LA NACION

El eterno conflicto de planificar las vacaciones

El destino del verano es el dilema que aparece en esta época; conciliar los deseos de todos, un gran desafío

- Fernando Massa

años anteriores, para el 12 de octubre tenían todo decidido. Fácil: nueve años yendo al mismo lugar y al mismo balneario de la costa argentina. Y ahora no tienen idea de qué van a hacer este verano. Los precios se dispararon tanto que por la casa que antes alquilaban por 4000 pesos ahora les piden 6500. Pero no, los bianchi no quieren saber nada con quedarse en buenos aires durante el verano.

“¿Y si nos vamos con mi marido y las chicas a brasil?”, se pregunta Karina, madre de agustina y Micaela, de ocho y once años. el tema es que nunca antes fueron, y eso no les cierra; si fueran ellos dos solos sería distinto... o podrían convencer a una pareja amiga para que fuera con ellos para allá. Pero hay que ver si se enganchan... ¿Y disney? o, si no, fraccionar­las durante el año y listo... Pero no, lo mejor sería un buen lugar, con un buen precio y que sea perfecto para las chicas. La ecuación parece sencilla, pero a la hora de llevarla a la práctica no lo resulta tanto.

Viene de tapa

“Ése es el dilema que tenemos hoy –admite Karina, con una sonrisa de resignació­n–. El mayor estrés es elegir el destino, algo que teníamos solucionad­o desde hace nueve años, pero que ahora surgió como un nuevo interrogan­te.”

No es la única. Octubre es la época del año que los agentes de turismo recomienda­n para planificar las vacaciones de verano, ya sea para aprovechar pasajes más baratos, para conseguir un buen financiami­ento en cuotas y para que armar el viaje no se vuelva un dolor de cabeza de último momento.

Ahí la teoría. En la práctica, muchas veces la decisión se torna más engorrosa de lo esperado y entre conciliar deseos y posibilida­des del bolsillo no se logra una decisión hasta último momento: es que el precio subió, los chicos crecen y empiezan a opinar, los cercanos ya tienen todo resuelto y uno no, aparece ese amigo de la familia que dice que tienen que conocer ese lugar afuera que él descubrió y dejar la rutina de todos los veranos, pero la solicitud para comprar dólares da negativo, y el cuándo, cómo, a dónde y con quién ir de vacaciones se vuelve de lo más estresante.

Al respecto, Mariana Torres Cárdenas, psicoanali­sta, docente y supervisor­a de Centro Dos, es contundent­e: las vacaciones son un corte con la rutina del año, y justamente por eso no debería volverse un momento estresante. Ni la planificac­ión ni el tiempo vacacional.

¿Cómo evitarlo entonces? “Lo primero que hay que tener en cuenta es cómo está constituid­a la familia –dice la especialis­ta–. A partir de ahí, lo recomendab­le es tener varias propuestas según sus posibilida­des. Y sobre eso, poder dialogar, escuchar y planificar entre todos. No obstante, las decisiones las tomarán los adultos, en tanto que son quienes organizan y quienes afrontan económicam­ente las vacaciones.”

Cuenta Torres Cárdenas que el problema es que muchas veces, por buscar lugares para que los chicos se entretenga­n, los padres terminan todo el días atrás de ellos, y entre tantos cuidados se quedan sin tiempo para descansar o divertirse. “Lo ideal sería que los adultos contemplen no sólo las necesidade­s de los hijos, sino también las propias y que puedan encontrar un consenso para que haya divertimen­to y descanso para todos los integrante­s de la familia”, apunta.

En repetir todos los años el balneario y compartir carpa con otras parejas, dice Karina Bianchi que encontraro­n ese consenso. Y así los chicos se manejan solos y no tienen que estar todo el día arriba de ellos con el repetido: “Mamá, ¡vamos al mar!” o “¡Mamá, vamos a jugar a la paleta!”. Y si van al agua, los acompaña un padre o dos y los otros se quedan charlando.

Para Jorge Gobbi, docente de la UBA y autor de Blog de Viajes, las salidas en familia en temporada alta generalmen­te tienden a repetir estos patrones –ir al mismo lugar, que se pueda llegar en auto–, en tanto el principal objetivo del viaje es descansar y no tanto conocer nuevos lugares. “Los lugares conocidos permiten planificar mejor el tema de la seguridad de los menores. Por eso, en vacaciones de verano, la costa argentina no tiene demasiada competenci­a entre quienes viven en el área metropolit­ana de Buenos Aires porque reúne todas esas posibilida­des”, dice.

Así funciona para la familia Blanco Gori durante el verano: quince días en Pinamar son las vacaciones que sí o sí hacen en familia. Con un hijo de once y mellizos de dos años y medio parecería difícil compatibil­izar un lugar para todos. Justamente cuando por su edad, Juan Manuel, el de once, empieza a tener otros intereses. Por eso, desde este año, y gracias a las posibilida­des que les dieron las millas acumuladas, implementa­ron las escapadas por separado: por ejemplo, padre e hijo viajaron unos días a Seattle, en Estados Unidos, algo que con los mellizos hubiera sido imposible. Lo mismo que otra escapada que harán pronto Alejandro y Mariana, esta vez sin hijos y exclusivam­ente para ellos dos.

Tomás Novick, director de la agencia de viajes Trip Now, apunta que la primera duda por evacuar a la hora del planeamien­to de las vacaciones de verano, más allá de que el grupo familiar tenga que sentarse a conciliar distintos intereses, es si serán dentro o fuera. Y, en ese sentido, la coyuntura del país influye, y mucho. Y para el que quiera irse afuera la posibilida­d está en financiar el viaje y endeudarse en pesos. ¿Y cuál surge como el paquete más tentador? Un clásico de los 90: el all inclusive.

“En estos momentos, a boca de urna, al producto que le está yendo bien es el all inclusive porque tiene todo solucionad­o de antemano. Todos los alimentos y hasta las actividade­s recreativa­s incluidas. Con el endeudamie­nto de tarjeta en pesos, el dinero que hay que llevar es muy poco. En un mercado atomizado en cuanto a las decisiones, definitiva­mente, es lo que se está imponiendo”, dice.

Para quienes viajen afuera, Jorge Gobbi da los consejos que considera habituales para este tipo de vacaciones: comprar los pasajes a más tardar durante este mes, buscar en la medida de lo posible no viajar en plena temporada alta –los precios son más altos– y buscar adquirir la mayor parte de los servicios desde la Argentina, ya que el gasto con tarjeta fuera del país estará sujeto a un adelanto de Ganancias.

Los Bianchi aún no decidieron dónde irán. Y Karina asegura que todos sus amigos están en la misma. La costa argentina, Brasil, Disney o un buen destino para la primavera del año que viene. Quién sabe. Segurament­e uno que armarlo no lo estrese. Porque si le preguntan hoy, se queda en casa.ß

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