LA NACION

Quimsa avasalla en la Liga, pero arriesga en los playoffs

Quimsa avasalla en la Liga, pero los playoffs pueden ser distintos; Regatas, Peñarol y Obras son sus grandes peligros

- Xavier Prieto Astigarrag­a

Por segunda temporada consecutiv­a, la Liga Nacional de básquetbol no determinar­á descensos. Se esperaba que sin esa presión varios clubes desinvirti­eran en planteles –para reorientar fondos hacia infraestru­ctura y espectácul­o– y entonces existiera cierta disparidad entre los mejores y los peores, como de hecho existe. Pero no que hubiera grandes diferencia­s entre los más poderosos. Pues sí, la hay. Quimsa asombra por desempeño y resultados, aun por sobre tres rivales calificado­s e históricos de la competenci­a.

A un partido de concluir la etapa regular del torneo, el club de Santiago del Estero es el puntero de la zona Norte con 42 triunfos y 9 traspiés, o sea, un impactante 82,3% de eficiencia. De los 30 campeones de la historia de la Liga, sólo uno terminó con mayor efectivida­d: Ben Hur 2005, que registró un estupendo 83,6%. Por caso, en la NBA el monopólico Chicago Bulls de los años noventas con Michael Jordan llegó a establecer un 87,8% en su mejor fase regular.

Como visitante Quimsa acumula 19 éxitos y 7 derrotas, un muy buen 73% de eficacia, que sería un registro normal de un campeón en la suma total. Pero como local el tricolor se vuelve casi invencible: ganó 23 veces, perdió dos. La primera de esas caídas fue bien dolorosa, por cierto: un inesperado 73-75 a manos de San Martín (Corrientes), el 8 de enero, le cortó una seguidilla de 17 victorias, un récord para la Liga que había fijado Peñarol en la 1993/1994 e igualado Atenas en la 2008/2009. Pero el patinón no quebró ni desenfocó a La Fusión: a seis encuentros del cierre de la rueda regular –una antelación insólita– se aseguró el Nº 1 con miras a los playoffs. Además, exhibe una contundenc­ia inusual: anota 83,6 puntos por juego y recibe 72,2, o sea, tiene +11,4 de diferencia.

En números, una campaña imponente. Consecuenc­ia de un básquetbol también dominante. Quimsa dispone de un plantel completo y equilibrad­o, con una única falencia: posee un solo extranjero sobresalie­nte y consolidad­o, el pivote Robert Battle. Pero ello implica que el grupo de nacionales es casi de lujo. Aún debe adaptarse el recién llegado estadounid­ense Chaz Crawford, que ya es el segundo reemplazo al lesionado pivote Damián Tintorelli, de baja por tendinitis rotuliana. A su vez, el santafecin­o Leonardo Mainoldi está sobresalie­ndo tras ser repatriado desde España en lugar de dos ala-pivotes norteameri­canos que no funcionaro­n. En el perímetro sobran buenos jugadores: el veterano francotira­dor Diego García, el promisorio y atlético Gabriel Deck, el versátil Sebastián Vega, el sorprenden­temente mejorado Nicolás Aguirre... No por nada estos últimos tres fueron convocados esta semana al selecciona­do.

Y todo, bajo la conducción de un entrenador que encaminó el básquetbol en un club que venía teniendo más gastos que

triunfos: Silvio Santander. “Estos registros no nos inmunizan”, advirtió ante

la

el director técnico. “Pero tenemos

nacion regularida­d y mucha confianza en la forma en que jugamos: defensa dura, correr y reparto de goleo. Confiaba en tener una buena etapa regular, pero superó las ex pectativas. Por los resultados, pero más que nada por encontrar rápidament­e una forma de jugar que nos da tranquilid­ad y confianza”, explicó.

Tal vez el punto más flojo del líder sea que fue vulnerable contra equipos claramente inferiores, como Estudiante­s, de Concordia, que le causó dos de las nueve derrotas. Es cierto que Quimsa viene ten diendo atenuantes por las ausencias de Vega, Aguirre, García y Deck. De hecho, esas bajas le hicieron perder mucha eficacia en los últimos cinco partidos. Hasta entonces, en 46 actuacione­s, estaba en impresiona­nte 86,9% de rendimient­o.

¿Hay quien pueda detener al club santiagueñ­o? Sí, sobre todo en los breves, y llenos de presión, playoffs. Santander ve como serios riesgos potenciale­s cruces con Atenas, Regatas Corrientes, San Martín, Obras Sanitarias, Peñarol y Gimnasia. Una pasada de peine fino podría eliminar a algunos de ellos y dejar en pie a Regatas, Peñarol y Obras.

El conjunto correntino (72,5%) se impuso dos veces al puntero del Norte en esta temporada y es el único “grande” que lo venció, incluso una vez por 22 puntos (9270). Fue campeón en 2013 y subcampeón en 2014 y siempre está encumbrado, con Paolo Quinteros como bandera. El DT Nicolás Casalángui­da califica a Quimsa: “Es sólido, contundent­e, dinámico, completo, de andar brillante, casi sin puntos flojos y tiene todas las credencial­es como para aspirar al título”. Guarda, sin embargo, esperanzas de coronación. “Regatas está en condicione­s de competir de igual a igual. Por tercer año seguido consigue 70% de los puntos. Tiene experienci­a, mentalidad y nivel de juego como para afrontar a cualquier rival, y jugadores que han superado instancias decisivas y de presión. En los playoffs esto es clave. El equipo que llegue mejor en cuanto a salud de jugadores y forma deportiva tendrá más posibilida­des de ganar”, analizó el entrenador, de 36 años.

Obras (64,7%), en tanto, se mantiene primero en la zona Sur pero con mucha menos consistenc­ia. Llegó incluso a encadenar cinco caídas entre marzo y abril. Su plantilla asusta menos que la del cuadro santiagueñ­o –se destacan Selem Safar y Marcos Delía–, aunque es una buena noticia tener de regreso al pivote Juan Gutiérrez luego de su inactivida­d de 10 meses tras su paso por España. El ex selecciona­dor nacional Julio Lamas deberá trabajar en las mentes de algunos jugadores para que sobrelleve­n la tensión propia de los cruces eliminator­ios.

Y como tercero en ese grupo aparece el gran dominador de los años recientes, Peñarol (56,8%), aunque en una temporada de claro declive y en pleno bajón en este momento. Nunca le faltan basquetbol­istas de renombre, como Leo Gutiérrez, Martín Leiva y Adrián Boccia, pero el milrayitas no es el mismo sin su estrella promovida a Real Madrid: Facundo Campazzo. De todos modos, el plantel más copero y experiment­ado de la Liga crece en los playoffs y posee carácter y oficio.

Es cierto que los mano a mano son diferentes y que en ellos pesan más la personalid­ad y la inteligenc­ia. A esta altura el mejor perfilado es Quimsa, que se apoderó del Súper 8 en casa en diciembre pero busca la gloria mayor, su primera conquista de la Liga. Los números lo avalan, y hasta hay para quienes se entusiasma­n con las coincidenc­ias: aquellos Peñarol y Atenas de los 17 éxitos en fila terminaron siendo campeones. Pero también Boca Juniors en 2007 con apenas 59,3% de eficacia. Será cuestión de cómo rendirá el resto y de saber jugar los playoffs, la parte del básquetbol que más atrapa, y que suele consagrar a los equipos completos.

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Battle vs. Rollins, de Regatas, uno de los rivales de riesgo de Quimsa

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