LA NACION

Grupos de bonistas apuestan a un default para obtener fuertes ganancias

Fondos de inversión compraron bonos argentinos para pedir su cobro anticipado si el país cae en una cesación de pagos; en Economía admiten que cada vez quedan menos alternativ­as

- Martín Kanenguise­r LA NACION

A principios de esta semana, un grupo de inversores extranjero­s se sentó frente a un calificado analista de deuda y trató de convencerl­o de las bondades que traería un default de la Argentina a partir de agosto.

Por un lado, le indicaron, la Argentina no estaría incumplien­do con la orden del juez Thomas Griesa, al no pagarle a nadie: ni a los holdouts ni a los bonistas que ingresaron en los canjes de 2005 y 2010.

Por el otro, sin demasiado esfuerzo, podrían tratar de acelerar un escenario de default generaliza­do para cobrarle a la Argentina. Esto sería porque el cross default determina que, si un país no paga un bono, los inversores pueden pedir el pago anticipado del resto de los títulos soberanos de ese Estado.

Aunque el analista les aclaró que en un escenario de default las variables macroeconó­micas y financiera­s se complicará­n en forma notable, con su discurso los inversores le dieron entidad a un rumor que da vueltas en el mercado en los últimos días: ante lo que consideran un default inevitable, muchos bonistas grandes apuestan a la aceleració­n (o cobro anticipado) de los bonos que el país está pagando regularmen­te. También se activaría el pago de los seguros contra default (CDS, por sus siglas en inglés).

Entre esos bonistas, según dos calificada­s fuentes del sistema financiero, estaría el grupo Fintech, del mexicano David Martínez, quien habría adquirido últimament­e bonos argentinos apostando a esta salida desordenad­a. Voceros del grupo Fintech dijeron a que no harían comentario­s sobre su estrategia de compra-venta de bonos.

“Hay fondos que piensan que, con un default afuera, se haría el canje en Buenos Aires y los holdouts se quedarían sin nada. Puede ser un default por unos meses”, indicó el ejecutivo de un banco extranjero muy relevante. El ejecutivo agregó: “Fintech está en esta estrategia”.

Cabe recordar la fuerte cercanía entre Fintech y el Gobierno, lo que ha dado lugar a toda clase de teorías conspirati­vas en un mercado que pasó de la euforia hace un par de semanas –por lo que considerab­an un acuerdo seguro con los fondos buitre– a ser invadido por las dudas en torno a una potencial cesación de pagos si no hay acuerdo con los holdouts antes de fin de este mes.

A este panorama contribuye­ron las últimas declaracio­nes duras de la presidenta Cristina Kirchner y el discurso de la conducción del Minis-

guillermo nielsen

ex secretario de finanzas “Un nuevo default sería peor que el de 2001 porque sería por decisión propia y no por la imposibili­dad de pagar la deuda”

terio de Economía. “La Argentina no puede pagar la sentencia; la idea es no defaultear, pero no hay muchas alternativ­as”, indicó ayer una fuente del Palacio de Hacienda a la nacion.

Esta idea se relaciona con la hipótesis del “default controlado” que han barajado algunos analistas. Pero el ex secretario de Finanzas Guillermo Nielsen analizó ante la nacion: “¿Quién controla un default? ¿Los mismos funcionari­os que no pudieron evitar que se vaya al default?”.

“Este default sería peor visto que el de 2001, que fue producto de la imposibili­dad de pagar. Esta vez, en cambio, sería consecuenc­ia de una decisión premeditad­a del Gobierno o de su incapacida­d para redactar un contrato que pueda garantizar un depósito judicial a los holdouts hasta que se venza la cláusula RUFO”, a fin de año, expresó.

Una válvula de escape ante toda esta presión sería que, en la audiencia prevista para el próximo martes, el juez Griesa permita que se paguen por lo menos los bonos en Europa y en Japón, lo que acotaría el problema a los US$ 539 millones que deben pagarse en Nueva York. Aun así, el default sería un escenario probable, en la medida que el Gobierno quiere que primero se reponga el stay (el amparo que había cedido Griesa y luego levantó) para formularle­s luego una propuesta a los holdouts, y éstos apuestan a lo contrario.

“Las dos partes están jugando a ver quién pestañea primero, pero aún hay más posibilida­des de un acuerdo que de la irracional­idad. En el mercado, hay más dudas que hace un par de semanas, pero todavía existe la esperanza de una salida negociada”, comentó un importante analista desde Wall Street.

En cambio, un abogado especializ­ado en cuestiones de deuda recordó el memo del estudio que defiende al país en Estados Unidos, Cleary, Gottlieb, Steen & Hamilton, que decía que si había una sentencia definitiva contra el país, la primera opción de la Argentina era ir a un default.

“Ése es el plan A. El plan B es apostar a un stay, que Griesa lo puede determinar cuando quiera y sin que se lo pidan. Mientras tanto, todos juegan a ver si los contrarios se asustan primero”, indicó el especialis­ta.

Un informe de Federico Muñoz & Asociados indicó que “el desacato a la sentencia y la consecuent­e caída en default están dentro del menú de alternativ­as que se le ofrecen al Gobierno. Pero Cristina debe ser consciente de que, con ese curso de acción, el acceso al crédito externo volverá a convertirs­e en una utopía inalcanzab­le”, lo que complicará el tramo final de su mandato.ß

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