“Alguna cargada a veces recibo”
Fue su novia quien le recomendó hacerse depilación definitiva en el pecho y en la espalda, y él no lo dudó. “Yo me afeitaba el pecho todos los días cuando me bañaba, pero el pelo me salía cada vez más duro; era barba, pero en todo el pecho –dice Damián Onzari, de 38 años–. Mi novia empezó a hacer depilación definitiva, y cuando vio que tenía buenos resultados me dijo «¿por qué no vas?», y yo que no soy un tipo que tenga muchos peros, me animé y fui.”
Damián es uno de los 3,6 millones de varones argentinos que, según estadísticas de la industria de productos de cuidado personal, se afeitan o depilan alguna parte de su cuerpo que no sea la barba, ya sea por un motivo estético o por comodidad. Quizá lo que lo distinga es que, a diferencia de la mayoría de quienes se depilan y no lo dicen, Damián no duda en reconocerlo ni incluso en aceptar prestarse para la sesión de fotos que ilustra esta nota.
“Alguna cargada esporádicamente recibo, pero lo cierto es que hoy la mayoría, aunque no se afeite o depile, se recorta con tijera, que es más o menos lo mismo...”, dice Damían, empleado de una concesionaria de autos, que reconoce que la mirada sobre el cuidado personal masculino de hoy no es la misma que la de cuando él era más joven.
“Los tiempos van cambiando, y lo que hace 20 años era visto como algo anormal, hoy es común”, concluye.ß