LA NACION

Una obra de impacto positivo

- Miguel Fernández Madero Ingeniero, especialis­ta en transporte

Al haberse iniciado las obras en la Av. 9 de Julio del proyecto Metrobus, se han escuchado voces que parecen olvidar las condicione­s deplorable­s de viaje en los transporte­s públicos de Buenos Aires. El sistema que conocemos aquí como Metrobus está implantado en numerosas ciudades, en donde se lo denomina BRT ( BusRapidTr­ansit). Son corredores exclusivos para el transporte público con estaciones de alto confort. El sistema se popularizó por permitir soluciones al transporte con una menor inversión y un menor tiempo de ejecución. Su eficiencia social es altísima en términos del beneficio para la comunidad por cada peso invertido. En todos los casos se sacrifica el espacio destinado al tránsito de vehículos particular­es a favor de unidades que, con una mayor eficiencia en la ocupación de ese espacio, pueden transporta­r un mayor número de pasajeros. En Buenos Aires la ocupación promedio de los automóvile­s no llega a 1,5 pasajeros por vehículo; un colectivo –que ocupa el espacio de menos de tres autos– lleva hasta 80 pasajeros. o sea que se incrementa la capacidad de transporte en un 650%.

Todo proyecto que otorgue privilegio­s al transporte público tendrá numerosos beneficios, entre los que se pueden mencionar la reducción de los tiempos de viaje, la disminució­n de la contaminac­ión ambiental (ruidos y gases) y el aumento de la seguridad vial, porque los distintos tráficos lo hacen por carriles separados. Además, el 80% de los usuarios del transporte público de Buenos Aires usa el colectivo.

Buenos Aires ya tiene este sistema en funcionami­ento en la Av. Juan B. Justo entre Palermo y Liniers, sobre el que se pueden sacar conclusion­es. Un viaje que anteriorme­nte, en hora pico, tardaba cerca de una hora hoy se hace en 35minutos, o sea que el pasajero que lo utiliza diariament­e recupera casi una hora de vida. Las estadístic­as también han registrado que disminuyó el número de accidentes en donde interviene­n colectivos, llevándolo­s a casi la décima parte.

En el caso particular de la 9 de Julio opino que estas considerac­iones previas se darán en el proyecto con otras implicanci­as que resultarán beneficios­as dentro de otras áreas. Una de éstas correspond­e a la liberación de la congestión y contaminac­ión que reciben las calles Maipú y Esmeralda, cuyos transporte­s públicos utilizarán en el futuro el corredor de Metrobus 9 de Julio. otra será la posibilida­d de permitir un uso más eficiente de las calles laterales a la 9 de Julio (Cerrito-Lima y Carlos Pellegrini-Bernardo de Irigoyen), ya que se destinarán exclusivam­ente al tránsito liviano. A ello se deberá agregar la mejora ambiental que afectará a los comercios y peatones de estas calles por la eliminació­n del tránsito de los colectivos y de la emisión constante de gases y ruidos.

Entre las críticas escuchadas figura que el Metrobus de la 9 de Julio se desarrolla en correspond­encia con la línea C del subterráne­o. Cualquier persona con cierto conocimien­to de transporte, y de la red de la ciudad, no podría plantear una eventual competenci­a entre el Metrobus y la línea C. Fundamenta­lmente porque las 10 líneas que recorren el entorno de la 9 de Julio son tomadas por personas que vienen o van a lugares distintos de los que recorre la línea C. Sería autoritari­o obligar a cientos de miles de personas a hacer trasbordos innecesari­os que implicaría­n pérdida de tiempo e incomodida­des. Además, sólo la mitad del recorrido de la 9 de Julio tiene subte, ya que a partir de Corrientes el trazado tiene otra orientació­n.

Finalmente deseo referirme al tema del arbolado. En la audiencia pública pude observar que el proyecto contempla la implantaci­ón de árboles en el centro de la avenida a lo largo de todo el corredor desde San Juan hasta Libertador, lo que contrasta con la situación actual. No pongo en duda que los árboles deben preservars­e en cuanto sea posible. El traslado de algunas especies, por necesidade­s del trazado vial, a estos nuevos espacios verdes, donde se agregará también la implantaci­ón de un mayor número que los que actualment­e existen en toda el área de la 9 de Julio, redundará en un beneficio ambiental. Por todos estos conceptos considero que el proyecto debería tener el apoyo de la comunidad habida cuenta de que genera un impacto positivo, no sólo sobre el transporte público sino, por sobre todo, en la calidad de vida de la ciudad.ß

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