Revivir la construcción y bajar el blue, la meta
El equipo económico espera que, al habilitar el manejo en dólares, el sector inmobiliario salga de la parálisis que provocó el cepo y que parte del dinero que va al paralelo se canalice en los nuevos instrumentos; urgencia por paliar la crisis energética
Sacar al mercado inmobiliario y a la construcción de la parálisis en la que cayeron por culpa del cepo cambiario, activar los proyectos de YPF, blanquear parte de los ahorros no declarados y reducir el mercado del dólar blue son las esperanzas del equipo económico.
Los cambios mantienen la prohibición de atesorar en dólares. El blanqueo de divisas no declaradas atesoradas aquí o en el extranjero se logra comprando un bono (Certificado de Depósito para Inversión Inmobiliaria, Cedin) que pagará cuatro por ciento anual de manera semestral. Extinguirá en 2016 y allí el titular podría volver a hacerse de los billetes. Si se opta por el Cedin se depositará el dinero en un banco, pero por cuenta y orden del Banco Central. Pasará a formar parte de las reservas, pero desde el Gobierno juran que esas sumas no podrán ser usadas para pagar deuda pública.
Si quien blanqueó los fondos compró un inmueble será el vendedor el que de inmediato puede conservarlo como ahorro que no pagará impuesto a los bienes personales o reclamar que le entreguen los billetes.
Diferencia
En cambio, quien blanqueó los fondos con el Cedin no podrá recuperar los dólares físicos. La única forma sería que construya con otros recursos por el equivalente al certificado y se lo demuestre al BCRA. El Cedim no pagará intereses.
Los Cedin no cotizarán públicamente, pero tendrán un mercado secundario. El equipo económico apuesta a que allí aparezcan las constructoras haciendo intermediación, que aparezca también un precio con una tasa de descuento. Aspiran a que sea ese mercado el que le quite presión al blue.
Los bonos tendrán una versión tradicional, escritural, es decir, electrónicos, pero también se emitirán láminas, algo que no ocurre para los papeles estatales desde hace más de dos décadas.
El esquema sirve para blanquear sólo tenencias de divisas, no de otros activos. Si alguien tiene sociedades, inmuebles, participaciones en empresas, acciones en el extranjero, debe venderlos, traer el dinero obtenido al país y transformarlo en alguno de los dos instrumentos.
El equipo económico no cree que pueda haber una presión en el blue por fondos en pesos que puedan ir a comprar divisas para luego colocarla, por ejemplo en Cedin, que no podrán comprarse con pesos. Ésa sería una forma de atesorar dólares en blanco, lo que el Gobierno no permite. Y además, no se pagaría impuesto a los bienes personales por esa tenencia.
En Economía también creen que si alguien en el mercado secundario compra Cedin con fondos de la evasión entonces habrá muy poca probabilidad de que le reclamen al Central los dólares físicos.
La prioridad, sin embargo, es sacar de la parálisis al sector inmobiliario y poder activar de algún modo los proyectos de YPF. Los fondos podrían ir, sin embargo, también a proyectos en el sector privado energético. En todos los casos se requieren importantes aportes de capital, importaciones de equipos y repuestos extranjeros. El caso es que YPF, por ejemplo, no será el deudor de quien blanquee con el bono. Lo será el Tesoro, como con cualquiera de los otros títulos públicos.
Pareciera ser que en el Gobierno Ricardo Echegaray se conforma si consigue blanquear por cifras simi- lares o superiores a las del anterior perdón. Axel Kicillof querría que como consecuencia de la medida desaparezca o se reduzca a la mínima expresión el blue y sufran el castigo los que compraron en estos días.
Mercedes Marcó del Pont querría ver reactivados el mercado inmobiliario y la construcción en niveles iguales o superiores a los registrados en 2011.
Y Guillermo Moreno querría que muchos de los que hoy hacen negocios en el mercado informal con el blue encuentren más atractivo hacerlo con los Cedin, particularmente en el mercado secundario, conectando la construcción, el negocio inmobiliario y los comerciantes informales de divisas.ß