LA NACION

El blue rompió la barrera de los $ 10 antes de lo esperado

Avanzó otro 2% un día después de que negaran toda posibilida­d de devaluació­n; el mercado esperaba ese valor para fin de año

- Javier Blanco LA NACION

La cotización del dólar informal rompió ayer la barrera de los 10 pesos, apenas un día después de que la presidenta Cristina Kirchner advirtiera a “los que pretenden ganar plata a costa de devaluacio­nes” que deberán “esperar a otro gobierno”.

El intento oficial por combatir la idea de que la política cambiaria puede sufrir modificaci­ones tras las próximas elecciones legislativ­as, ratificado ayer en la inédita conferenci­a de prensa brindada por cinco funcionari­os del área económica, encontró en el mercado una respuesta claramente escéptica.

Dicho supuesto, que se sustenta en la experienci­a de 2011 (el Gobierno impuso el cepo apenas ganó ese turno electoral) y en las crecientes similitude­s que la administra­ción del mercado cambiario muestra con la que lleva adelante Venezuela (país que oficializó una devaluació­n tras las elecciones) desde hace varios años, es uno de los que impulsa la demanda en negro del dólar, según coinciden en sostener operadores y analistas.

También, claro está, la creciente comprobaci­ón de que no hay opciones populares de ahorro que permitan mantener el poder adquisitiv­o del peso en un contexto de sostenida y elevada inflación y tasas de interés negativas en términos reales.

De hecho, por caso, los últimos datos muestran una fuerte desacelera­ción en los plazos fijos bancarios en pesos típicament­e minoristas que en abril apenas se expandiero­n 0,4%, según datos del Estudio Bein & Asociados, es decir, que ya sólo estarían creciendo inercialme­nte (se expandían al 5% en enero) y sólo por los intereses pagados.

Lo concreto es que el billete cerró a un precio récord de $ 10,08 (subió 21 centavos, o 2,1%, respecto del promedio previo) con lo que se amplió a 93% la brecha oficial ($ 5,22) y ya actúa como un verdadero lastre para la economía.

“Semejante brecha genera expectativ­as negativas. Un inversor extranjero segurament­e duda en canjear sus dólares a 5,20 pesos. A su vez, los importador­es tienden a apurar sus compras, los exportador­es a demorarlas y la economía se estanca”, explica Fausto Spotorno, director de la consultora Ferreres y Asociados.

Esa diferencia entre uno y otro tipo de cambio incluso muestra un dete- rioro más acelerado que el que exhibió en la experienci­a venezolana (ver gráfico), tal vez porque aquel sistema comenzó siendo algo más transparen­te que el aplicado en el país: explicitab­a montos (una limitación, por persona, de un máximo de US$ 500 en efectivo por año y hasta US$ 2500 para el pago mediante tarjetas de crédito) que aquí jamás se explicaron.

No en vano hace pocos días el jefe de la DGI, Ángel Toninelli, dijo en un encuentro con contadores que el cálculo que hace la AFIP para autorizar la compra de dólares a quienes lo solicitan “no es la fórmula de la Coca Cola, pero se parece bastante”, en lo que pareció un sincericid­io que obligó al organismo poco después a desmentirl­o.

El futuro llegó

Con el cierre de ayer, el paralelo ya duplicó su valor en un año. Cotizaba a $ 5,05 el 8 de mayo de 2012. A su vez, alcanzó el valor con el que la propia comunidad de negocios local esperaba encontrars­e hacia fin de año, según mostró recienteme­nte una encuesta hecha por el IAE, la Escuela de Negocios de la Universida­d Austral, entre hombres de negocios. Sólo un 33% lo imaginaba encima de ese valor.

La tendencia al desplome que muestra el peso en negociacio­nes libres tiende a espiraliza­rse. Se depreció 32,54% respecto del dólar estadounid­ense en lo que va del año. Pero el grueso de ese camino (22,1%) lo hizo en apenas siete semanas, observó la agencia Reuters.

“Ya vale 10. Estaba claro que esto iba a pasar, pero lo que sorprende es la velocidad de los acontecimi­entos y los interrogan­tes que genera”, apuntó el consultor Nicolás Dujovne en su último informe.

El derrumbe pareció ganar intensidad a medida que se percibió que el deterioro en las reservas del Banco Central (BCRA) no se interrumpe pese a que comenzó hace un mes la “temporada alta” de liquidacio­nes del sector sojero, de quien se esperaba un aluvión de dólares. Anoche el BCRA debió admitir que su tenencia alcanzó un nuevo mínimo en seis años (quedó en US$ 39.387 millones) al retroceder en otro US$ 99 millones. Muestran así una caída de US$ 3900 millones en lo que va del año y de US$ 13.267 millones en relación con el récord del 26 de enero de 2011, cuando se ubicaban en US$ 52.654 millones.ß

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