LA NACION

Abreu, al rescate de un Central que no merecía perder

En el descuento anotó el 1-1 frente a Arsenal, en Rosario El equipo de Russo cortó una serie de 3 derrotas seguidas

- Pablo Casazza

ROSARIO.– Ahí estaban los puños en alto de Miguel. ¡ Qué desahogo!. El entrenador de Rosario Central había buscado por todas partes, había probado todas las variables posibles con los ingresos de Abreu y Niell para no quedarse con las manos vacías ante un Arsenal que defendía como podía esa ventaja que había encontrado con el tempranero gol de Jonatan Gómez.

Central no merecía perder. Y con el 1-1 cortó una serie de tres derrotas seguidas. Había repetido las mismas falencias que había entregado durante todo el campeonato, con falta de elaboració­n y poco peso ofensivo, aunque encontró con Becker alguna idea futbolisti­ca mejor que las anteriores y él generó un contagio en el resto de sus compañeros.

El gol del final llegó a puro empuje, con centros y garra. Un cabezazo de Niell, otro de Abreu, un tiro de Donatti, el remate y un rebote de Campestrin­i. El final fue todo del delantero uruguayo, que le pegó con alma y vida para defender el orgullo de Central y así alcanzó el 1-1 en el minuto 47 del segundo tiempo.

Rosario Central tuvo 21 córners en ataque, pero sólo cabeceó dos de ellos. Arsenal se sentía cómodo en su postura defensiva y se fortalecía en cada rechazo de Echeverría y Braghieri, incansable­s en sus esfuerzos para darle seguridad a Campestrin­i. También en generar contraataq­ues luego de cada avance o tiro libre en favor del local. Gustavo Alfaro, insultado por los pocos puntos conseguido­s en su paso por la institució­n canalla, había planificad­o cada réplica como una situación de gol. Y el equipo del Viaducto, fiel a su estilo, tuvo varias situacione­s de contraataq­ue, aunque no pudo capitaliza­rlas. Arsenal se despreocup­ó de manejar la pelota y se limitó a responder los ataques rivales. Esperó cerca de los dominios de Campestrin­i y salió con rapidez.

Cuando Central se adelantaba y perdía la pelota, quedaba muy quebrado y eso lo aprovechó Arsenal. En la segunda etapa el desarrollo fue parecido. El equipo rosarino sumó desesperac­ión y, con el ingreso de Abreu, potenció el recurso de los centros.

Delgado tuvo una buena chance con un zurdazo desde fuera del área que iba dirigido al ángulo superior derecho de Campestrin­i, pero el arquero, extraordin­ariamente, mandó la pelota al córner.

Abreu asistió a Becker, que definió increíblem­ente afuera. Central estaba condiciona­do por sus propias falencias, más allá de que no merecía irse con las manos vacías.

Ni qué hablar si se computa el penal no cobrado en la primera etapa por empujón de Aguirre a Luna.

Pero, en medio de tantos centros, casi Braghieri se mete en contra el merecido empate de Central. Y entre tantos pelotazos y empuje local, llegó la arremetida de Abreu para el festejo loco de Russo y de la mitad de Rosario, que logró rescatar un punto muy merecido.

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FOTOBAIRES Abreu y el esperado festejo de Central

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