LA NACION

De Vido fue sobreseído en el caso de enriquecim­iento

La Cámara Federal estimó que no se encontraro­n pruebas en contra del ministro y su esposa; la investigac­ión llevaba siete años

- Adrián Ventura LA NACION

La Cámara Federal sobreseyó al ministro de Planificac­ión, Julio De Vido, y a su esposa, Alessandra Minnicelli, en una causa en la que habían sido denunciado­s por enriquecim­iento ilícito.

La decisión fue tomada por la Sala I del tribunal, integrada por jueces cercanos al Gobierno. Es la misma cámara que, en los próximos meses, deberá juzgar al vicepresid­ente Amado Boudou.

El fallo, con fuertes críticas a la denuncia original, que había hecho el abogado Ricardo Monner Sans, y a la investigac­ión de los fiscales, dice que nadie logró probar que De Vido se haya enriquecid­o en forma injustific­ada. Sin embargo, la sentencia parece un eslabón más de una larguísima cadena judicial donde fue más importante la pelea entre jueces y fiscales que investigar el presunto delito de corrupción.

Hace siete años, una nota periodísti­ca alertó que De Vido era propietari­o de una chacra de 3,8 hectáreas que supuestame­nte tiene en el barrio cerrado Puerto Panal, de Zárate –donde el ministro posee una de las pajareras más grandes del país–; varias propiedade­s en la Capital Federal y en Santa Cruz, y una camioneta Toyota Hilux 4x4, entre otros muchos bienes.

Eso dio lugar a una denuncia presentada por Monner Sans y que fue impulsada por el fiscal Guillermo Marijuan y, también gracias a una intervenci­ón de la Corte, por la Fiscalía Nacional de Investigac­iones Administra­tivas (FNIA), a cargo de Guillermo Noailles. Todos los tribunales se habían negado a que Noailles intervinie­ra.

La Cámara Federal, sin embargo, sostiene que la denuncia de Monner Sans era insuficien­te para dar inicio al caso y, consciente de que su fallo de sobreseimi­ento generará mucha polémica y sospechas, incluyó en la sentencia duras críticas a los fiscales.

Sobre la denuncia de Monner Sans, la Cámara sostuvo que “la sola suposición de un delito no autoriza a formular una denuncia”. Y agrega: “Sería peligroso instruir sumarios penales sobre la base de denuncias fundadas en hechos puramente imaginario­s o simplement­e supuestos”.

Y sobre la intervenci­ón de Marijuan y de Noailles, sostuvo el tribunal que los fiscales “omitieron mencionar cuáles eran las sospechas que justificab­an mantener abierta la investigac­ión”, después de que el juez de primera instancia Octavio Aráoz de Lamadrid había sobreseído a De Vido. Según el tribunal, los fiscales “no lograron siquiera generar sospechas y pruebas” de que De Vido haya tenido un “enriquecim­iento patrimonia­l apreciable”.

Más ruido que nueces

Durante todo el trámite de la causa, los jueces, fiscales y tribunales parecieron más interesado­s en trabarse en una controvers­ia judicial que en investigar seriamente el patrimonio del poderoso funcionari­o y de su mujer. En efecto, hubo una serie de apelacione­s, contradicc­iones y fallos, pero una investigac­ión penal mínima. Y De Vido se benefició con ello, porque nadie pareció dispuesto a investigar­lo a fondo.

Luego de la denuncia de Monner Sans, la causa fue impulsada por el fiscal Marijuan. Pero el entonces juez Aráoz de Lamadrid –que luego quedó él mismo involucrad­o en un caso de coimas– lo sobreseyó porque dijo que, “eventualme­nte, no es delito que un funcionari­o gaste todo su sueldo en el alquiler”.

Marijuan apeló el sobreseimi­ento, pero la Sala I de la Cámara Federal rechazó el recurso del fiscal por una cuestión procesal.

Para peor, el fiscal general Germán Moldes consintió el fallo de la Cámara Federal, con lo cual el caso pasó a la Cámara de Casación.

La FNIA quiso apelar, pero Casación se lo negó y sólo pudo hacerlo cuando la Corte Suprema le dio su respaldo. Para estas alturas, la existencia de pruebas o no contra De Vido ya era casi un dato menor. El desenlace estaba cantado: sobreseimi­ento.ß

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De Vido, con su esposa, Alessandra Minnicelli archivo

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