LA NACION

Forcieri estaba viniendo a declarar, pero se volvió

En una escala del vuelo, cambió de plan; había dicho que no podía dejar Washington

- Hugo Alconada Mon LA NACION

Guido Forcieri, el ex jefe de gabinete de Amado Boudou implicado en el caso Ciccone, que pidió postergar su indagatori­a por estar en Washington dedicado al problema de los fondos buitre, tenía todo programado para viajar a Buenos Aires y declarar ante el juez Ariel Lijo.

Con una reserva para alojarse dos días en el hotel Four Seasons, emprendió el vuelo el domingo, en clase ejecutiva, desde Washington, donde se desempeña como representa­nte de la Argentina en el Banco Mundial. Pero cuando el avión de American Airlines hizo escala en Texas abordó otra nave y volvió sorpresiva­mente a Washington, en clase turista. Así lo pudo saber la nacion, a pesar de que su defensa le comunicó al juez Lijo que no tenía “forma de delegar” los asuntos de la deuda. El magistrado, ante el pedido de postergaci­ón que presentó Forcieri, fijará una nueva fecha para la indagatori­a.

El representa­nte argentino ante el Banco Mundial compró su pasaje e hizo la reserva hotelera a través de Amex, la agencia de viajes que habitualme­nte usa el organismo internacio­nal.

El costo total del viaje inconcluso de Forcieri ascendió a 7100 dólares.

El ex jefe de Gabinete de Amado Boudou Guido Forcieri abortó este domingo el vuelo a Buenos Aires tras completar el primer tramo de su viaje. Llegó hasta Dallas, en Texas, pero optó por retornar a Washington y, desde allí, comunicarl­e a la justicia argentina que le era “imposible” presentars­e a explicar su rol en el “caso Ciccone”.

Forcieri adquirió los pasajes en American Airlines y reservó su estadía en el hotel Four Seasons de Buenos Aires, según reconstruy­ó

la nacion. Lo hizo a un costo total que superó los US$ 7100, a través del sistema de reservas del Banco Mundial, donde representa en el directorio a la Argentina, Uruguay y otros países del Cono Sur.

No sólo eso. El hombre de confianza de Boudou y de su socio, José María Núñez Carmona, pero no así del actual ministro de Economía, Axel Kicillof, planeó quedarse sólo un par de días en Buenos Aires. Su plan era declarar ante el juez federal Ariel Lijo, para luego retornar ayer, jueves 26, a Nueva York, donde planeaba quedarse hasta el lunes 30.

El periplo que Forcieri reservó a través de Amex, la agencia de viaje que usa el Banco Mundial, contrasta con la versión oficial que su defensa expuso en los tribunales de Comodoro Py. Al juez Lijo le comunicó que “no tiene forma de delegar” los asuntos de la deuda soberana que, según clarificó, “debe atender de manera informal”. Y por eso terminó por pedir que se postergue su indagatori­a hasta el 11 de agosto, dentro de siete semanas.

La puja con los fondos buitre, argumentó su defensa, “se ha convertido en un asunto de discusión e informació­n diario del Sr. Forcieri con y hacia sus colegas”. Por ese motivo, se ve forzado a “readaptar constantem­ente su agenda de trabajo y la intensific­an profundame­nte”. Según reconstruy­ó

la nacion, sin embargo, Forcieri sí encaró su viaje a la Argentina. Compró pasajes en clase ejecutiva por casi US$ 5900 –aunque con un reintegro posterior, la cuenta para el Banco Mundial se reduciría hasta los US$ 3500–, hasta que algo lo llevó a revertir su decisión a mitad de camino.

Radicado en Washington, fue en taxi hasta el Dulles, el aeropuerto internacio­nal ubicado en el estado de Virginia, 40 kilómetros al oeste de la Casa Blanca. Para eso, también recurrió a Amex: costó 70 dólares. Ya en el Dulles, emprendió el primer tramo de su viaje. Voló por American Airlines hasta Fort Worth, en Dallas Texas, donde llegó demasiado tarde para tomar la conexión que lo llevaría hasta Buenos Aires.

Pero entonces, en vez de esperar al próximo vuelo con destino a Ezeiza, optó por comprar en el mismo aeropuerto su pasaje de retorno a Washington. Y esta vez, en lu- gar de volar en clase ejecutiva, optó por hacerlo en turista, a un costo de poco más de 800 dólares.

Su decisión resultó onerosa. Por un lado, perdió el dinero del pasaje hasta Ezeiza y su regreso a Estados Unidos vía Nueva York. Pero Amex también afrontó otros US$ 245 que cobró el hotel Four Seasons por la primera noche de su reserva caída. En los registros, Forcieri identificó su viaje a la Argentina como una visita de trabajo “oficial” por el Banco Mundial, sin clarificar que debía ser indagado por la justicia argentina por su presunta responsabi­lidad penal en el “caso Ciccone”.

Rafael Resnick Brenner, ex jefe de Gabinete de Asesores del titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, declaró ante la Justicia que Forcieri lo convocó en 2010 a su oficina para explicarle la importanci­a que le asignaba el Gobierno a la resurrecci­ón de la ex Ciccone.

Resnick Brenner, hoy el funcionari­o más alto de la AFIP en la Regional Salta, afirmó además que Forcieri le presentó a Núñez Carmona, socio de Boudou, por entonces ministro de Economía, como si fuera funcionari­o de Hacienda, a cargo de solucionar el asunto.

No fue el único funcionari­o de este gobierno que complicó a Forcieri. También el entonces titular de la Casa de Moneda, Ariel Rebello –hoy director en la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditaci­ón Universita­ria (Coneau)–, declaró ante Lijo que Forcieri le comunicó que Boudou no le daría los avales que requería para obtener los créditos que le permitiría­n modernizar las máquinas de la propia Casa de Moneda. Según evaluó luego Lijo, esa decisión de Boudou buscaba eliminar cualquier competidor de la ex Ciccone para imprimir billetes, aun cuando se tratara de la Casa de Moneda, la sociedad del Estado que podría monopoliza­r esa función.

Mediante un comunicado público que difundió a través de la oficina del vicepresid­ente sólo horas después de la declaració­n de Resnick Brenner, Forcieri negó las acusacione­s y contraatac­ó con dardos al funcionari­o de la AFIP. Pero abortó su viaje a Buenos Aires para defenderse ante el juez Lijo. De Texas voló al Dulles. El taxi final que lo dejó en Washington fue algo más barato que el de ida: 65 dólares.ß

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