LA NACION

La CGT de Caló pidió una reunión con la Presidenta

En un clima de preocupaci­ón, los sindicatos oficialist­as exigen cambios en el impuesto a las ganancias

- Lucrecia Bullrich LA Nacion

Impaciente y molesta por la falta de señales de la Casa Rosada, y con una vehemencia poco habitual, la CGT oficialist­a reclamó ayer la actualizac­ión del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, que impactó de lleno en los aumentos de sueldo acordados en paritarias en la primera mitad del año. La central obrera pidió reunirse con Cristina Kirchner en los próximos días, a la espera de una respuesta.

El ajuste de Ganancias fue el eje central de la reunión que ayer mantuvo el consejo directivo de la CGT que lidera el metalúrgic­o Antonio Caló, en la sede del sindicato de taxistas. Duró poco más de tres horas y terminó con un comunicado.

“Somos prudentes. Somos pacientes. Pero cuando tengamos que reclamar, vamos a hacerlo con la fuerza del movimiento obrero”, dijo Caló a la salida del encuentro. Volvió a hacer equilibrio entre la presión de buena parte de sus pares para mostrarse más firme en los reclamos y la decisión de mantener la buena sintonía con la Casa Rosada.

Según pudo reconstrui­r la nacion, la temperatur­a de la reunión fue subiendo con el paso de los minutos. Abrió Caló y, luego, los jefes gremiales presentes expusieron la situación de sus sindicatos. La preocupaci­ón por Ganancias surgió enseguida y acaparó la discusión. “Se dio todo y no estamos recibiendo nada”, sintetizó uno de los presentes para graficar la falta de “beneficios” por haber sostenido el alineamien­to con el Gobierno en los últimos dos años.

Se evaluó la posibilida­d de llevar el reclamo a los diputados del Frente para la Victoria para que el tema de Ganancias se resuelva “de raíz” con la modificaci­ón de las escalas del impuesto por ley, y no sólo con el ajuste del mínimo no imponible.

Finalmente se decidió pedir una reunión “urgente” con Cristina Kirchner y esperar señales “en los próximos días”, ya sin la paciencia de los últimos meses. La cúpula de la CGT volverá a reunirse la semana que viene para evaluar la reacción del Gobierno y decidir los próximos pasos. “Esto lo tiene que resolver el Gobierno”, enfatizó Caló, cuando le preguntaro­n por la vía legislativ­a.

También se discutió la situación económica, a partir del impacto en la industria. La preocupaci­ón gremial por los despidos y las suspension­es quedó reflejada en el comunicado de cuatro párrafos. “Se analizó con preocupaci­ón la situación de la indus- tria automotriz, que está sufriendo suspension­es causadas por la baja del consumo interno y la caída del mercado brasileño. Las dificultad­es se sufren también en las industrias metalúrgic­a y textil”, dice el texto.

Respecto de Ganancias, la CGT planteó que espera que el Gobierno “por lo menos” disponga no aplicar el impuesto al medio aguinaldo. En la práctica, devolver los descuentos que ya se hayan hecho efectivos.

“Tenemos confianza en que habrá novedades. Es abollar el coche antes de comprarlo. Vamos a ver si nos dan la audiencia, si hay novedades y después veremos qué hacemos”, se cuidó Caló, cuando le pre

la nacion guntó por la posibilida­d de avanzar con una protesta en la calle si no hay avances concretos del Gobierno.

Pese a la cautela del metalúrgic­o, otros gremialist­as no ocultaban ayer la mezcla de hartazgo, enojo e impotencia con la que esperan la mejora impositiva. “El tema es insostenib­le. Hay compañeros que directamen­te se quedaron sin aguinaldo [por los descuentos por Ganancias]. La presión es insoportab­le”, dijo uno de los gremialist­as que estuvieron en la reunión. “Está claro que el tema es político. La recaudació­n es récord. Plata no les falta”, aportó otro.

Ayer quedó en evidencia que la preocupaci­ón por Ganancias atraviesa a todo el universo sindical. La CGT la plasmó en un comunicado y Hugo Yasky, jefe de la CTA oficialist­a, anunció que el lunes marchará al Congreso para reclamar la modificaci­ón del impuesto a las ganancias, una reforma tributaria y la universali­zación de las asignacion­es familiares. La movilizaci­ón formará parte de una jornada nacional de lucha que tendrá réplicas en todo el país.

Si estaba claro que la agenda de reclamos era común a todas las centrales obreras, ayer se vio que el malestar por la falta de respuesta del Gobierno comienza a molestar, también, a los que juran acompañar al modelo.ß

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