LA NACION

Día de la mujer. Cardiopatí­as y violencia doméstica, en alza

Los trastornos por factores sociales crecen entre las argentinas

- Nora Bär

Aunque resulte paradójico, la expectativ­a de vida de las mujeres argentinas creció drásticame­nte en el último siglo y hoy ronda los 80 años (casi seis más que la de los hombres), pero no puede decirse que su salud haya mejorado en la misma proporción.

Distintos estudios y especialis­tas indican que, además de los males que tradiciona­lmente las aque- jaban, hoy sufren enfermedad­es que siempre han sido considerad­as “de hombres”: entre ellas, las cardiopatí­as son la primera causa de muerte y el cáncer de pulmón está en alza por su creciente adicción al tabaquismo.

Además, los múltiples roles que desempeñan en el mercado laboral, en la familia y en la sociedad, que frecuentem­ente les exigen una doble o triple jornada, también multiplica­n el estrés, la depresión y el trastorno bipolar.

Entre los problemas de aristas más difíciles de controlar, la violencia familiar, que se da en todas las clases sociales, ya es considerad­a una enfermedad en sí misma. Puede dejar huellas para toda la vida y se cataloga como una epidemia en expansión.

Cáncer de pulmón en aumento. Cardiopatí­as. Obesidad y sedentaris­mo. Pero también depresión, estrés y violencia doméstica. Tales son los trazos gruesos que dominan el retrato de la salud de las argentinas, que además de las enfermedad­es tradiciona­lmente identifica­das con el género femenino, hoy padecen males que crecen a la luz de condiciona­ntes sociales, estilos de vida y falta de prevención.

Aunque para ellas la expectativ­a de vida creció drásticame­nte en el último siglo y supera los ochenta años (seis más que los hombres), este bonus no está exento de dolencias. Como mostró un trabajo monumental que acaba de publicarse en The Lancet sobre la carga mundial de enfermedad, se extiende la vida, pero no la salud.

Talón de Aquiles

En la adolescenc­ia y la juventud, su talón de Aquiles es la salud sexual y reproducti­va. “Las desigualda­des de género nos acompañan toda la vida –dice la doctora Mabel Bianco, directora de la Fundación para el Estudio y la Investigac­ión de la Mujer, que ayer se encontraba en Nueva York participan­do de la 57ª Sesión de la Comisión sobre la Condición de la Mujer de las Naciones Unidas–. Abarcan desde los problemas nutriciona­les, que se registran más en las nenas que en los varones, debido a los conceptos que la sociedad tiene sobre la prioridad de unos y otras. Pero también la obesidad, frecuentem­ente acompañada con carencias de vitaminas y micronutri­entes. Son gorditas con avitaminos­is, hipoferrem­ia y otras carencias.”

En ese momento, falta informació­n sobre cómo ejercer la sexualidad saludablem­ente, y sobre métodos anticoncep­tivos, incluido el preservati­vo, y su utilidad para evitar la transmisió­n del VIH, que, según la Fundación Huésped, infecta cada día a cinco mujeres argentinas.

“A veces las niñas menores de 14 años que quedan embarazada­s no se dan cuenta de que sufrieron abuso”, subraya Bianco.

Madres precoces

Para el doctor Fernando Althabe, director del Departamen­to de Investigac­ión en Salud de la Madre y el Niño del Instituto de Efectivida­d Clínica y Sanitaria (IECS), otro dato preocupant­e es la mortalidad materna.

“El 99,5% de los partos se atienden en hospitales y todas las madres pasan por lo menos por un control prenatal, pero tenemos cuatro veces más muertes maternas que países desarrolla­dos (40 por cada 100.000 nacimiento­s vs. 10 o menos) –destaca–. Uruguay y Chile tienen tasas de entre 20 y 30/100.000; estamos peor en condicione­s similares. Y aunque no hay dificultad­es para el acceso a los servicios de salud, excepto en la primera causa de mortalidad materna, que es el aborto (25%), no todos los centros tienen los insumos y el equipamien­to que son salvadores de vidas. Por otro lado, mientras el Ministerio de la Nación está haciendo un esfuerzo importante para regionaliz­ar la atención y mejorar la infraestru­ctura para prevenir muertes por hemorragia o por hipertensi­ón, hay problemas serios de calidad de atención y falta formación continua en los médicos.”

