Canal 9 busca una nueva identidad
Debe haber en la historia de la TV abierta pocas muestras de un viraje de identidad tan profundo como el que protagonizó Canal 9 a lo largo de los últimos 15 años. Identificado desde siempre con Alejandro Romay y una programación de fuerte impronta popular, el canal que vivió su etapa de esplendor apoyado en las ficciones clásicas de neta producción local y en informativos de altísimo perfil tuvo hasta hace poco una programación integrada en su mayoría por latas extranjeras y un noticiero de escasa repercusión.
¿Encontrará el 9 una nueva matriz de pertenencia al sumar a su programación más reciente algunas de las mejores ficciones del Incaa? Babylon y 23 pares siguen una línea atractiva iniciada con Los Sónicos: historias con peso y búsquedas propias, ajenas al espíritu pedagógico y aleccionador de los primeros relatos surgidos de esa usina de producción oficial. Ellas se suman a una programación que aún parece pensada con la única meta de ir llenando de a poco los espacios vacíos. Así se fueron sumando el fútbol, las tradiciones, la cocina, algunos enlatados de la época anterior, un par de títulos con historia en el canal ( Más Viviana, Bendita) y producciones llegadas desde afuera. La llegada de las nuevas ficciones locales puede aportar más armonía y menos sentido de mera acumulación de títulos y temáticas en la grilla del 9. Para conformarla de nuevo a partir de una línea reconocible se requieren muestras de continuidad y de perseverancia.ß