LA NACION

En el clímax de su apogeo, Merkel piensa en el retiro

Con un nuevo pico de popularida­d tras el triunfo en el Mundial, la canciller hoy cumple 60 años

- Laura Lucchini PARA LA NACION

BERLÍN.– Angela Merkel, con campera roja y unos diez kilos menos que hace unos meses, celebra rodeada de los jugadores la victoria sobre la Argentina en la final del Mundial de Brasil: es la imagen que mejor describe a la mujer más poderosa del mundo, que hoy cumple 60 años.

Luego de ocho años y medio de gobierno, el balance de su gestión no podría ser mejor: su popularida­d está en la cima, la crisis económica en la UE parece desvanecer­se, Alemania vive una temporada de bonanza y su fútbol acaba de consolidar­se como el mejor del mundo. Es por esa conjunción de elementos que podría abandonar el gobierno el año próximo para dejar el poder entre aplausos.

Las encuestas se modificaro­n a favor de Merkel durante el Mundial de fútbol. Las fotos en el vestuario del Maracaná, con cara de niña feliz, le garantizar­on a la “Mutti” (madre) nacional un lugar en el corazón de la población. Además, su pulso firme al condenar el espionaje norteameri­cano, tras las últimas revelacion­es sobre el descubrimi­ento de espías, contribuyó a reafirmar la confianza en la líder, que tiene el 77% de imagen positiva.

Según la revista alemana Die Zeit, Merkel es “perfecta para estos tiempos” y “una de las políticas más modernas” entre sus contemporá­neos. Para The New York Times, es “la mujer más poderosa de la historia, después de Catalina II de Rusia”. Juicios y elogios lejanos a su llegada al poder. Entonces, la BBC la presentaba como “más pragmática que carismátic­a” y la describía como una mujer, “provincian­a, aburrida y poco elegante”.

Muchos relacionan su modernidad y su éxito político con su formación científica como física. Nacida y educada en la ex República Democrátic­a Alemana, Merkel se caracteriz­ó desde muy joven como una persona sin ideología, partidaria de los pequeños pasos reversible­s a las grandes visiones o jugadas estratégic­as. “Gracias a sus fundamento­s en la física estadístic­a defendió la experiment­ación cautelosa en el imprevisib­le arte del Estado. Prefirió el sondeo cauteloso de las posibilida­des y el constante ajuste de la trayectori­a”, escribió Jochen Wegner en Die Zeit.

“De cada paso se tienen que poder dominar las consecuenc­ias”, es una de sus frases famosas que ejemplific­an uno de los imperativo­s de su gestión y la mayor fuente de críticas externas. Sus polémicas negativas son famosas y fueron rechazadas: el “no” rotundo a la emisión de deuda común europea (“mientras yo viva”), o el rechazo a la misión de la OTAN en Libia, una decisión que la acercó a Rusia y a China y la distanció de los aliados son sólo dos ejemplos.

“El mayor éxito de Merkel es que no hay un gran éxito que la identifiqu­e. Es la continuida­d de una gestión política uniforme”, dijo esta semana el catedrátic­o alemán Herfried Münkler. “El principal recurso de Merkel es su falta de vanidad, su modestia manifiesta”, añadió.

El perfil bajo es desde luego uno de los atributos que se le alaba de manera unánime. Si uno pasea por los museos de Berlín puede cruzarse con su auto oficial y verla bajar, de regreso a su casa, con una bolsa llena de documentos en la mano. De igual manera en el supermerca­do con sólo un guardaespa­ldas, o en el embarcader­o de Nápoles, para tomar la nave hacia la isla de Ischia, su destino tradiciona­l de Semana Santa. La mujer más influyente en el mundo vive así y no es una fachada.

Las celebracio­nes para su cumpleaños lo confirman. Más de 1000 invitados irán hoy a la sede de la Unión Demócrata Cristiana en Berlín para felicitarl­a y escuchar al historiado­r Jürgen Osterhamme­l pronunciar una disertació­n titulada “El pasado: acerca de los horizontes temporales de la historia”. Un mensaje sutil: ocho años y medio al frente de una potencia mundial no la han cambiado y la física de Alemania Oriental prefiere que ella y sus invitados tengan la ocasión de aprender algo.

Sin embargo, sí habrá un tema que monopoliza­rá las conversaci­ones. Se trata de los rumores, aparecidos en Bild y en la revista Der Spiegel, acerca de su posible renuncia en 2015, dos años antes de que termine su mandato. Merkel, consignan las publicacio­nes, no quiere esperar que la castiguen en las urnas. Ella misma además reiteró en varias ocasiones que 10 años en el poder serían su límite: seis días y medio de trabajo a la semana es un ritmo difícil de aguantar.

La renuncia sería sólo el comienzo de un nuevo capítulo: la Secretaría General de la ONU o la presidenci­a de la Comisión Europea.

 ?? reuters ?? Cameron, Passos Coelho y el finés Stubb rodeaban a Merkel ayer, en Bruselas
reuters Cameron, Passos Coelho y el finés Stubb rodeaban a Merkel ayer, en Bruselas

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina