La marca que nació como un proyecto colectivo
En diciembre de 2002, cuando se cumplía un año de la crisis, el diseñador Martín Churba se tomó unas vacaciones en Tigre. “En ese retiro que tuve, armé un proyecto con un alto contenido integrador y colectivo. Me imaginé una idea que podía promover a los diseñadores y al mercado”, dice Churba una década después. Así nació Tramando, gracias a una convocatoria de diseñadores y amigos del ideólogo con conocimientos de negocios.
Incluso el nombre de la marca se eligió de manera grupal. Una noche, Churba organizó una cena que él mismo cocinó. Asistieron varios amigos a los que les contó sobre el proyecto y les pidió que le den ideas para nombrar su proyecto. “Repartí marcadores y hojas y les pedí que escriban todo lo que se les ocurra. Después, yo me quedaba con todo lo que habían escrito”. En realidad, el primer nombre que surgió de esa reunión fue “Casa matriz”, que cuando trataron de registrarla, ya no estaba disponible. Así fue como se volvió a los papeles para buscar otro nombre y allí encontraron “Tramando”.
“Al ser un gerundio, el sentido de la palabra es algo que está pasando”, es la primera definición que menciona Churba. “Remite a la trama textil y a la trama de una película. La etimología es la trama de una estrategia, de una tela y de ideas”, agrega. El nombre “Casa matriz” ahora corresponde a la sede de la marca en Recoleta, en Rodríguez Peña y Posadas. Este local, que además es un estudio de diseño, fue inaugurado en agosto de 2003.
En los años siguientes, la marca comenzó a vender su ropa en destinos internacionales como Estados Unidos, Italia, España, Kuwait, Hong Kong y Japón. Este último es uno de los países con los que ahora mantiene un fuerte lazo comercial. Diez años después de su creación, Tramando produce unas 25.000 unidades anuales.