LA NACION

Ciudad futura. De ciencia ficción, pero está a la vuelta de la esquina

Dentro de cinco años, Buenos Aires será una urbe tecnológic­a

- Laura Rocha

Dentro de cinco años la ciudad de Buenos Aires será diferente; se verá diferente. Lo que parece ciencia ficción está aquí, a la vuelta de la esquina. O mejor dicho, a un click de Internet.

Buscar lugares para estacionar desde el celular, moverse en autos eléctricos, hacer todo tipo de trá- mites desde un smartphone o recibir por SMS alertas meteorológ­icas, será parte de la vida diaria.

Viajar en un teleférico de llanura entre las terrazas de los edificios como en Singapur, o que a través de dispositiv­os especiales se aspiren los residuos domiciliar­ios, como ya ocurre en la ciudad de Songdo, en Corea del Sur, tal vez, esté un poco más lejos. Pero no tanto. La tecnología y los recursos para que todo esto suceda existen y se emplean en otras urbes. Y aquí, a gran velocidad, se incorporan y desarrolla­n aplicacion­es que lo hacen posible.

Internet gratuita más los casi 60 millones de celulares y los 8000 millones de mensajes de texto que se envían por mes en la Argentina serán los vehículos para el arribo de esta tecnología.

“En los próximos cinco años vamos a ver unos cambios fenomenale­s. La tecnología es una herramient­a central, pero tiene que estar acompañada por otros elementos como el desarrollo de espacios y el impulso a los emprendimi­entos individual­es”, dijo Andrés Ibarra, ministro de Modernizac­ión porteño.

El funcionari­o se refiere a las aplicacion­es nacionales para celulares, varias generadas por concurso, que sirven para que los vecinos puedan, por ejemplo, saber cómo llegar desde un punto a otro. “El caso del «Cómo llego» es un caso testigo. Ya se han registrado 500.000 descargas”, contó.

“Buenos Aires ha evoluciona­do mucho más rápido en algunos puntos de lo que cualquiera hubiese pensado. Especialme­nte, en el acceso a Internet. Hoy hay muchísima gente que compra usando la Web. La gente de hasta 40 años ya tiene un profundo conocimien­to de las ventajas que ofrece el mundo tecnológic­o”, indicó Eduardo Gorchs, director de Infraestru­ctura y Ciudades de Siemens Argentina.

La cartelería urbana inteligent­e, es otro caso. A través de una fuente de informació­n centraliza­da se pueden emitir mensajes para prevenir o desviar el tránsito ante un corte o una obra.

Colectivos ecológicos

Respecto de la movilidad, la tecnología avanza de la mano del ambiente. Ya son realidad los buses totalmente eléctricos y los BRT eléctricos (como el Metrobus porteño).

La participac­ión también es posible gracias a Internet. Por caso, para el año próximo está previsto que los vecinos de San Francisco voten a través de sus smartphone­s,

tablets, o computador­as, el destino de una parte del presupuest­o de la ciudad. Tendrán que selecciona­r opciones de una lista, similar a las boletas electorale­s. Expertos informátic­os trabajarán para que la deliberaci­ón sobre el destino de esos recursos sea online.

El gobierno bonaerense también trabaja en la modernizac­ión de sus sistemas de trámites y de participac­ión y, especialme­nte, en el monitoreo de cuestiones ambientale­s, indicó Hugo Bilbao, director del Organismo para el Desarrollo Sostenible.

“A veces tendemos a pensar en futurologí­a en vez de nueva tecnología respecto de medios de transporte o distribuci­ón de energía. En el caso de los buses eléctricos, como los que circulan en Viena, para diseñar los motores fue necesario saber el recorrido que iban a hacer. De eso depende la energía que tienen que almacenar”, explicó José María Colautti, gerente de Desarrollo de Negocios de Movilidad de Siemens.

Estos transporte­s utilizan hasta la energía del frenado para recargar los motores que almacenan la electricid­ad.

Daniel Lewinksy trabaja con el grupo Doppelmayr desde 1997 y durante un evento sobre megaciudad­es presentó un proyecto llamativo: un teleférico para ciudades llanas. La Paz, en Bolivia, o Caracas, en Venezuela, utilizan ese tipo de transporte en terrenos elevados a donde los buses no pueden llegar. Sin embargo, él consideró que en Buenos Aires también podría desarrolla­rse: “En la actualidad se están diseñando teleférico­s cuyas estaciones de transferen­cia están en las terrazas de los edificios. Son muy eficientes como modos de transporte, especialme­nte para conectar medios troncales como subtes o trenes. Aquí podría haber uno entre Retiro y Puerto Madero”.

El consumo de electricid­ad y de agua también puede hacerse de manera más inteligent­e. “Durante décadas, la gente nunca pensó seriamente en la energía. Bastaba apretar un interrupto­r y siempre estaba disponible. En la actualidad, ya no. Los consumidor­es son personas informadas interesada­s en la forma en que se obtiene y el uso que se da a la energía disponible. Se distribuye energía de forma eficaz, las redes inteligent­es informan a los consumidor­es, quienes a su vez pueden realizar cambios en sus hábitos, reduciendo el uso y los costos energético­s. En Washington State, IBM, mediante una red inteligent­e, redujo las cuentas de electricid­ad en un 10% y el consumo en un 15 por ciento”, detallaron en la empresa.

Otro ejemplo es el de Brasil donde los grandes consumidor­es ya tienen medidores inteligent­es que informan al consumidor cuánta energía y qué tarifa se aplica en cada momento. “Hoy hay colocados unos 30.000 y se ha logrado reducir la demanda”, aseguró Fabián Doce, gerente de la Unidad de Negocio Smart Grid, de la empresa alemana.

La más inteligent­e

Songdo, en Corea del Sur, es la ciudad más inteligent­e del mundo. En los centros de control, se regula desde el uso de la energía de los edificios públicos, así como los flujos de tráfico.

Muchas de las innovacion­es de la ciudad, que fue diseñada antes de ser habitada, respetan el cuidado del ambiente. Se previeron las recargas para autos eléctricos (que ya funcionan en muchas ciudades europeas y americanas) o sistemas de reciclaje de agua para evitar el derroche de agua potable. Como se dijo no se ven enormes camiones recolector­es de basura circulando por las calles, ya que los desechos se van por la pileta. Semejante novedad no será fácil de adoptar en una ciudad centenaria, pero sí es posible aprovechar las ventajas que la tecnología nos brinda.ß

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gentileza siemens Un e-bus, es decir un microómnib­us con motor eléctrico, ya circula por las calles de Viena

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