LA NACION

Para EE.UU., el país es uno de los socios que más quejas provoca

Critican las trabas a la importació­n y la complacenc­ia con la piratería

- Silvia Pisani CORRESPONS­AL EN EE.UU.

WASHINGTON.– La administra­ción norteameri­cana situó a la Argentina entre el puñado de “socios” con los que concentra la mayor cantidad de disputas por cuestiones de intercambi­o comercial, entre ellas, quejas por la aplicación de barreras a la entrada y salida de productos.

La afirmación, realizada por autoridade­s de la Oficina del Representa­nte Comercial (USTR, por sus siglas en inglés) corona la seguidilla de protestas que la administra­ción de Barack Obama promovió contra la Argentina en el pasado reciente.

Buena parte de ellas, ante la Organizaci­ón Internacio­nal del Comercio (OMC) que, según trascendió recienteme­nte, podría además sancionar próximamen­te al país con una multa de hasta US$ 5000 millones. El informe, al que tuvo acceso

la

nacion, formó parte de una comparecen­cia del “número dos” en la estructura de la Oficina Comercial, Michael Punke, ante legislador­es que integran el subcomité de Comercio de la Cámara de Representa­ntes, en el que se subrayó la importanci­a del intercambi­o comercial como reflejo de una relación diplomátic­a.

“En los últimos cinco años, Estados Unidos ha presentado 18 quejas” ante la OMC, dijo Punke, quien, junto con China e Indonesia, situó a la Argentina entre los principale­s blancos de esas protestas. “Seguiremos por ese camino porque estamos seguros de que nos lleva al éxito”, añadió.

El diplomátic­o, que está a cargo de esas quejas en la sede que la OMC tiene en Ginebra, identificó buena parte de esos expediente­s con la aplicación de “distorsion­es” al comercio justo.

“Se trata de países que aplican subsidios distorsivo­s, barreras a la exportació­n o trabas a la consecució­n de licencias para importar”, dijo Punke al identifica­r, precisamen­te, tres de las causas que generaron los mayores conflictos aún abiertos en materia comercial entre su país y el gobierno de Cristina Kirchner.

La posición del funcionari­o de mantener la batalla en esa materia fue saludada tanto por legislador­es republican­os como demócratas, que entienden al comercio como una de las principale­s herramient­as de la diplomacia.

“Después de años de inacción, por fin tenemos una agenda activa en la OMC para defender nuestro comercio”, saludó, por caso, el titular del subcomité, el republican­o Devin Nunes.

La Argentina ha sido castigada en materia comercial por la administra­ción demócrata por “inconducta” en materia financiera, a la vez que le abrió expediente­s ante la OMC por barreras comerciale­s, sobre todo, a partir del paso del controvert­ido ex secretario de Comercio Guillermo Moreno por la Secretaría de Comercio Interior.

La Salada, cuestionad­a

También reprocha desde hace años cierta “complacenc­ia” con el contraband­o y la piratería de productos de marca, sobre todo, a partir de la expansión de actividade­s como las que concentra el mercado informal de La Salada, en la provincia de Buenos Aires.

El mercado de La Salada, cuyos directivos acompañaro­n a la presidenta Cristina Kirchner en viajes oficiales, fue caracteriz­ado por el USTR como uno de los “principale­s centros de piratería y falsificac­iones” en la región.

En su último informe deslizaron, incluso, cierta “complacenc­ia” de las autoridade­s nacionales con su existencia, al señalar la notoria y abierta “expansión” de sus actividade­s, algo que –sostienen– no podría pasar inadvertid­o para las autoridade­s.

Hace sólo una semana, la agenda comercial del país en los Estados Unidos fue enarbolada por los llamados fondos buitre como posible arma de presión para llevar a la Argentina hacia una negociació­n.

El canciller Héctor Timerman denunció, de hecho, que el “lobby de los buitres” quería usar las exportacio­nes de carne argentinas como arma de presión para “poner al país de rodillas”, al reclamar contra denuncias por supuesta presencia de aftosa.

Sin embargo, según se desprende del informe que Punke hizo ayer ante los legislador­es, la administra­ción norteameri­cana insiste en mantener a la Argentina en la mira por “razones técnicas” y “regulatori­as” en materia de comportami­ento comercial.

Un dato que, según coinciden fuentes diplomátic­as en esta ciudad, no ayuda precisamen­te a la hora de intentar abrir nuevos mercados.ß

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