LA NACION

Buscan al entregador de un secuestro

Sospecha. Los delincuent­es tenían datos precisos sobre la víctima, hijo de un empresario

- Gustavo Carabajal

La policía comenzó a buscar en el entorno del hijo del empresario secuestrad­o el miércoles pasado en Villa Ballester al sospechoso de haber pasado los datos sobre los movimiento­s de la víctima a la banda de delincuent­es que lo tuvo cautivo durante casi 36 horas.

“No se trató de un hecho común. Los secuestrad­ores tenían informació­n precisa que indicaba que la familia del hombre, al que le cortaron el paso cuando salía de su casa, podía conseguir el dinero que exigían. Además estaban al tanto de la hora en la que la víctima salía de su casa para ir a trabajar a la empresa de su padre. A partir de estos indicios, se abonó la sospecha que apuntó a que la banda de secuestrad­ores tuvo la colaboraci­ón de alguien del entorno de la víctima”, expresó uno de los investigad­ores a la nacion.

Hasta anoche la policía no había logrado identifica­r ni apresar a ninguno de los dos sospechoso­s que, el miércoles pasado a las 7, sorprendie­ron Pablo Luque, de 37 años, cuando salía de su casa, en Villa Ballester.

Según fuentes policiales, el hombre, que trabaja en la fábrica de sanitarios de su padre, fue intercepta­do por dos delincuent­es que se hicieron pasar por un policía y por un abogado. Ambos sospechoso­s lo obligaron a subir a un Volkswagen Polo y se lo llevaron.

Siete llamadas

Maniatado en el asiento trasero del automóvil, Luque fue llevado por los delincuent­es hasta una casa situada cerca de una base aérea. En su declaració­n ante la Justicia, el hombre afirmó que lo tuvieron cautivo en un lugar en el que se es- cuchaba despegar avionetas y helicópter­os. Por ese motivo y por el tiempo que la víctima estimó que demandó el traslado, los investigad­ores abonaron la presunción que lo tuvieron cautivo cerca de la base aérea de Morón.

Durante las 36 horas que duró el secuestro, hubo siete llamadas extorsivas en las que los delincuent­es pasaron de exigir US$ 200.000 hasta bajar sus pretension­es a los US$ 150.000, que finalmente cobraron en la puerta de la casa del padre de la víctima. Luego del pago del rescate, el hombre fue liberado sano y salvo en Castelar.ß

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina