Para EE.UU., el país es uno de los socios que más quejas provoca
Critican las trabas a la importación y la complacencia con la piratería
WASHINGTON.– La administración norteamericana situó a la Argentina entre el puñado de “socios” con los que concentra la mayor cantidad de disputas por cuestiones de intercambio comercial, entre ellas, quejas por la aplicación de barreras a la entrada y salida de productos.
La afirmación, realizada por autoridades de la Oficina del Representante Comercial (USTR, por sus siglas en inglés) corona la seguidilla de protestas que la administración de Barack Obama promovió contra la Argentina en el pasado reciente.
Buena parte de ellas, ante la Organización Internacional del Comercio (OMC) que, según trascendió recientemente, podría además sancionar próximamente al país con una multa de hasta US$ 5000 millones. El informe, al que tuvo acceso
la
nacion, formó parte de una comparecencia del “número dos” en la estructura de la Oficina Comercial, Michael Punke, ante legisladores que integran el subcomité de Comercio de la Cámara de Representantes, en el que se subrayó la importancia del intercambio comercial como reflejo de una relación diplomática.
“En los últimos cinco años, Estados Unidos ha presentado 18 quejas” ante la OMC, dijo Punke, quien, junto con China e Indonesia, situó a la Argentina entre los principales blancos de esas protestas. “Seguiremos por ese camino porque estamos seguros de que nos lleva al éxito”, añadió.
El diplomático, que está a cargo de esas quejas en la sede que la OMC tiene en Ginebra, identificó buena parte de esos expedientes con la aplicación de “distorsiones” al comercio justo.
“Se trata de países que aplican subsidios distorsivos, barreras a la exportación o trabas a la consecución de licencias para importar”, dijo Punke al identificar, precisamente, tres de las causas que generaron los mayores conflictos aún abiertos en materia comercial entre su país y el gobierno de Cristina Kirchner.
La posición del funcionario de mantener la batalla en esa materia fue saludada tanto por legisladores republicanos como demócratas, que entienden al comercio como una de las principales herramientas de la diplomacia.
“Después de años de inacción, por fin tenemos una agenda activa en la OMC para defender nuestro comercio”, saludó, por caso, el titular del subcomité, el republicano Devin Nunes.
La Argentina ha sido castigada en materia comercial por la administración demócrata por “inconducta” en materia financiera, a la vez que le abrió expedientes ante la OMC por barreras comerciales, sobre todo, a partir del paso del controvertido ex secretario de Comercio Guillermo Moreno por la Secretaría de Comercio Interior.
La Salada, cuestionada
También reprocha desde hace años cierta “complacencia” con el contrabando y la piratería de productos de marca, sobre todo, a partir de la expansión de actividades como las que concentra el mercado informal de La Salada, en la provincia de Buenos Aires.
El mercado de La Salada, cuyos directivos acompañaron a la presidenta Cristina Kirchner en viajes oficiales, fue caracterizado por el USTR como uno de los “principales centros de piratería y falsificaciones” en la región.
En su último informe deslizaron, incluso, cierta “complacencia” de las autoridades nacionales con su existencia, al señalar la notoria y abierta “expansión” de sus actividades, algo que –sostienen– no podría pasar inadvertido para las autoridades.
Hace sólo una semana, la agenda comercial del país en los Estados Unidos fue enarbolada por los llamados fondos buitre como posible arma de presión para llevar a la Argentina hacia una negociación.
El canciller Héctor Timerman denunció, de hecho, que el “lobby de los buitres” quería usar las exportaciones de carne argentinas como arma de presión para “poner al país de rodillas”, al reclamar contra denuncias por supuesta presencia de aftosa.
Sin embargo, según se desprende del informe que Punke hizo ayer ante los legisladores, la administración norteamericana insiste en mantener a la Argentina en la mira por “razones técnicas” y “regulatorias” en materia de comportamiento comercial.
Un dato que, según coinciden fuentes diplomáticas en esta ciudad, no ayuda precisamente a la hora de intentar abrir nuevos mercados.ß