LA NACION

Enojado, Ramón dio mensajes que sólo agregan más confusión

El riojano les respondió a los ídolos que criticaron sus gestos en la Bombonera: “Si tienen alguna duda de si soy de River, mañana dejo de ser el técnico”, lanzó Volvió a atacar a los xeneizes y al árbitro Delfino

- Alberto Cantore

El impacto de sus palabras, la capacidad para controlar el show mediático y desviar el foco siempre resultó una virtud de Ramón Díaz. El personaje, esta vez, desanduvo un camino espinoso y lo que se presentó como una ingeniosa respuesta y un gesto pícaro, provocó una polémica que desacomodó al técnico riojano. El Pelado invitó a los medios presentes en la práctica de River, ayer en el predio de Ezeiza, a una sorpresiva conferenci­a de prensa con la intención de explicar sus actitudes y clarificar el mensaje que dejó tras su paso por la Bombonera. Tenso, incómodo, Ramón no fue el mismo, no tuvo su reconocida

chispa, no disipó las dudas. Las palabras salieron enredadas de su boca; sus ojos no reflejaron la luminosida­d que los caracteriz­a cuando el entrenador se exhibe jubiloso.

“Quiero mandar un mensaje a toda la gente de River de verdad. Primero que yo no me considero de la B, eso que quede bien claro. El gesto se lo hice a la gente de Boca. Lo que pasó fue un accidente. River representa mucho a nivel nacional e internacio­nal. Tiene mucho prestigio y lo voy a defender hasta las últimas consecuenc­ias. Lo que cantaron los vecinos [por los hinchas de Boca] no nos tiene que molestar, somos un equipo grande”, arrancó diciendo Ramón, en una rara defensa del club y de su persona. A pesar de que habían transcurri­do dos días del superclási­co, el riojano declaraba con las pulsacione­s aceleradas, como si recién hubiera terminado el encuentro.

El peor Boca de la historia

“No haberle ganado a uno de los peores Boca de la historia no nos hace bien. Con mi gente [sus colaborado­res del cuerpo técnico] nos sentimos en deuda. Seguimos arriba, peleando el campeonato, pero me siento en deuda. Los jugadores entregaron todo. En el primer tiempo tendríamos que haber hecho la diferencia, pero eso es parte del juego. Me pone muy orgulloso estar en este club. Hace muchos años que no se pelea el campeonato. Entonces, le pido a la gente el apoyo y un poco más. Van a ser muy importante­s”, fue el dardo envenenado que les lanzó a los xeneizes, a la vez que estimuló a los simpatizan­tes millonario­s.

Para lo que no tuvo ninguna men- ción es porqué si este Boca es el peor de la historia, su equipo, que sacó ventaja antes del minuto de juego, apenas empató; porqué en el segundo tiempo el equipo se retrasó tanto y dejó de ser protagonis­ta; porqué optó por reemplazar a iturbe [su hijo Emiliano, ayudante de campo, manifestó que el juvenil había hecho un esfuerzo muy grande y que temían que se lesionara], el delantero más desequilib­rante de la cancha.

Respuesta a otro ídolo

“Sé que hay gente suceptible. El que me conoce, si tiene alguna duda de si soy de River o no, mañana mismo dejo de ser el técnico. El que tiene duda que lo haga saber y me voy. Cuando los resultados no se dan y salen a opinar… Por eso voy a hablar más”, apuntó sin dar nombres, aunque el mensaje tenía como destinatar­io a Enzo Francescol­i, con quien está enfrentado.

¿Era necesario generar un debate con un ídolo, cuando los dirigentes en ningún momento pusieron en duda su continuida­d en el cargo?

Una relación conflictiv­a

“Se dieron cosas que no pasan en otros partidos: el árbitro lesionado, la gente cortó el partido, le tiraron cosas a Barovero, no se suspendió… No sólo hablo por mis gestos”, enumeró sobre las irregulari­dades que se sucedieron en la Bombonera, las que le sirvieron de plataforma para reprobar el desempeño de Delfino: “Fue el primer clásico que dirigió. La AFA y los árbitros saben que tenés que tener experienci­a en estos partidos y hay cosas que no supo resolver. Eso es lo que cuestionam­os. No le dije nada a él, al contrario. Sólo me preguntó por qué me metí en la cancha. otro árbitro no me hubiera expulsado”.

La relación con Delfino tenía antecedent­es negativos [el árbitro lo expulsó antes de empezar el clásico con San Lorenzo] y Emiliano Díaz no los ocultó: “Es con el único con el que tenemos problemas; se notaba que lo estaba esperando. En la semana charlamos que en la primera que le hablaba, lo echaría”, sentenció en una charla por radio Rock&Pop.

Finalmente, antes de levantarse, Ramón dejó una bolsa con chupetines sobre la mesa. Es para los pibes de Boca”, deslizó. Dolido, enojado, confundido, desenfocad­o, hasta el remate no tuvo la gracia que siempre transmitió el showman riojano.ß

“No coincido con Ramón, porque entrené a River en la B. Si River se volviera a ir de la A, diría: ‘qué bueno, porque lo volvería a dirigir’” matías almeyda dt de banfield

“Siempre le mete esa chispa, ese folclore. Ramón está muy identifica­do con la gente de River. El gesto se lo hizo a la hinchada de Boca.” ariel ortega ídolo de river

“No estuvo feliz Ramón Díaz con esa actitud de decir que él no se había ido a la B. Los buenos riverplate­nses descendimo­s todos, no algunos en particular” alfredo davicce ex presidente de river

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Ramón, que juega con la pelota, se enredó con las palabrasfo­tobaires
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