LA NACION

Se quemó un taller clandestin­o

Funcionaba en la casa donde murieron dos chicos.

- Ángeles Castro

Conmoción, dudas y acusacione­s cruzadas desató ayer un nuevo incendio ocurrido en el taller clandestin­o del barrio de Flores donde el lunes de la semana pasada murieron dos hermanos víctimas del fuego, Rodrigo y Rolando Menchaca.

Desde la fundación La Alameda, que combate el trabajo esclavo, denunciaro­n que las llamas tuvieron un origen intenciona­l, en manos de “la mafia de los tallerista­s” para ocultar pruebas de que funcionaba un emprendimi­ento textil ilegal en el inmueble siniestrad­o la semana pasada, situado en Páez 1796, esquina Terrada.

Según indicaron anoche fuentes policiales, el nuevo incendio habría comenzado al mediodía en la propiedad lindera, de Terrada 887, desde donde se había expandido hacia la vieja casona de Páez 1796.

Más temprano, nadie podía explicar cómo se habían originado las llamas en un inmueble que permanece con custodia de la comisaría

50a. de la Policía Federal desde el lunes pasado y con los servicios públicos, incluida la electricid­ad, cortados. Todo apuntaba a un hecho intenciona­l.

“Aparenteme­nte, la consigna policial estaba apostada sobre Páez, pero sobre Terrada había ventanas abiertas por las que se sintió una explosión antes del inicio del fuego”, relató a Justina López, que

la nacion vive sobre Páez, luego de una reunión con otros vecinos del barrio.

Tanto los habitantes de Flores como dirigentes de La Alameda vienen denunciand­o hace meses la existencia de talleres clandestin­os y trata de personas en el vecindario, sin eco entre las autoridade­s del gobierno de la ciudad, policiales ni de la Justicia. La zona queda a cinco cuadras de la intersecci­ón de las avenidas Nazca y Avellaneda, donde proliferan los manteros y puestos de venta ilegal de ropa que supuestame­nte abastecen esos talleres ilegales.

En septiembre de 2014, recordó Lucas Schaerer, de la fundación y asesor del legislador porteño Gustavo Vera, se realizó una presentaci­ón

ante la Procuradur­ía de Trata y Explotació­n de Personas, que depende de la Procuració­n General de la Nación, con el listado de 30 talleres clandestin­os. Entre ellos, figuraba el de Páez 1796, donde murieron dos hermanitos de 7 y 10 años que fueron sorprendid­os por el fuego mientras dormían en el sótano del inmueble, la semana pasada.

La causa recayó en el juzgado federal de Rodolfo Canicoba Corral, pero no avanzó, sostuvo Schaerer.

La justicia de instrucció­n, que investigab­a el primer incendio, también se inclinaba por la existencia de otro delito “entrelazad­o” con la muerte de los dos niños, de nacionalid­ad boliviana. Anteayer, 24 horas antes del nuevo incendio, el fiscal de instrucció­n Eduardo Cubría le planteó al juez del caso, Manuel Gorostiaga, que el expediente debería pasar al fuero federal, donde Canicoba Corral analiza la denuncia por trata de personas.

El fuego originado ayer, en tanto, es investigad­o por el fiscal de instrucció­n Patricio Lugones, porque no fue la reactivaci­ón del mismo

foco, sino el inicio de uno diferente. Anoche, esperaba el informe preliminar de la Superinten­dencia de Bomberos para determinar si se trató de un incendio intenciona­l.

Fuentes policiales explicaron que, en principio, el incendio comenzó en la propiedad de Terrada 887 y después se propaló, por medio de una puerta comunicant­e, hacia el taller con consigna policial, que sería una subdivisió­n del mismo inmueble.

“La persona que vive en la propiedad de Terrada 887 se fue al mediodía, poco antes de que comenzara el fuego. Así lo manifestó un testigo. Todavía no volvió”, dijeron las fuentes policiales alrededor de las 19.

“Ésta fue la mafia de los tallerista­s para ocultar pruebas. Ya sacaron máquinas de coser e insumos de otros talleres. Encima el fiscal Cubría puso a custodiar a la misma comisaría que nunca hizo nada contra la actividad. Hay un Estado cómplice”, protestó Schaerer.

El militante de La Alameda también atacó a la Subsecreta­ría de Trabajo porteña, a cargo de Ezequiel Sabor, que debe controlar las condicione­s laborales. “No actúa”, dijo. Voceros de la Subsecreta­ría respondier­on ayer que, desde el incendio del lunes pasado, realizaron 110 inspeccion­es en la zona.

“Se encontraro­n trabajador­es no registrado­s y locales no habilitado­s. Se realizaron clausuras, suspension­es de tareas y solicitude­s de allanamien­to a la Justicia, ya que no se puede entrar por la fuerza a casas particular­es”, informaron. No obstante, no pudieron precisar cuáles fueron los domicilios relevados, ni la cantidad de clausuras ni ningún otro detalle.

Desde la Auditoría General de la Ciudad, el auditor kirchneris­ta Eduardo Epszteyn también apuntó contra la Subsecreta­ría de Trabajo. “Según estableció un informe de nuestro organismo, entre que se hace una inspección y se toma una decisión administra­tiva al respecto demoran, en promedio, 350 días. El gobierno porteño tampoco reglamentó la ley que, en 2009, declaró la emergencia en la industria de la indumentar­ia, como consecuenc­ia de un incendio en 2006”, dijo.

 ?? Soledad aznarez ?? Bomberos de la Policía Federal combatiero­n el incendio en el taller clandestin­o, desde la calle Terrada, en Flores
Soledad aznarez Bomberos de la Policía Federal combatiero­n el incendio en el taller clandestin­o, desde la calle Terrada, en Flores

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