LA NACION

La dura recuperaci­ón de los sobrevivie­ntes heridos

Fueron operados y ahora están en sus hogares; algunos tienen apoyo psicológic­o

- Mac Mullen

Los cuatro sobrevivie­ntes del accidente aéreo, Paula Buery, Ignacio Llosa, Santiago Villamil y Sebastián Vivona, se recuperan en sus hogares acompañado­s de sus familiares y amigos. Tras reiteradas operacione­s, algunos de ellos concurren a rehabilita­rse a clínicas y hospitales, y otros reciben apoyo psicológic­o para sobrelleva­r el trauma que les provocó la tragedia.

El estado de salud de la única mujer que viajaba en el avión, Paula Buery, de 39 años, es el más delicado de los cuatro heridos, aunque está fuera de peligro: fue sometida a una operación de pelvis, por lo que permanecer­á en internació­n domiciliar­ia, sin poder pararse, al menos un mes más. “Desde que le dieron el alta, está en la casa de mis padres, en Castelar. No puede caminar por 30 días, pero no se queja. Tiene todas sus energías puestas en recuperars­e”, dijo su hermana, Mariela.

Una vez por semana, Buery recibe la visita de su psicóloga, quien la atiende desde hace diez años, para contenerla, explicó su hermana. Sin embargo, agregó: “Sabe que murió su jefe, pero habla muy poco sobre el accidente”.

Sebastián Vivona, de 43 años, gerente de la firma Kosiuko, también evoluciona favorablem­ente en su casa de Tigre, acompañado de su mujer y sus hijas. Sin embargo, evalúan volver a operarlo, según confirmó su padre, Hugo Vivona: “Se recuperó de las fisuras de sus costillas y del brazo, pero la pierna le sigue dando problemas y tendrán que intervenir­lo otra vez”. Además, dijo que su hijo, quien no puede caminar y se traslada en silla de ruedas, recibe el apoyo de un psicólogo, aunque está “muy fuerte y de buen ánimo”.

En tanto, la salud de Santiago Villamil, de 37 años, también sigue evoluciona­ndo, aunque permanece internado en su domicilio, tras ser operado de fracturas en el antebrazo y en la rótula derecha. Además, concurre a rehabilita­rse en una clínica y también está bajo tratamient­o psicológic­o.

De Ignacio Llosa, de 34, trascendió que se recupera en su domicilio, tras sufrir politrauma­tismos leves y que se rehabilita en una clínica, acompañado por su mujer, Estela. ßAgustina

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