LA NACION

Boca no se moverá de la oferta que le hizo y jugaría en Argentinos

El presidente de Boca no aguantó más, mostró su enojo con Riquelme y puso un punto final a la negociació­n con el futbolista El N° 10 se mantiene en silencio, aunque se especula con que su próximo paso puede cambiar el escenario

- Diego Morini

Se terminó la cautela. Ya no parece haber frases de compromiso para guardar las formas. Ya no queda espacio para la duda de que la tolerancia de Boca se agotó. En realidad, la de su presidente, Daniel Angelici. Es que en esta batalla en la que se miden los alcances del poder del mandamás xeneize y de Juan Román Riquelme, una de las partes pateó el tablero en un claro gesto de hastío. Sin más ánimo de disimular que los desplantes y los caprichos del jugador lo colmaron, aun cuando eso implique pulsear con el máximo ídolo del club, Angelici se expuso en su discurso sin medir consecuenc­ias. Pero el silencio de Román hace creer que todavía hay una última palabra. Indescifra­ble, como todo lo que él hace fuera y dentro de la cancha. Distintivo, como su juego, se especula con que cuando el N° 10 aparezca, el escenario presente novedades.

La jugada de Boca había comenzado anteayer con César Martucci, el vicepresid­ente del departamen­to de Boca, que explicó que Riquelme, por intermedio de su representa­nte, Daniel Bolotnicof­f, había informado que no aceptaba la oferta del club. Pero ayer, Angelici, cuando finalizó el acto del acuerdo que firmó Boca con China para promover la formación de futbolista­s de Pekín en la Argentina, no escondió su malestar con el futbolista más importante de la historia del club. “Estamos con fastidio porque es la segunda vez que no cumple con la pretempora­da. Podría haber hecho la pretempora­da y seguir negociando.”

Contundent­e y directo resultó el discurso del presidente, que no tenía pensado hablar ayer, pero una horda de micrófonos lo acorralaro­n y no tuvo más remedio que decir lo que tenía atragantad­o desde hacía un tiempo. En realidad, demostró que su paciencia con Riquelme no existe, que no es compatible con su forma de actuar y que sólo soporta negociar con él por pedido de los hinchas y de Carlos Bianchi.

Por eso la apuesta desde el lado de Boca fue definitiva, sabiendo que en esta última jugada cerraba la historia desde el lado de la institució­n y quizá con ello empujara al futbolista a tomar una determinac­ión que no les disgustarí­a a Angelici y compa- ñía: que Riquelme no siga en Boca.

Por eso cada palabra del presidente xeneize ayer tuvo una nítida intención de marcar el terreno. De mostrar firmeza, aun exponiendo que su ego estaba completame­nte lastimado. “Nosotros entendemos, y estamos convencido­s de que el club está por encima de los ídolos, de los dirigentes y del cuerpo técnico. Todos saben que la decisión que toma Román uno trata de respetarla, aunque no la comparta. Cuando fuimos a jugar la final de la Libertador­es (2012), él decidió dejar de jugar, retirarse voluntaria­mente del club, en un día que era muy importante para nosotros, todos los hinchas de Boca, como es estar jugando una final. Luego, cuando fuimos a buscar a Carlos [Bianchi], porque el hincha pidió al técnico más exitoso de la historia, Carlos nos habló de la importanci­a de tener a Román dentro del equipo. Fuimos a buscarlo, charlamos con él en dos oportunida­des, nos dijo que no. Boca se fue a la pretempora­da a Tandil, volvió, pasaron los amistosos, él llamó, que quería volver y nuevamente el club le abrió las puertas porque es el ídolo y es el sentimient­o”.

El dirigente fue a fondo en su discurso: “El contrato que le ofrecimos es inigualabl­e en el fútbol argentino”. Y le sugirió a los periodista­s que le pidan a Bolotnicof­f la copia del contrato que Boca le ofreció a Riquelme para demostrar lo importante que es el convenio. Más allá de esta catarsis pública, los dirigentes íntimament­e saben que todavía el N° 10 no se expidió. Incluso, a pesar de que Angelici dice que no hay más nada por negociar, conocen que una palabra del futbolista podría modificar el tablero. Porque ahora la pelota la tiene el jugador y cuenta con dos alternativ­as: revalida las palabras de su representa­nte y continúa su carrera en Argentinos o le da vuelta la ecuación a Angelici y dice “Soy hincha de Boca y por mi club hago cualquier cosa. Acepto el contrato, no me importa la plata”.

Lee bien el escenario Román, calcula cada movimiento. Aseguran los que lo conocen que está muy tranquilo, tanto como el DT xeneize, Carlos Bianchi, que ayer tras la caída ante Boca Unidos por 2-0, en Corrientes, dijo que no iba a hablar del tema.

Tiene la palabra Riquelme y cuando la tome, dejará una marca.ß

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Dyn Angelici dijo que ningún club puede igualar la oferta que le hicieron a Riquelme

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