LA NACION

La desmejora de la economía uruguaya abre un fuerte debate en el gobierno de Mujica

Para los analistas, hay “ruidos” que comienzan a parecerse a los de la Argentina

- Nelson Fernández

MONTEVIDEO.– El dato de exportacio­nes de febrero prendió otra luz amarilla: la economía uruguaya ya no desacelera, sino que se contrae. Lo más preocupant­e para el gobierno tal vez es que esa fase llega en un momento en el que recrudecen las presiones de precios y los últimos datos muestran que no han sido controlada­s.

El dato de inflación de febrero, que fue 0,99% y llevó la acumulada en el bimestre a 2,91% y la tasa anual a 8,89%, y el resultado fiscal de enero, que si bien mostró una leve mejora tendió a confirmar al déficit como algo instalado y de compleja resolución, renovó la inquietud oficial y realimentó un debate en el seno de la administra­ción de Mujica.

Las principale­s consultora­s económicas coinciden en que todos estos problemas pueden solucionar­se a tiempo, pero también concuerdan en que la tensión política interna del gobierno complica esas acciones y genera incertidum­bre. La corriente afín a Mujica quiere forzar medidas que permitan cargar con más impuestos a “los más ricos” –fundamenta­lmente a los dueños de campos más extensos– para transferir a los más pobres. Pero el sector del vicepresid­ente Danilo Astori rechaza medidas que puedan verse como negativas para la inversión.

En las últimas horas, Gabriel Oddone, que dirige la firma CPA Ferrere, el estudio más influyente del mercado uruguayo, reconoció que le cuesta vislumbrar un clima de negocios calmo.

“Hoy, mi nivel de incertidum­bre como asesor de empresas ha aumentado porque este mundo se volvió, a los efectos de la toma de decisiones económicas, mucho más determinad­o por factores de política menor dentro del gobierno de lo que era hace tres años”, dijo.

En su blog, el economista –que se caracteriz­a por sus juicios cautelosos– dijo que “en una economía propensa a recibir shocks externos profundos y en la que la política mone- taria está limitada en su función estabiliza­dora, el exceso de discreción en la gestión fiscal compromete su sostenibil­idad, que es, en el límite, el ancla para la estabilida­d macroeconó­mica”.

“Ésa fue una de las principale­s lecciones de la crisis de 2002 y no deberíamos olvidarlo”, agregó.

Creciente preocupaci­ón

En los últimos días, según comprobó en consultas con econo

la nacion mistas y empresario­s, la preocupaci­ón por la crisis política del gobierno de Mujica se ha generaliza­do entre agentes locales y extranjero­s.

El propio presidente la reconoció al hablar de competenci­a entre dos corrientes internas sobre el manejo de la economía, aunque luego prefirió bajar los decibeles del debate.

Fue tras un debate en el seno del Poder Ejecutivo, que fue muy tenso y pasó a cuarto intermedio, sin haberse reanudado aún.

Oddone, en declaracio­nes al diario local El País, dijo algo que aquí inquieta: “Estamos muy lejos aún, pero hay ruidos que comienzan a parecerse a los de la Argentina”.

La economía uruguaya viene creciendo desde el final del gobierno de Jorge Batlle (Partido Colorado) y durante los cinco años de Tabaré Vázquez y los tres años que van de Mujica (ambos, del Frente Amplio).

Ahora, se percibe desacelera­ción para este año, pero los problemas están con un déficit de 2,7% del PBI, una inflación que ahora subió a 8,89% (la meta va del 4%-6%), con retraso cambiario y pérdida de competitiv­idad. De hecho, las exportacio­nes de febrero cayeron casi 14% respecto de un año atrás por los granos y por dificultad­es del sector manufactur­ero.

Incluso para el presidente de la Unión de Exportador­es, Álvaro Queijo, las exportacio­nes industrial­es –las de mayor valor agregado– están estancadas y no van a tener crecimient­o este año.

En tanto, el gobierno dice estar preparando medidas compensato­rias, aunque algo aletargado por su profundo debate interno.ß

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