LA NACION

Una certeza: no había defensa posible para el avión comercial

- Paula Markous.

No había defensa posible: los aviones comerciale­s no están diseñados para detectar ni esquivar misiles. Al no contar con un dispositiv­o especial como las aeronaves de combate, reciben el impacto sin que sus pilotos tengan ningún tipo de aviso previo.

En el caso del Boeing 777 de Malaysia Airlines, que se estrelló ayer en el este de Ucrania con 298 personas a bordo, se especula con que fue derribado por un misil tierra-aire tipo Buk cuando volaba a 10.000 metros de altura. De acuerdo con las fuentes de inteligenc­ia norteameri­cana, un radar habría detectado cómo se encendía un sistema de misiles tierra-aire antes de que el avión malasio fuera derribado.

“Si es un misil tierra-aire, que tiene una cabeza explosiva superior al de aire-aire, la explosión se produce al instante, por lo que los pasajeros mueren en el acto. En cambio, si el misil es lanzado desde un avión, como la carga explosiva es más pequeña, podría suceder que los pasajeros mueran por el impacto del avión con el terreno”, dijo a Jorge

la nacion Renta, brigadier retirado.

Los analistas buscan ahora determinar si el misil fue disparado por separatist­as prorrusos en Ucrania, por el ejército ruso del otro lado de la frontera o por fuerzas del gobierno de Kiev.

Pero lo que es una certeza es que si el avión malasio fue impactado por un misil, los pilotos no tuvieron forma de evitarlo. “Para un avión comercial es imposible detectar los misiles tipo Buk o cualquier tipo de misil, ya que no cuentan con un sistema específico. Normalment­e, los misiles van a la fuente de calor, por lo que impactan directamen­te en las turbinas”, dijo Carlos Sorini, especialis­ta en investigac­iones en accidentes de aviación.

Los misiles Buk, conocidos también como SA-11, son una clase de misiles tierra-aire de medio alcance lanzados por una plataforma móvil que puede golpear objetivos que van a alturas superiores a aquellas del vuelo MH17 y, según algunas estimacion­es, hasta un máximo de casi 25-30 kilómetros.

Fueron desarrolla­dos por la Unión Soviética y luego por la Federación Rusa con el objetivo de abatir a cualquier tipo de objetivo volador. Desde su inclusión en el sistema misilístic­o tuvo varias actualizac­iones, la última fue el sistema 9K37M2 “Buk-M2” conocido en Occidente como SA-17 Grizzly.

Tanto las fuerzas armadas ucranianas como las rusas están dotadas con los Buk.

Interrogan­tes

La duda, además de quién disparó el misil, es si el atacante quería derribar un avión comercial o si su objetivo era atacar un avión militar, como hicieron los rebeldes prorrusos el lunes pasado, cuando derribaron la aeronave IL-76 con 49 soldados ucranianos a bordo.

“Para un operador de radar, los dos aviones pueden parecer similares”, dijo ayer a The Washington Post James Swiggart, un piloto de la marina norteameri­cana.

Sin embargo, explicó que un sistema como el Buk podría detectar si el avión es comercial, ya que los aviones civiles emiten un código, conocido como IFF, que indica que el avión es civil. El código podría haber sido detectado por el Buk si su sistema hubiera estado dirigido a dar con el vuelo MH17”, añadió el experto.

El derribo del avión malasio des- pierta también otro interrogan­te: ¿pueden los aviones sobrevolar zonas que están en conflicto?

Según explicó Renta, el avión que partió de Amsterdam y se dirigía a Kuala Lumpur iba por una ruta establecid­a “donde no hay guerra declarada y no es una zona de prohibició­n de vuelo”. De hecho, la ruta de vuelo fue declarada segura por la Organizaci­ón de Aviación Civil Internacio­nal.

Sin embargo, en abril, la Administra­ción Federal de Aviación norteameri­cana prohibió a las aerolíneas de su país volar sobre Crimea y el Mar Negro debido a la falta de comunicaci­ón entre los controlado­res aéreos ucranianos y rusos.

Por último, ambos expertos consultado­s por señalaron

la nacion que, aunque por lo general luego de un accidente se hace hincapié en la búsqueda de la caja negra, en este caso el elemento más importante por tener en cuenta será la presencia o no de restos misilístic­os en lo que quedó del avión.

“El avión destrozado es como un cadáver para un forense. Nosotros trabajamos siempre sobre los restos, así que probableme­nte en los próximos días habrá más informació­n del caso”, añadió Sorini.ß

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