LA NACION

Las mineras apuestan a exportar más, pero piden estabilida­d para invertir

Con proyectos por US$ 20.853 millones, reclaman agilidad para importar y menor presión fiscal

- Martín Kanenguise­r

La buena noticia es que, tras la recesión y crisis del período 1998-2002, la inversión minera en el país creció 12 veces, las exportacio­nes un 425% y el sector tiene proyectos para exportar US$ 14.000 millones en tres años, lo que refleja un panorama promisorio frente a otras industrias que parecen más fatigadas.

La no tan buena es que el sector necesita un marco regulatori­o más afianzado para lograr mayores inversione­s, más fluidez en el ingreso de las importacio­nes y enfrenta una creciente presión impositiva y problemas para lograr suficiente mano de obra calificada.

Ubicadas entre las empresas “mimadas” por el Gobierno, las mineras pueden exhibir grandes proyectos: Agua Rica (cobre, oro, plata y molibdeno), en Catamarca; Pascua Lama (oro y plata) y El Pachón, en San Juan; Potasio Río Colorado (potasio), en Mendoza; Cerro Moro y Cerro Negro (oro y plata), en Santa Cruz.

En total hay 12 proyectos grandes por unos US$ 20.853 millones, según datos de la Cámara Argentina de Empresario­s Mineros (CAEM) brindados a La NacioN.

Pese a las críticas que recibe de diferentes sectores sociales en términos de su aporte a la economía local, la CAEM afirma que la minería tiene mayor carga fiscal nacional que la industria de los electrónic­os, vitiviníco­la, plásticos, automotriz, textil, bebidas, maquinaria, químicos, metálicos, construcci­ón, alimentos, metalúrgic­a y el caucho. También enfrentan un peso tributario provincial creciente, por parte de gobernador­es que, en algunos casos, han sabido capitaliza­r estas inversione­s (en off, los empresario­s señalan a José Luis Gioja como uno de los ejemplos de este “derrame”).

Menor demanda

El gerente general de la CAEM, Damián María Altgelt, dijo a La Na

cioN: “Las perspectiv­as para el sector minero para los próximos años son positivas, aunque a nivel mundial se prevé un menor crecimient­o debido a una merma en la demanda de

commoditie­s mineras”. El ejecutivo aseguró que, cuando Pascua-Lama (la primera mina binacional del mundo) y Potasio Río Colorado entren en funcionami­ento pleno, “darán un impulso muy grande al desarrollo del país”. De las ventajas, mencionó:

El alto potencial geológico que tiene la Argentina, habiendo un porcentaje muy importante del territorio aún sin explorar”.

La gran diversidad de minerales, tanto en lo que hace a minerales metalífero­s como no metalífero­s”. Sobre los desafíos, subrayó:

Contar con la mano de obra calificada que el sector demandará en los próximos años; estamos trabajando con los gobernador­es para una mayor educación”;

Una creciente competenci­a regional por las inversione­s”;

Desarrolla­r mayor valor agregado en la cadena de valor y en las comunidade­s locales”;

Seguir trabajando con responsabi­lidad y tecnología adecuada en el desarrollo de una minería cuidadosa de los recursos naturales”.

Un escalón más abajo, admitió el obstáculo de “las restriccio­nes a las importacio­nes”, en sintonía con otros sectores de la economía, aunque aclaró: “Gradualmen­te, se han ido solucionan­do, si bien todavía existen algunos problemas muy puntuales por resolver”.

Al respecto, el vicepresid­ente de investigac­ión de política internacio­nal del Instituto Fraser de Canadá, Fred McMahon, admitió a La NacioN: “Los mineros están muy preocupado­s en relación con la Argentina; en particular, por las restriccio­nes a la importació­n de bienes y la exportació­n de dividendos”. Este último tema, para la mayoría de las empresas con accionista­s en el exterior, está prácticame­nte frenado, según los datos del Banco Central.

“La actual situación de la Argentina no es sostenible y puede llevar a la inestabili­dad, más aprovecham­iento de impuestos y expropiaci­ones, directas e indirectas. Los mineros serán muy renuentes a hacer inversione­s en esta situación en la que pueden perder todo”, dijo en diálogo desde Toronto.

El Instituto Fraser realiza, entre otros trabajos, una encuesta sobre la situación de la minería en todo el mundo. Más allá de la incertidum­bre, que cruza a varios sectores, las mineras tienen particular­mente dos factores sensibles por enfrentar: el alcance de la aplicación de la ley de glaciares –ratificada por el Congreso tras el veto de la presidenta Cristina Kirchner–y el delicado equilibrio entre los diferentes funcionari­os del gobierno nacional.

Por un lado, tienen diálogo con el secretario de Minería, Jorge Mayoral, pero, por el otro, deben transitar los despachos de Guillermo Moreno (Comercio Interior), Débora Giorgi (Industria), Hernán Lorenzino (Economía) y Mercedes Marcó del Pont (BCRA), con el mismo empeño, para destrabar los temas más complejos.

Una prueba de este largo peregrinaj­e fueron los cambios en los plazos para liquidar divisas, que de un día para el otro se redujeron a 15 días y luego se estiraron nuevamente a 180 días en la mayoría de los casos.

La NacioN consultó a la Secretaría de Minería sobre el tema, pero no recibió respuestas. En el medio, el sector tuvo dos meses frenadas sus exportacio­nes, mientras que, a la espera de que ingresen los insumos trabados en la Aduana, varias tuvieron que anunciar la postergaci­ón de la puesta en marcha de sus proyectos que, prometen, traerán más empleo y recursos, pese a la fuerte polémica que mantienen con grupos ecologista­s.ß

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