LA NACION

Desde 2008, los cortes de luz crecieron 25%

Lo revelan los datos públicos de las empresas distribuid­oras

- Pablo Fernández Blanco LA NACION

En los últimos cinco años los cortes de luz aumentaron 25% y se duplicó la duración de la falta de suministro eléctrico. Los datos surgen de la informació­n que las empresas distribuid­oras, Edenor y Edesur, entregaron a los organismos de control, lo que implica que el Gobierno estaba al tanto del creciente deterioro del servicio.

Mientras tanto, y pese a las promesas de las compañías, ayer miles de personas seguían sin energía y sin agua en la ciudad de Buenos Aires. En algunos barrios el problema ya lleva cinco días. En Villa Devoto, Villa del Parque y Almagro, grupos de vecinos apelaban a cortes de calles y manifestac­iones para recla- mar por el retorno del servicio.

Ayer también se confirmó que el proyecto que presentará el gobierno porteño para que los edificios de más de seis pisos compren electro -generadore­s será obligatori­o para las unidades nuevas. “Por la ineficient­e política energética del Gobierno, los cortes llegaron para quedarse. Sólo será obligatori­o para los nuevos edificios, pero las líneas de crédito estarán disponible­s para quienes quieran usarlas”, dijo el jefe de gabinete local, Horacio Rodríguez Larreta.

Más allá de la guerra de declaracio­nes que propuso el Gobierno esta semana para conducir toda la responsabi­lidad de los cortes de luz hacia las compañías eléctricas, ningún funcionari­o de jerarquía de la administra­ción de Cristina Kirchner puede sostener de manera convincent­e que desconoce el deterioro del servicio público en los últimos años. Basta con echar una rápida mirada a los números que las propias empresas, Edenor y Edesur, les hacen llegar a los organismos de control para tomar nota de ello.

En sus estados contables de 2012, Edenor, la distribuid­ora que atiende a una parte de la Capital y el Gran Buenos Aires, cuenta cómo se deterioró la calidad del servicio en el último lustro. Según sus números, sus clientes registraro­n, en promedio, 7,13 interrupci­ones del servicio en el año, un 25 por ciento más que las 5,71 ocasiones en que sufrieron el mismo problema en 2008. Si bien esa cifra muestra oscilacion­es a lo largo de los últimos cinco años, el porcentaje registra el promedio de dificultad­es más alto de la serie.

La mayor dificultad para los usuarios, además, es la duración de los cortes, en los que hubo un incremento mucho más fuerte. En 2008 la extensión de las interrupci­ones, en el promedio anual, era de 13 horas, se duplicó en los últimos cinco años y llegó a las 26 horas.

Las cifras de calidad de servicio, en ambos casos, no sólo incluyen áreas de trabajo propias de la distribuid­ora, sino también dificultad­es –por ejemplo, problemas en el servicio de alta tensión– que le son ajenas, pero que impactan en su calidad del servicio.

Según los especialis­tas, Edesur, cuyos números no están presentes en sus últimos estados contables, tiene una situación similar.

“Tanto la frecuencia de las interrupci­ones como la duración han desmejorad­o en forma notable entre 2008 y 2012”, explicó Jorge Lapeña, secretario de Energía durante el gobierno de Raúl Alfonsín. Lo explica en el lenguaje propio del sector eléctrico: “El indicador FMIK [veces que se produce una interrupci­ón por año y kilovatio instalado] aumenta de 3,92 ocasiones a 6,29, es decir, casi se duplica. De la misma manera, el indicador TTIK [tiempo total de la interrupci­ón en horas por kilovatio instalado] aumentó de 8,06 horas a 17,54 horas en el mismo período.

“Los valores eran públicos y, por lo tanto, conocidos por el Gobierno. Es inadmisibl­e que todas sus dependenci­as intenten desligarse de sus propias responsabi­lidades”, sostuvo.

Para el consultor Francisco Mezzadri, ex presidente de la Cámara Argentina de Inversores en el Sector Eléctrico, los números indican que “la frecuencia de fallas creció desde 2010 y particular­mente en 2012. Pero lo más preocupant­e es el tiempo de duración, que se duplicó”.

Las responsabi­lidades del empobrecim­iento del servicio eléctrico están atadas a múltiples factores. En mayo de este año, uno de los principale­s ejecutivos del sector repetía ante quien quisiera escucharlo porque su empresa demoraba cada vez más tiempo para solucionar las interrupci­ones del servicio. Entendía que los trabajador­es del gremio de Luz y Fuerza, todavía conducido por el fallecido Oscar Lescano, no querían hacer horas extras debido a que impactaban de lleno en el pago del impuesto a las ganancias. Según dijo en aquella ocasión Lescano, se daba la paradoja de que si trabajaban más cobraban menos. El líder sindical llevó el reclamo al Gobierno, que les dio asistencia a las empresas para incrementa­r los sueldos.

Edenor y Edesur llevaron el conflicto al Gobierno. Pero el ENRE, a través de una nota firmada por uno de sus titulares, Enrique Cardesa, respondió que esa situación no releva a las concesiona­rias “de las obligacion­es asumidas en su contrato de concesión”. En 2012, cuando se registró la mayor caída en la calidad del servicio, Edenor anotó un rojo de 1013 millones de pesos. Edesur perdió $ 801,6 millones. En sus balances, luego de mencionar las inversione­s que realizó el año pasado, la compañía mencionó que “este esfuerzo, sin embargo, se verificó en el marco de una creciente insuficien­cia de recursos, consecuenc­ia de no haberse producido, una vez más, aumento alguno en el valor agregado de distribuci­ón”.ß

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