Cristina condicionó las cuentas a las urnas Martín Dinatale.
La decisión del oficialismo de tratar en un trámite exprés el presupuesto 2014 en Diputados será apenas una estrategia legislativa que utilizará el kirchnerismo para esconder las debilidades del modelo e imponer una suerte de reaseguro económico de subsistencia en caso de sufrir una derrota electoral en octubre.
El apuro por aprobar el presupuesto en menos de 15 días y casi en forma simultánea a la visita de los ministros que fueron a explicar el proyecto al Congreso resulta inusual. Pero desde la óptica kirchnerista es entendible: el Gobierno busca mantener el control de los gobernadores del PJ en un eventual escenario electoral desfavorable, quiere garantizarse un mayor financiamiento del sector público con la Anses y con los superpoderes apuesta a ampliar el gasto.
¿Podrá Cristina Kirchner sustentarse económicamente el año que viene si sufre una derrota electoral, si hay un éxodo kirchnerista al massismo y si tiene un presupuesto que no se ajuste a sus necesidades? Nadie quiere pensar en esto en la Casa Rosada, pero nada dejan atado al azar. Si no fuera así, jamás se entendería por qué se unió al trámite exprés del presupuesto 2014 la prórroga del impuesto al cheque y de la ley de emergencia económica, otra muestra de incongruencia del modelo que se enorgullece de la “década ganada”.
Con la aprobación de la ley del cheque antes de octubre, la Casa Rosada evitará enfrentar una dura presión de los gobernadores para ampliar la coparticipación de los 69.000 millones de pesos proyectados por ese tributo. Hasta ahora sólo un 15% de lo recaudado por la ley del cheque va a las provincias y el resto, a la Nación. ¿Aceptarán mansamente ese mismo reparto las provincias del PJ después de una eventual caída en octubre?
Lasproyeccionesdelorecaudado por la renta de la propiedad prevén para 2014 un fuerte incremento en la caja predilecta del kirchnerismo: el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses. “Este rubro de ingresos se va convirtiendo en una pieza clave de la estructura de financiamiento del sector público”, dijo a la nacion el economista Nadin Argañaraz.
La proyección de la inflación es otra falacia del presupuesto. Prevé un 10,4% para 2014 cuando las consultoras dieron este año un promedio del 30%. ¿Qué dirá Insaurralde, que es de los pocos kirchneristas en admitir que el Indec miente?
“La necesidad de manotear los superpoderes y la ley de cheques muestra que ni con un presupuesto dibujado cerrarán las cuentas”, dijo un ex diputado del PJ que lideró la Comisión de Presupuesto.
El uso desmedido de las reservas del Central en 2014 para pagar la deuda no hace más que poner en duda el plan de desendeudamiento oficial. Entre 2003 y 2012 se pagaron US$ 174.000 millones y hoy se deben US$ 220.000 millones. Es simple: la cruda realidad no se podrá ocultar por más trámite exprés que se quiera imponer.ß