Los riesgos de los suelos en primavera
Van pasando los fuertes fríos y la planificación de siembra de soja para la próxima campaña toma forma. El final del invierno nos sorprendió con abundantes y, en muchos casos, excesivas lluvias en la región pampeana.
Estas condiciones son ideales para el desarrollo y la propagación de patógenos, que también generarán una presión importante sobre el cultivo de soja. Debido a las condiciones climáticas de la campaña pasada, la producción de semillas ha sido escasa, lo que genera una menor oferta de bolsas. Por esto, en mi rol de jefe de producto de Red Surcos recomiendo evaluar correctamente la elección del curasemillas que acompaña a la inoculación para tener éxito en la implantación. Este fungicida debe tener un amplio espectro de control, con diferentes modos de acción, persistencia, residualidad y que actúen sobre las diferentes familias de hongos para lograr y asegurar una óptima protección y cuidado de la simiente.
En el mercado, existen distintos tipos de fungicidas que poseen diversos modos de acción: acción de protección como Mancozeb, Tiram, Captan-Ipconazole-Fludioxonil, entre otros, o acción sistémica como Carbendazim, Carboxin, Metalaxil y Estrobilurinas. Los fungicidas comerciales formados por la combinación de dos o más principios activos que integran los distintos modos de acción son los productos más completos. Antes de tomar una decisión sobre qué variedad-grupo de madurez sembrar, es ideal realizar un análisis sanitario a las semillas para identificar los patógenos presentes y usar para cada caso el curasemilla adecuado. Así, evitaremos gastos inapropiados y protegeremos mejor las semillas.
Tenemos que ser conscientes y no olvidarnos de cuáles son los peligros potenciales que podemos tener en nuestros suelos, utilizar la herramienta correcta y aplicarla según nuestra estrategia.ß