Contaminados
La convulsión política de Racing no cede y ya derrama efectos sobre el equipo: sin señales de reacción, la Academia no tiene posibilidades de dejar el último puesto en la próxima fecha
Racing se desangra en todos sus frentes por la feroz interna dirigencial. La derrota de anteanoche ante Newell’s, el puntero del torneo Inicial, no significó tan sólo la pérdida de tres puntos. Su lectura se extiende más allá del partido que se disputó en un Cilindro que reclamó de viva voz la renuncia tanto del presidente Gastón Cogorno como del vicepresidente 1° Rodolfo Molina, al grito de “que se vayan todos, que no quede ni un solo”. Munición hiriente para jugadores y dirigentes por igual. Claro, a excepción del núcleo duro de la hinchada, ése en el que se anida la Guardia Imperial, que intentó acallar el descontento popular, un fastidio que estalló luego de la magnífica conquista edificada por el genial Maximiliano Rodríguez, una fiera.
La gente de Racing, es decir, los hinchas genuinos, esos que están fuera de toda conveniencia y connivencia, está preocupada: le sobran los motivos. Se cansó de esa lucha intestina de egos y de poder entre las máximas autoridades, y anteanoche explotó. Los verdaderos simpatizantes sienten que con este conflicto de intereses, Gastón Cogorno y Rodolfo Molina se olvidaron de Racing, lo dejaron a la deriva, desnudo, casi acéfalo.
En este contexto de hostilidades cruzadas, el equipo no sale de perdedor y apenas suma 2 puntos luego de 8 partidos. En realidad, 10 cotejos, si se añaden los 2 juegos por la Copa Sudamericana (la Academia perdió ambos con Lanús 1-2 y 0-3). Lo cierto es que Racing sigue sin ganar. Anteayer, si bien contó con algunas chances para marcar, terminó una vez más sin lograrlo. Es el equipo que menos goles anotó (tres) y que más tantos recibió (14). Como Olimpo sumó un punto ante Belgrano (1-1), la Academia no tiene chances de salir del último puesto la próxima semana, cuando visite a Belgrano en Córdoba.
Cuando arrancó el torneo, la ilusión de los hinchas era que el equipo peleara por el título. La premisa se fundaba en un plantel sostenido por los jóvenes surgidos de su factoría como Luciano Vietto (en su peor versión), Valentín Viola (anoche se habría desgarrado el aductor derecho; le harán pruebas para identificar el grado de la lesión) y Rodrigo De Paul, más la experiencia de Saja, Ortiz, Pelletieri, Camoranesi o el propio Regueiro. Pero hoy la realidad es otra en un club en el que, por caso, nada se sabe de la economía y “molinistas” y “cogornistas” consumen energías en un encono sin retorno, que no hace más que agravar la situación general.
Las cifras asustan y muchos, como el vicepresidente 2°, Víctor Blanco, comienzan a pensar en la situación del vecino, Independiente, del que hace un puñado de meses se mofaron en el Cilindro. Un festejo que tuvo la venia de una dirigencia que pensó y actuó como si aún estuviera ocupando el tablón. Es que a sus ojos y sin razón, negarse ante el clamor racinguista era un acto “tan impopular como piantavotos”, según se justificó un directivo.
Pasó el descenso de los Rojos y Racing planificó una temporada para dar el salto de calidad y pelear por todo. Así se lo exigió el presidente Cogorno a Luis Zubeldía antes de extenderle el vínculo. Lo hizo tardíamente y sin un plan alternativo, confiando en un DT que nunca sedujo a los corazones académicos. La llegada de Carlos Ischia, a sugerencia del ahora ex mánager Fabián Ayala, no logra revertir la pésima ecuación y el colchón de puntos (62) que dejó el anterior entrenador co- mienza a escurrirse como el agua entre las manos: hoy Racing observa con preocupación la tabla menos pensada. La de los promedios, con la calculadora en la mano.
Es evidente, entonces, que la crisis política repercutió en el equipo. Por más que los jugadores hayan intentado blindarse internamente, no logran salir del pozo anímico y futbolístico. Se sienten bloqueados y, en gran medida, solos. Por más que Molina, tras el volantazo (o “golpe de Estado”, como lo definió el secretario saliente Leandro Rodríguez Hevia) que pergeñó el miércoles pasado, se mostró cercano al plantel, la situación los desborda y el equipo se cae a pedazos: “No sabemos nada de una supuesta renuncia del presidente. Es cierto que se reunió el viernes con Rodolfo [Molina], pero la situación, por ahora, sigue stand-by”, confió una fuente cercana a Molina. Esta tarde, Cogorno se reunirá con sus allegados para evaluar los escenarios posibles y no descarta llamar a una conferencia de prensa en la que convocaría a la unidad. Todo antes de la próxima reunión de comisión directiva, pactada, como siempre, para el miércoles próximo, en algún lugar que todavía no se definió.ß