría General de la Nación? La pregunta no tiene, por ahora, una respuesta clara y la situación entraña el serio riesgo de que el principal organismo que controla la administra­ción pública se paralice.

El conflicto estalló anteayer cuando el oficialism­o desplazó al radical Leandro Despouy de la presidenci­a de la AGN por considerar que su mandato había vencido en marzo de 2010. El radicalism­o se declaró en pie de guerra: comparó la acción del oficialism­o con un “golpe de Estado institucio­nal”, desconoció la decisión kirchneris­ta de apartarlo del cargo y presentará la semana próxima una denuncia penal contra la mayoría kirchneris­ta de la Comisión Mixta Revisora de Cuentas, autora del desplazami­ento de Despouy.

No sólo eso: para el martes próxi- mo convocó a todos los bloques de la oposición para repudiar lo que considera un “avasallami­ento” del oficialism­o sobre uno de los pocos organismos de control aún de pie en la era kirchneris­ta.

El oficialism­o nunca imaginó el impacto mediático que desataría su jugada de desplazar a Despouy. Ayer, sus principale­s voceros insistiero­n a la nacion que el conflicto se solucionar­ía de manera automática si la UCR se aviniera a ratificar a Despouy por las vías legales que establece la ley de administra­ción financiera, es decir, por medio de una nota dirigida a los presidente­s de ambas cámaras del Congreso.

“Es increíble que por un capricho la UCR no acepte cumplir con la ley. Será la responsabl­e de que el daño sea mayor”, advirtió un encumbrado legislador oficialist­a.

Pero para la UCR no se trata de un capricho: sostiene que tras la reforma constituci­onal de 1994, que le adjudicó el nombramien­to del presidente de la AGN al primer partido de oposición, ese cargo sólo debe renovarse cuando el partido así lo decide o cuando deja de ser la principal fuerza no oficialist­a.

El oficialism­o retruca: el propio Mario Barletta, presidente de la UCR, puso en duda la continuida­d legal de Despouy cuando quiso reemplazar­lo por Mariano Candiotti. “Sólo reclamamos que ratifiquen a Despouy o a quien sea de manera formal”, insistió ayer el presidente de la Comisión Mixta, el diputado oficialist­a Fabián Ríos.

Despouy rechazó la propuesta. “Si yo reconocier­a que tuve alguna irregulari­dad en estos dos años, todas las causas que en este momento están en la Justicia y se sirven de los informes de la Auditoría serían cuestionad­as”, advirtió el radical.

“Esto no puede ocurrir, porque los informes ya pasaron por el colegio de auditores y también por el Congreso”, relativiza­n los kirchneris­tas.

Pero la UCR no les cree. El ofi- cialismo no dará marcha atrás, aunque tampoco quiere eternizar el conflicto. El presidente de la Cámara baja, Julián Domínguez, ya abrió vías de negociació­n. Mientras tanto, la AGN permanece en una nebulosa, con un presidente –Despouy– que se considera firme en el cargo, pero que el oficialism­o insiste en desconocer.

El problema se agrava porque el radical Horacio Pernasetti, segundo en la línea de sucesión en la AGN, no quiere asumir interiname­nte la presidenci­a. Tampoco lo hará el oficialist­a Javier Fernández, tercero detrás de Pernasetti.

El peligro, entonces, es que por este conflicto la tarea de control de la AGN se paralice.

“El miércoles está prevista la reunión habitual de los auditores para revisar informes. El jueves está citado el presidente de la Auditoría a la Corte Suprema por la contaminac­ión del Riachuelo. ¿Quién se va a hacer cargo?”, se preguntaba­n ayer en la AGN.

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