LA NACION

Corrientes va a las urnas con sus cuentas en orden

Hay equilibrio presupuest­ario pese al retaceo de fondos de la Casa Rosada; bajó la desocupaci­ón gracias al empleo público

- Lucrecia Bullrich ENVIADA ESPECIAL

CORRIENTES.- Gobernada por un radical que supo ser kirchneris­ta, Corrientes es hoy una provincia económicam­ente ordenada y con indicadore­s sociales bastante favorables. Desde hace tres años forma parte del lote de distritos abiertamen­te enfrentado­s con la Casa Rosada, atravesado­s por el retaceo de fondos nacionales, el reclamo de viejas deudas y el sostenido avance del empleo público, sobre todo, vía planes sociales.

De hecho, en pocas semanas más, una vez que haya pasado el vendaval de las elecciones de gobernador del próximo domingo, Corrientes se sumará al club de provincias que demandaron al Gobierno ante la Corte Suprema por la deuda con sus respectiva­s cajas de jubilacion­es. La Legislatur­a correntina ya autorizó al gobierno de Ricardo Colombi, que pasado mañana buscará su reelección, a iniciar esas acciones judiciales, como ya hicieron Córdoba, Santa Fe y San Luis.

Según un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), desde 2003 Corrientes resignó el equivalent­e a $ 9643 millones de pesos en concepto de precoparti­cipación por la transferen­cia de su caja jubilatori­a. Si la cuenta se hace a partir de 2009, el monto asciende a $ 5200 millones.

Además, el Gobierno le debe $ 1700 millones en concepto de fondos específico­s y regalías hidroeléct­ricas por las represas de Yacyretá y Salto Grande.

Pese a esos pasivos, la correntina es una economía basada en la producción primaria, en particular en el cultivo de arroz y cítricos y la cría de ganado bovino. Parte de esa producción, incluida la de madera y tabaco, se exporta, sobre todo a países del Mercosur. La provincia genera el 1,2 por ciento del PBI nacional y, como otras provincias, enfrenta el desafío de diversific­ar su economía y agregarle valor a su producción.

“Energía, caminos, cloacas y gas son los cuatro ejes en los que estamos claramente atrasados. La provincia necesita enfrentar el déficit estructura­l en esas áreas para avanzar en desarrollo. Necesitamo­s agregar valor a nuestros productos”, sintetizó a la nacion el economista local Mario Zvedeñiuk, ex delegado de la Fundación Mediterrán­ea en la provincia y ex presidente del Banco Corrientes.

Según el censo 2010, en Corrientes viven 992.595 personas, un 6,6% más que en 2001. De esa población total, 34.492, un 3,4%, son analfabeto­s. Pertenecen a la población económicam­ente activa 404.154 personas, de las que sólo 22.856, un 5,6% del total, están desocupada­s.

El bajo nivel de desempleo tiene que ver, en buena medida, con el aumento del empleo en el sector público. A modo de ejemplo, el 18 por ciento de los habitantes de la capital, ciudad que gobierna Carlos “Camau” Espínola, el candidato kirchneris­ta a la gobernació­n, trabaja para el Estado, tanto provincial como municipal.

Tanto cerca de Colombi como de Espínola destacan el “aluvión” de planes sociales que la Nación “bajó” a la provincia en los últimos cuatro años. Las cifras difieren según quién las calcule, pero rondan el 20 por ciento de la población.

No obstante, la correntina es una economía ordenada. Según el estudio de Iaraf, la recaudació­n tributaria aumentó en un 29,9% entre el primer semestre de 2013 y el mismo período del año pasado. Es, además, una de las tres provincias, con Catamarca y Salta, que no modificó las alícuotas del impuesto a los ingresos brutos, su principal gravamen, en los últimos dos años.

Los recursos de la provincia (recaudació­n propia, coparticip­ación de impuestos nacionales y partidas del Fondo Federal Solidario) ascendiero­n entre enero y junio de este año a 4791 millones de pesos, un 32,3% más que en la primera mitad de 2012.

Corrientes recibe 6800 millones de pesos anuales por coparticip­ación automática, lo que equivale al 87,3 por ciento del presupuest­o provincial. Según el análisis de Iaraf, todo el gasto en sueldos y jubilacion­es está cubierto por esos envíos automático­s, lo que reduce al mínimo el margen del gobierno nacional para “ahogar” a la provincia, como ha hecho con varias de las provincias que considera “enemigas”.

Si pasado mañana Colombi accede a la gobernació­n por cuatro años más, los tironeos prometen intensific­arse. Si Espínola sorprende con el triunfo y la provincia se convierte en un nuevo bastión kirchneris­ta, todo puede cambiar.ß

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