La Copa Davis
Tras la reciente derrota del equipo argentino de Copa Davis, el vicepresidente de la Asociación Argentina de Tenis (AAT) cargó las tintas contra Juan Martín del Potro, al señalar, entre otras cosas, que su actitud de no participar en la serie perjudicaba gravemente a la entidad, puesto que esa competencia representa el único sostén económico para desarrollar a las futuras generaciones de tenistas.
Considero desatinadas esas declaraciones, no sólo por el sentido del mensaje, sino porque el señor Romani, además, reviste el carácter de empleado de la AAT –percibe una remuneración equivalente a la de un director de una empresa de primera línea–, lo cual, sus afirmaciones, además de no contribuir a la unidad del grupo podrían verse afectadas por un conflicto de intereses. Esa independencia de criterio, esencial para cualquier dirigente a la hora de emitir un juicio de valor también puede verse comprometida, si se tienen en cuenta actitudes, tales como la reciente reforma estatuaria impulsada por el consejo directivo de la entidad, que preveía la periodicidad en los mandatos, por la reelección indefinida de su miembros.
En estos tiempos, cuando el mundo y las instituciones levemente se están enderezando por la alternancia en los mandos, este comportamiento no contribuye a generar transparencia y confianza por la entidad rectora del tenis. No está de más decir que el mejor jugador argentino ha demostrado ser muy cuidadoso de esos valores.
Atilio Thays
Atiliothays@hotmail.com