Independiente deja ir un hombre creíble
Independiente perdió un tipo creíble. omar de Felippe fue el emblema del ascenso en una temporada caótica. el entrenador, que había llegado bajo las miradas de desconfianza, supo ganarse un lugar en el corazón de una hinchada tan devastada como el mismo club. en medio de una crisis total, debió ser entrenador, dirigente, motivador y hasta psicólogo. si no hubiera sido por la molesta artrosis de cadera, si lo hubieran dejado en los momentos de furia, hasta se hubiera metido en la cancha para patear alguna pelota. Nunca se rindió, por más que tuvo mil motivos para irse antes de tiempo. No era su estilo. de todos fue el que más carácter mostró. si hasta le pidió a la barra brava que dejara en paz a los jugadores.
independiente deja ir a un buen entrenador que supo adaptarse a los malos tiempos. Muchas veces, la mayoría, jugó como pudo, en vez de como quiso. No había más. Pese a los gustos y a los errores, porque de Felippe acertó mucho, pero también se equivocó, encontró el equilibrio que devolvió a los Rojos a primera cuando la causa parecía perdida. Potenció algunas virtudes y disimuló muchos defectos. sacó a referentes, como Morel Rodríguez, y volvió sobre sus pasos para reubicarlos en el equipo. Gritó cuando hizo falta. escuchó cuando fue necesario.
son tiempos en los que otra vez empiezan a subrayarse algunos viejos valores en el fútbol. Al menos, eso parece con el ejemplo que dio el seleccionado argentino en el Mundial. independiente pierde demasiado. se va un tipo convencido del trabajo y que nunca le echa la culpa a la suerte. ß