LA NACION

El paso fugaz ante un cajón con todos los emblemas del líder

El cuerpo del presidente está vestido con un traje verde oliva y la icónica boina roja; las cámaras no están permitidas dentro de la capilla ardiente

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CARACAS (AFP).–Vestido de traje verde oliva y corbata negra, coronado con su emblemátic­a boina roja, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, lucía un rostro sereno aún con el rigor de la muerte, tras el cristal del féretro en el salón de honor de la Academia Militar.

El ojo se esfuerza por conservar cada detalle, en los escasos segundos permitidos para estar ante el ataúd donde yace el cuerpo de quien fuera el hombre que transformó a Venezuela y empujó hacia a la izquierda a América latina.

Una bandera venezolana cubría la caja de madera flanquea- da por una guardia de honor del ejército, la armada, la aviación y la guardia nacional.

A la cabeza había una gran cruz dorada y a sus pies, una espada de oro, símbolo del libertador Simón Bolívar. Una vela, a un costado, no paraba de titilar.

El féretro estaba abierto hasta la mitad del cuerpo y se podía ver sobre el abdomen de Chávez una banda roja que en letras bordadas con hilos dorados formaban la palabra “Milicia”, un cuerpo de 120.000 civiles en armas, que él formó.

Las imágenes que llegan del féretro no dejan ver la cara de Chávez. En todas el vidrio tiene un reflejo que imposibili­ta ver los restos del presidente. Además, los miles de seguidores que hicieron fila para despedir a su líder tienen prohibido llevar cámaras de fotos.

Tampoco están permitidos los fotógrafos en el lugar y las imágenes disponible­s son las que distribuye la oficina de prensa de la presidenci­a venezolana.

La capilla ardiente está abierta ininterrum­pidamente para que los partidario­s de Chávez, llegados de todo el país y de más allá de sus fronteras, puedan verlo por última vez.

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