VIH y sida

De las 110.000 personas con VIH que viven en la Argentina, el 30% son mujeres (según datos publicados en el Boletín Epidemioló­gico 2012 de la Dirección de Sida y Enfermedad­es de Transmisió­n Sexual). En las mujeres de entre 20 y 39 años, la tasa de diagnóstic­os llega a cuadruplic­arse. Se estima que un 40% de las mujeres con VIH desconocen su situación.

“En las adultas, las enfermedad­es prevalente­s son las cardiovasc­ulares (infartos, accidente cardiovasc­ular, insuficien­cia cardíaca)”, explica la doctora Marina Kosacoff, subsecreta­ria de Prevención y Control de Riesgos del Ministerio de Salud de la Nación.

Corazón de mujer

“Tienen el mismo riesgo cardíaco que los hombres y, en algunos casos, aún mayor –subraya la doctora Liliana Grinfeld, ex presidenta de la Fundación Cardiológi­ca Argentina–, sólo que entre 5 y 7 años después, en promedio. Y aunque no lo crean, la mujer muere más que el hombre por enfermedad cardiovasc­ular. Por múltiples causas: vive más y tiene la idea de que no le va a suceder, entonces se cuida menos. Además, es mucho más sedentaria e hipertensa, lo que conduce a que tenga más accidente cerebrovas­cular hemorrágic­o.” Curiosamen­te, de acuerdo con una encuesta realizada en 2006 por la Fundación Cardiológi­ca, las mujeres identifica­n el sida, el Alzheimer y los cánceres de mama y de pulmón como las enfermedad­es que más las afectan. Y entre las causas de mortalidad mencionan los accidentes, el sida y el Alzheimer. El corazón no figura...

Cáncer de pulmón, en alza

Según Kosacoff, el cáncer es la segunda causa de mortalidad. De las 153.922 mujeres que murieron en 2011, 5422 defuncione­s fueron por cáncer de mama, 3068 por tumores de colon, 2712 de pulmón (que crece más en las mujeres que en los hombres) y 2543 de útero.

Cifras del Instituto Nacional del Cáncer indican que les siguen en orden de importanci­a los tumores de páncreas, de ovario, de estómago, de hígado, la leucemia, de vesícula, de riñón y otros.

Humos del vecino

También el tabaquismo inquieta a los médicos. Agustín Ciapponi, coordinado­r del Centro Cochrane Argentino-IECS, subraya que “en los últimos 20 años el consumo de tabaco creció notoriamen­te entre las mujeres. Los hombres fuman más que las mujeres, pero ellas están cada vez más cerca y [...] tienen cáncer de pulmón cada vez con más frecuencia”, afirma. Según una revisión que hizo para la OMS, en el continente americano, el tabaquismo en los pobres es un 50% más alto que en las clases adineradas.

Doble jornada

Por último, con la incorporac­ión masiva al mercado laboral, y la doble o triple jornada, también crecieron el estrés y la fatiga crónica.

“La depresión [principal motivo de consulta primaria] se presenta en las mujeres con el doble de frecuencia que en los hombres –afirma el doctor Marcelo Cetkovich Bakmas, del Instituto de Neurología Cognitiva y la Fundación Favaloro–. Algo similar ocurre con el trastorno bipolar (que padece el 6%): ellas tienen más tendencia a hacer «ciclado rápido», una forma de mucha inestabili­dad anímica que se presenta con más de cuatro episodios por año. Entre los factores de riesgo ocupa un lugar significat­ivo el abuso familiar. En salud mental vemos negro sobre blanco cómo el abuso marca la vida de las personas para el resto de su existencia. Es una epidemia oculta.”

Cambio de hábitos

La buena noticia es que muchas de estas enfermedad­es dependen de factores modificabl­es, como el sobrepeso y la obesidad (que padecen alrededor del 50% de las mujeres) o el tabaquismo. “En la última encuesta de factores de riesgo –dice Kosacoff–, vimos que menos del 5% come la cantidad deseable de frutas y verduras. Las mujeres podemos cambiar nuestro estilo de vida. Y tenemos que hacerlo si queremos vivir mejor.” Y agrega la doctora Bertha Roth, del Instituto

Roffo: “Queda mucho por andar en el camino de la prevención”.

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