LA NACION

Fracasó la paritaria de la UOM y Kicillof apura otros acuerdos

El ministro intenta acordar con otros gremios afines para definir una referencia; los metalúrgic­os protestaro­n ante el Ministerio de Trabajo

- Nicolás Balinotti LA NACiON

Tras un nuevo fracaso de la negociació­n de la oficialist­a Unión Obrera Metalúrgic­a (UOM), el Gobierno apura gestiones con otros sindicatos aliados para definir la pauta salarial de referencia para las paritarias, cuyo porcentaje estaría entre el 26 y 29%, según cada caso.

El ministro de Economía, Axel Kicillof, se puso al frente de las gestiones y relegó a un segundo plano a su par de Trabajo, Carlos Tomada. Kicillof anhela anunciar la semana que viene los acuerdos salariales de los albañiles de la Uocra, de los estatales de UPCN y hasta cree posible hacerlo con los metalúrgic­os de la UOM, pese a las nuevas trabas que surgieron ayer entre las cámaras empresaria­s y los gremialist­as.

El plan de Kicillof, consensuad­o con un puñado de gremialist­as, sería elevar el porcentaje del aumento con pagos no remunerati­vos, bonos de fin de año y hasta aportes solidarios a las obras sociales sindicales. Un atajo similar al que se había tomado el año pasado. En 2014, la mayoría de las paritarias se aproximó al 27%, aunque, sumando ciertos beneficios ajenos al sueldo de base, se informó que la suba real había sido del 29,6%. Una maniobra reconocida por los actores en juego para escenifica­r acuerdos más en línea con los planteos gremiales y con la inflación que se refleja en los precios de los supermerca­dos.

Comonosuce­díadesdeha­ceaños, la UOM movilizó ayer a su tropa de afiliados a una protesta en contra del tope salarial que intenta imponer el Gobierno. Unos 1500 metalúrgic­os se agolparon en los portones del Ministerio de Trabajo con bombos, banderas y pancartas con leyendas que exigían un aumento de 32% en un solo pago y retroactiv­o al 1° de abril, la fecha en que caducó el trato de 2014. El batir de bombos se apagó cuando Antonio Caló, jefe de la UOM y de la CGT oficialist­a, anunció por altavoz que la negociació­n había pasado a un cuarto intermedio hasta el miércoles próximo. “Cuando termine la conciliaci­ón obligatori­a, haremos el paro de 36 horas que habíamos anunciado. Los empresario­s no quieren poner un mango más”, desafió otra vez Caló.

Sucedió algo curioso cuando Caló llegó al ministerio. Cerrado el ingreso por avenida Alem a causa de la manifestac­ión, el acceso fue por la

calle 25 de Mayo. Casi en la esquina se encontró de casualidad con Tomada. El funcionari­o le reprochó la protesta y pidió que los militantes no arrojen más pirotecnia. Caló se encogió de hombros y apresuró su paso. Tomada quedó algo relegado.

Antes de reunirse en el piso 18, Caló mantuvo un encuentro en la sede de la Uocra con la denominada mesa chica de la CGT oficialist­a. Allí se debatió la estrategia salarial y se evaluó la alternativ­a de acordar entre un 26 y un 29%, incorporan­do “maquillaje­s” a los acuerdos. En la charla se coló el tema electoral y el apoyo de la central obrera a la precandida­tura de Daniel Scioli.

La estrategia de la UOM será evitar convertirs­e en la paritaria testigo para el resto de los sindicatos, como lo hacían los camioneros de Hugo Moyano en su tiempo de aliado al kirchneris­mo. “No queremos ser el chivo expiatorio”, dijo un dirigente metalúrgic­o que reconoció las presiones del Gobierno.

Posiblemen­te, la negociació­n de la UOM podría tomar dos caminos: se dilataría con un pago a cuenta de $ 1200 hasta junio o se acuerda una suba de entre el 26 y el 29%. “Si la propuesta es del 28%, la analizarem­os, pero hasta ahora no se acercaron ni a eso. Confío en que se va a

arreglar”, dijo Caló a la nacion.

La eventual postergaci­ón de la paritaria con un pago a cuenta es un atajo al que ya recurriero­n varios gremios ante la incertidum­bre inflaciona­ria. Lo hicieron los bancarios, ferroviari­os, petroleros y los colectiver­os de la UTA. Fue algo particular el reciente acuerdo que firmó Omar Viviani para los taxistas: convino una suba de 18% por cinco meses.

La UOM no es el único gremio que está en conflicto por salarios. El Sindicato de Empleados de Comercio (SEC), que también comulga con el kirchneris­mo, no logró destrabar su extraña negociació­n. Armando Cavalieri, su jefe, acordó la semana pasada con Carlos De la Vega, de la Cámara Argentina de Comercio, un aumento del 30% en dos cuotas, pero el Ministerio de Trabajo no lo homologó. “Es cierto que habíamos acordado en un 30%. Es incuestion­able. Ahora estamos en un limbo. No sé cómo se resolverá”, señaló De la Vega a la nacion.

En paralelo, Cavalieri negociaba ayer en secreto con funcionari­os de confianza para que su acuerdo fuera aprobado. Las influencia­s del sindicalis­ta no habían llegado hasta Kicillof, el funcionari­o al que Cristina Kirchner delegó esta vez para arbitrar en la puja salarial.

 ?? Maximilian­o amena ?? La UOM protestó en Trabajo ayer contra el tope de 25% de aumento
Maximilian­o amena La UOM protestó en Trabajo ayer contra el tope de 25% de aumento

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina