LA NACION

“El aborto será despenaliz­ado este año”

En una entrevista, la presidenta de Chile reflexionó sobre los primeros 100 días de su segundo mandato y destacó los principale­s desafíos de los próximos meses

- Texto Francisco Peregil (El País)

La entrevista se celebró en el Palacio de la Moneda, al término del partido en el que Chile perdió por 2 a 0 contra Holanda en la Copa del Mundo. Michelle Bachelet se mostró sonriente y dispuesta a quedarse con lo bueno: “Chile jugó bien”. Ésa es la tónica también de los tres meses que lleva como presidenta en su segundo mandato: el optimismo.

A pesar de que en cuanto asumió se encontró con un terremoto en el norte del país. A pesar de que en abril afrontó el mayor incendio en la historia de Valparaíso, con más de 8000 afectados, y hace dos semanas se produjeron inundacion­es en el Sur, Bachelet afirma sentirse satisfecha porque nada de eso impidió que cumpliera con más del 90% de las 56 medidas que se propuso poner en marcha en sus 100 primeros días de gobierno. Y piensa que está en condicione­s de erradicar el gran mal de Chile, que es la desigualda­d.

De momento, la Cámara de Diputados aprobó la reforma tributaria, indispensa­ble para financiar parte de la reforma educativa, el gran objetivo de su gobierno. Y a pesar de las numerosas críticas cosechadas en la oposición, en los próximos meses la reforma será aprobada en el Senado. Ella insiste en que sigue abierta al diálogo, que puede aceptar suge- rencias. Pero dice que no renunciará a la esencia de la reforma tributaria: que pague más el que más tiene.

Para antes de fin de año, además, espera impulsar en el Parlamento la despenaliz­ación del aborto en caso de riesgo para la vida de la madre, inviabilid­ad del feto y violación. –Durante los años en que usted estuvo al frente de la Secretaría de la Mujer de la ONU (20102014), ¿cómo vio a Chile? –Yo vi un país que tiene todo lo bueno: una democracia estable, una economía con crecimient­o estable, con bastantes éxitos… Pero, por otro lado, los jóvenes estuvieron unos ocho meses en la calle. Y no eran sólo los jóvenes. Mucha gente acompañó ese proceso, en un país que empezó a decir: “No nos basta con lo que hay”. Y eso fue lo que me motivó para decir: “Si yo tomo la decisión de volver, será para plantear cambios profundos”. –La Bachelet del segundo mandato, ¿es más o menos de izquierda que la del primero? –Dije que no había vuelto ni más roja ni más verde, pero tal vez poniendo mucho más en el centro, más que los colores, los temas de los ciudadanos. La desigualda­d es nuestro gran enemigo. Y ése es mi norte fundamenta­l. –Entonces, es una Bachelet ¿más o menos valiente?

–Consciente de que los desafíos que Chile tiene requieren cambios de fondo, y dispuesta a llevar adelante esos cambios. –¿Cómo han sido estos primeros 100 días? –Fueron intensos. Cuatro años se hacen cortos y teníamos que empezar primero a cumplir con los ciudadanos. Hay que represtigi­ar la política. Y la política se represtigi­a también cumpliendo con lo que uno se ha comprometi­do. Es superimpor­tante recuperar la confianza de la gente en las institucio­nes democrátic­as. Parecen más de tres meses, para serle franca. Sin embargo, ahora es la hora de la implementa­ción de muchas de esas cosas. Ya definimos qué es lo que vamos a hacer. Ahora hay que partir. –¿Esperaba encontrar tantas dificultad­es para poner en marcha la reforma tributaria? –A lo mejor lo que algunos pensaron era que no lo iba a hacer. Que era una promesa de campaña, que luego se iba a no cumplir. Yo creo que efectivame­nte en las reformas tributaria­s hay intereses que pueden verse afectados por ellas y que tratan de hacer todo lo posible por cambiar los ejes centrales. Pero estamos muy abiertos a escuchar a todos los sectores. Lo que sí he dicho es que no estoy disponible para afectar aquello que llamamos el corazón de la reforma. –¿Cuándo se aprobará la despenaliz­ación del aborto? –En Chile esta discusión en el Parlamento se ha dado [durante otros mandatos]. Y hay una enorme cantidad de mociones parlamenta­rias en la Cámara y en el Senado. Estamos en la etapa de revisar todas esas mociones y mirar cuál vamos a apoyar, cómo vamos a apoyarla, de manera que podamos avanzar en la despenaliz­ación.

–¿Cuándo cree que será posible? –Yo creo que va a ser durante el segundo semestre. Probableme­nte en los últimos meses del segundo semestre.

–¿Antes de que termine el año? –Sí. Analizarem­os la técnica legislativ­a, pero sí, antes de fin de año. –A pesar de las numerosas diferencia­s internas que ya han trascendid­o en su alianza de siete partidos, la Nueva Mayoría (que integra a demócratas cristianos y a comunistas), ¿cree que la coalición resistirá cuatro años unida? –No me cabe la menor duda. Todos queremos terminar con la desigualda­d. Y todos entendemos que la reforma de la educación es clave. –Para los próximos meses, ¿cuál es su principal desafío? –Aprobar lo antes posible la reforma tributaria. Y avanzar con todos los proyectos de reforma educaciona­l de manera que ojalá tuviéramos un nuevo marco legal para fines de 2015. –En la Argentina se mira con cierta admiración la institucio­nalidad de este país. El proceso de transición entre presidente­s se considera modélico. ¿Y qué admira usted del país vecino? –Lo primero, la educación gratis. Además, la Argentina es un país lleno de tremenda potenciali­dad, de riqueza. Tiene grandes hombres y mujeres, científico­s, literatos, deportista­s… Tienen un acceso a libros de precios muy adecuados. Tiene todo tipo de expresione­s culturales. Creo que hay muchas de esas cosas que nosotros podemos aprender de la Argentina. –¿Está siendo el proceso de cambio más difícil de lo que esperaba? –Lo esperaba. Yo tenía conciencia de este Chile que quería resultados ya. Y, por lo tanto, que va a ser mucho más demandante para mí. Lo que importa, finalmente, es que uno hable con la verdad. Y si algo no resulta, explicarlo de cara al país. Fíjese: en todas las encuestas la gran mayoría de la gente apoya que haya reformas. Y, sin embargo, un porcentaje importante cree que no lo vamos a lograr. Pero si volví de Nueva York fue porque decidí que si yo tenía un capital político que había ganado en mi anterior gestión, era para usarlo. –Ya que menciona su trabajo en la Secretaría de Mujeres de la ONU… Usted siempre defendió los gobiernos paritarios, de mitad hombres y mujeres. ¿Por qué, entonces, hay menos mujeres en su gabinete? –Porque yo había dicho que no iba a repetir ningún ministro anterior. Entonces, más allá de que yo decidí los ministros, también a uno le llegan listas de personas. Y la mayoría de los nombres de mujeres que llegaban ya habían sido ministras. Fue mucho más difícil. Y, en nuestro país, la verdad es que los partidos políticos aún tienen que avanzar mucho más a la hora de promover a sus mujeres.© El País, SL

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina