LA NACION

Ofensiva de la CGT oficialist­a por el impuesto a las ganancias

Aunque Caló había pedido reunirse con Cristina, lo recibirá Capitanich

- Lucrecia Bullrich LA NACION

Se caldean los ánimos por la negativa del Gobierno a subir el mínimo no imponible.

Pese a la creciente presión gremial por la suba del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, el Gobierno comienza a dar señales de que no hará cambios en el gravamen, por lo menos, no con la urgencia con la que esperan las centrales obreras.

El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, recibirá el lunes a la CGT oficialist­a que lidera Antonio Caló en la Casa Rosada, confirmaro­n a

fuentes gremiales. Res

la nacion ponderá así al pedido que anteayer había hecho la central obrera en busca de “respuestas concretas y firmes” del Gobierno al reclamo por Ganancias. Pero lo hizo a medias. La CGT pretendía reunirse con Cristina Kirchner. Sin intermedia­rios.

La decisión de que el interlocut­or vuelva a ser Capitanich y no la Presidenta aparece como una pista clara de la intención oficial de poner paños fríos a la expectativ­a gremial de anuncios en el corto plazo.

De hecho, en esa misma línea, fuentes oficiales admitieron ayer que la Casa Rosada no está trabajando en una suba del mínimo no imponible de Ganancias. Aunque el propio Gobierno había dejado trascender que encararía el tema una vez que terminara la ronda de paritarias, (lo que ocurrió en estos días), finalmente no habría cambios.

El mismo escenario había sido esbozado por el propio Caló en la reunión que mantuvo con el consejo directivo de la central, anteayer en el gremio de taxistas.

Según pudo reconstrui­r

la nacion a partir del relato de tres gremialist­as presentes en el encuentro, el metalúrgic­o transmitió que, a partir de las “respuestas ambiguas” de varios ministros a sus preguntas sobre cuándo podría haber anuncios, “estaba desesperan­zado”.

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Según datos oficiales, hoy pagan el impuesto a las ganancias 1.070.000 trabajador­es. Cuando se decidió subir el mínimo no imponible a 15.000 pesos brutos, en agosto último, el importe de las deduccione­s quedó atado a los ingresos percibidos entre enero y agosto de 2013.

Eso implica que, por lo menos hasta que se haga una nueva reforma, aun habiendo recibido aumentos salariales en el primer semestre de este año, quienes el año pasado ganaban menos de 15.000 pesos (y por lo tanto, no pagaban Ganancias), tampoco deberán hacerlo éste.

La falta de actualizac­ión sí afecta, en cambio, a los asalariado­s que en agosto de 2013 ya cobraban más de $ 15.000 y que, a partir de las últimas subas, tendrán que tributar más que en 2013. La situación de estos trabajador­es sólo se aliviaría con una modificaci­ón de las escalas previstas en la denomi- nada “tablita de Machinea”.

El detalle no es menor y desbarata el argumento gremial de que los aumentos salariales engrosan las filas de aportantes.

De hecho, Caló ayer reforzó la queja por la falta de cambios en Ganancias a partir de ese razonamien­to.

“Hay compañeros a los que les sacaron el aguinaldo completo y es una injusticia”, advirtió el metalúrgic­o en declaracio­nes a radio Mitre. De todos modos, insistió con las críticas al gravamen, más allá de su alcance. “No estamos de acuerdo con el mal llamado impuesto a las ganancias, porque es un impuesto al trabajo”, dijo.

Por otra parte, cuando todavía no había sido convocado por la Casa Rosada para el lunes, ratificó la intención de hablar directamen­te con Cristina Kirchner y no con sus ministros.

“Los muchachos están preocupado­s, algunos están enojados y nos pidieron que pidamos una reunión con la Presidenta para definir de una vez por todas qué va a hacer el Gobierno con el impuesto a las ganancias”, relató.

Tal como había hecho el miércoles después de la reunión con sus pares de la CGT, Caló buscó transmitir que su respaldo al Gobierno tiene límites, aunque los hechos, hasta ahora, lo desmientan.

“La gente está enojada. Y nosotros tenemos que ponernos al frente de la gente. Hemos acompañado al Gobierno en todo lo que creemos que es justo para los trabajador­es. Pero en esto entendemos que los trabajador­es que pagan el impuesto se está cometiendo una injusticia”, destacó.

Pese a que el malestar por la falta de señales del Gobierno va en aumento, en la mesa chica de la CGT hay consenso respecto de no tomar decisiones drásticas hasta que no esté cerrado el pleito con los fondos buitre. Sólo después de ese Día D se decidirán los próximos pasos.ß

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